Miré incrédula a Abraham, quien se dedicaba a observarme de arriba a abajo con cierto desdén, alcé una ceja, inquisitiva, y me levanté, encarándolo. Claro que tuve que echar la cabeza hacia atrás debido a que había crecido como tres cabezas desde la última vez que lo vi.
— ¿Cómo es posible?
—En nuestro mundo todo es posible. —Se limitó a responder antes de tomarme con fuerza por el cuello y comenzar a apretar. —Vas a pagármelas, Green, con tu sangre y de quienes más amas. —Apretó aún más, haciendo que mi vista se desenfoque y puntos negros la invadan. —Nos veremos pronto, amor.
Me lanzó con violencia contra el árbol más próximo, ocasionando que mi columna vertebral se partiera, dando paso a mi muerte. Lo último que vi fue a Colm abalanzándose, furioso, contra él.
(...)
Me senté de golpe sobre la cama con la respiración agitada, miré a mi alrededor, frenética, antes de reconocer la habitación que compartía con Arwood. Suspiré y me llevé una mano al cuello al sentir una ligera molestia, moví este de un lado al otro, haciéndolo crujir, antes de levantarme de la cama. Procedí a estirar mi columna vertebral, la cual crujió, antes de salir de la habitación.
Al bajar las escaleras encontré el rellano desierto, por lo que salí hacia el lugar donde se supone nos entrenarían mis mentoras y me llevé una gran sorpresa al encontrar a la manada y parte del clan reunidos ahí, observando en círculo lo que parecía ser una pelea.
—Hola. —Saludó Arwood con Korbin en brazos, sonreí y se lo quité, para luego dejar un beso sonoro en su regordeta mejilla. — ¿Cómo te sientes?
—Genial, ¿quiénes están peleando?
—Al parecer Asedora mandó espías, mis primas los encontraron y ahora los están usando para entrenar a los Rastreadores, ya sabemos quiénes están ganando.
—Excelente, esos idiotas quieren seguir a Ezra al más allá. —Gruñí, le pasé a Korbin y me abrí paso entre la multitud hasta la pelea. —Mi turno. —Dije con una gran sonrisa depredadora, a lo que el licántropo y Milo se detuvieron. —Veamos si puedes con alguien de tu rango, animal. —Varios a mi alrededor gruñeron, les dediqué una sonrisa de lado. —Sin ofender.
Milo se hizo a un lado y el lobo se abalanzó sobre mí, afiancé mis pies en la tierra y tomé sus fauces con fuerza, haciéndome retroceder unos metros mientras levantaba polvo a nuestro alrededor. El lobo gruñó, intentando zafarse de mi agarre, no se lo permití. En cambio, abrí más su hocico, torcí su cabeza y salté hacia su lomo desde donde me encontraba, rompiendo su quijada y parte de su cuello.
Todo el mundo se quedó en silencio mientras observaban a la criatura muerta a mis pies, lo miré con indiferencia y caminé de regreso a Arwood y mi hijo, donde lo tomé en brazos una vez más y volví al castillo.
(...)
— ¡Eso estuvo magnífico!—Exclamó la mentora menor con júbilo. —Estamos mejorando.
—Tenemos qué. —Gruñí, con Matty en mis piernas. —Abraham volvió de la muerte.
—Imposible. —Siseó la del medio.
—Tuve un encuentro con él, fue quien me rompió la columna.
—Es cierto, yo estaba allí. —Colm hace su aparición con un aspecto... demacrado, hizo una mueca ante mi mirada y la de Matty.
—Pero... —Comencé a decir, por lo que todos me miraron, carraspeé. —Es diferente, mucho más alto, extremadamente fuerte y parece odiarme.
—Asedora está detrás de esto, no hay duda. —Masculló Spencer mirando a su madre. — Pero, ¿por qué revivir a la antigua pareja de Hope?
—Por su lazo, ella no puede matarlos, y si los mejora, nadie podrá.
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Cazadora: Licántropos y Vampiros
Hombres LoboHope Green es una cazadora, la Cazadora, temida por muchos y querida por pocos. Ella ha sido entrenada desde que es una niña por tres despreciables brujas, quienes la han instruido en el arte de cazar, mutilar y matar. Debido a un pequeño desliz la...