Capítulo veintiocho.

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Hope's POV

Tomé el brazo del hombre y de un salto me subí en su cuello, me dejé caer a su espalda y rompí su brazo, él soltó un aullido de dolor. Tomé la daga de plata en mi cinturón y lo degollé con rapidez, bañándome con su sangre.

Mis sentidos gritaron una alerta y tiré el brazo con la daga hacia atrás, clavándola en mi otro atacante, gruñí y giré la muñeca, acabando con su vida.

—Bien hecho. —Mi nueva mentora, Asedora, aplaudió con mofa, la miré con ambas cejas alzadas. —Espero que puedas hacer lo mismo con ellos. —Señaló sobre mi hombro, giré y gruñí, una docena de licántropos en su forma humana se acercaba.

—Un poco de ayuda no me viene mal, no sé si recuerdes pero estoy embarazada.

—Bien. —Puso los ojos en blanco y chasqueó los dedos, la mitad de los lobos estallaron. —Te tocan los que quedan.

Gruñí y mis instintos se activaron, tensé los músculos y desenvainé a Híbrida mientras que con la otra mano sostenía la daga de plata. Comencé a correr hacia los licántropos y ataqué en cuanto llegué ante ellos, cortando brazos, piernas, abdómenes y cabezas con rapidez. En cuestión de segundos me encontré bañada de su sangre, con extremidades esparcidas por el césped.

Mi respiración se encontraba agitada mientras dejaba caer la daga y envainaba a Híbrida. Me giré y vomité ante los restos de una mujer, quien había muerto a mitad del cambio a su forma lobuna.

—Uh, eso es muy irrespetuoso. —Asedora hizo una mueca, le mostré el dedo medio. —Me gusta, entremos ya a la manada.

—Dame un minuto, a este bebé le desagrada todo esto. —Señalé a mi vientre, el cual ya se notaba algo abultado.

Con dos meses el pequeño ya se estaba dando a notar, aunque también los malestares aumentaban. Asedora decía que era normal, ya que no solo era un cachorro de licántropo, sino que también era la cría de un vampiro, por lo que se desarrollaba con mayor rapidez. En cinco meses, o menos, lo tendría en mis brazos y Asedora en su poder. Temía por él, o ella.

—Andando, podrás tomar un respiro cuando tenga ante mí la cabeza del Alpha.

Suspiré y sacudí la cabeza, le di mi mejor mirada asesina antes de enfilar al límite de la manada, donde el Alpha me esperaba con los brazos cruzados y el ceño fruncido en claro disgusto.

—Soy la Cazadora. —Me presenté con tono neutral, él alzó ambas cejas, irónico y para nada impresionado. —Y quiero tu puesto.

— ¿Estás dispuesta a morir por el intento?

—Sí. —Me encogí de hombros.

—Bien, pero será bajo mis reglas.

Puse los ojos en blanco ante su tono arrogante y nos situamos en el centro de la manada, sus habitantes me miraron con desprecio y pronto comenzaron a gritar alentando al Alpha para que acabase con mi existencia. Él cambió y me mostró sus afilados caninos, no me dejé intimidar y desenvainé a Híbrida, al tiempo que él olfateaba el aire cerca de mí. No tardó en gruñir mirando mi vientre, negó con la cabeza y volvió a su forma humana, desconcertándome.

—No lucho contra embarazadas. —Gruñó, cruzándose de brazos, su manada calló ante la revelación.

—Te he retado a duelo por tu puesto, claro que vas a luchar. —Refuté, frunciendo el ceño.

—Los Alphas tenemos códigos, no voy a luchar contra ti, Cazadora.

Golpeé mi frente con frustración y miré a Asedora, quien se encogió de hombros e hizo un gesto para que asesinara al Alpha, mordí mi labio inferior y lancé una estocada vacilante en dirección a su abdomen, se limitó a esquivarme antes de arrebatarme a Híbrida. Enfurecí.

Cazadora: Licántropos y VampirosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora