—A ver, escuchadme todos, por favor. Esta noche será la última en la que estemos todos juntos, por ello, Asaba y yo hemos organizado unas cuantas sorpresas.
—Todos están obligados a participar —avisó Asaba—. Excepto los nuevos que no tienen nada que ver con nosotros.
—Me dais miedo... ¿Qué se os ha ocurrido?
—Bien, sentaos en círculo y os lo contaremos.
El grupo obedeció y mientras se acomodaban, Aoshi sacó una botella.
—¿La botella? Paso de jugar a un juego tan infantil —protestó Alexia, levantándose. Aoshi intercambió una mirada con Asaba y este asintió mientras retenía a la escapista.
—¡Suéltame!
—Espera a escucharlo todo. No des por sabido de lo que se trata,
Alexia se soltó y, resignada, volvió a sentarse.
—El juego se llama "verdad o reto". Normalmente las preguntas se escriben en un papel y al azar se van diciendo, pero en este caso las preguntas y los retos los dirán aquellos que giren la botella, según lo que se les ocurra. Quien no quiera aceptar el reto o responder, deberá pagar una prenda. Cuando a quien haya apuntado la botella acabe su turno, este será el siguiente en girarla y así consecutivamente, ¿entendido? Empezaré yo para ilustrarlo mejor.
Giró la botella y fue dando vueltas hasta que se detuvo en Asaba.
—¡Perfecto! Así lo entenderéis mejor. Asaba, ¿verdad o reto?
—El que gira la botella siempre deberá preguntar eso para poder elegir. Si eliges verdad tendrás que responder sinceramente a cualquier pregunta que te hagan. Si por el contrario eliges reto, deberás hacer aquello a lo que te reten —añadió Asaba—. Elijo reto.
—Muy bien —torció los labios en una sonrisa maliciosa—. Te reto a que te lances desde el puente al lago con el agua fría.
A Asaba le dio un escalofrío solo de pensarlo, pero se levantó con una expresión seria en el rostro y, decidido, se quitó la camiseta y los zapatos dejándolos a cargo de Kano. Trotando, se dirigió hacia el puente. Poco después se escuchó un alarido y a Asaba salir disparado del agua en busca de algo con lo que secarse. Empapado y temblando de frío, envuelto en una toalla, regresó al círculo y giró la botella para continuar el juego.
—¡Misao! ¿Verdad o reto?
—Verdad.
—Muy bien. A ver... ¿esa carita de ángel es lo que parece u oculta a un demonio en su interior?
Las chicas ya sabían cuál iba a ser su respuesta.
—Nada es lo que parece...
Asaba aceptó su respuesta con una sonrisita y Misao giró la botella una vez más.
—Tsubasa... ¿qué eliges?
—Reto.
Se produjo un súbito silencio, en el que todos se preguntaban qué clase de reto se produciría entre dos personas tan parecidas.
—El reto es... ¡Ver quién de las dos come más galletas en menos tiempo!
Todos empezaron a reír a carcajadas después de recuperarse de la sorpresa. La competición empezó y, en un abrir y cerrar de ojos, Tsubasa se terminó las suyas.
—Increíble...
—Alucinante...
—No me creo que Misao haya perdido...
—Uhm... ¿te vas a comer las que te quedan? —preguntó inocentemente Tsubasa.
—¡Sí! —exclamó enfadada mientras se las metía en la boca.
Un estallido de carcajadas volvió a sonar por todo el campamento y la cosa se fue animando un poco más.
Ahora era el turno de girar de Alexia, que fue a apuntar a Kazuma. Desvió la mirada de este a Tsubasa y viceversa, y una idea se le cruzó por la mente. Eligiera lo que eligiese, conseguiría que dijera lo que quería.
—¿Verdad... o reto?
—Reto.
Alexia sonrió satisfecha.
—Pese a que lo que voy a pedir significa mi ruina porque definitivamente lo hacemos mucho mejor que yo... Estoy en la obligación de hacerlo.
—Déjate de rollos —dijo Asaba impaciente y ya seco y vestido.
—Está bien. Kazuma, te reto a que nos cantes la canción que tú mismo le compusiste a Tsubasa.
Todos, incluido el propio Kazuma, se sorprendieron de sus palabras.
—¿Có...cómo sabes eso? No se lo había dicho a nadie.
Alexia sonrió y le guio un ojo.
—Soy adivina. ¡Venga! Cántanos esa preciosa canción dirigida a Tsubasa para que ella por fin pueda entenderlo.
—De acuerdo...
«Cuántas noches he pasado solo
junto a mi ventana.
Esperando que apareciese alguien aquí
que quisiera escuchar mi canción.
Cuántos sueños han permanecido ocultos
en el fondo de este corazón solitario.
Un amor sumergido en las tinieblas
hasta que llegaste tú.
En mi vida, flotaba a la deriva,
impulsado por las olas.
Ahora, por fin, he encontrado la paz.
Nunca más estaré solo.
Tú iluminas mi vida y me das
esperanza para seguir.
Traes luz a mis días,
llenas mis noches con tu canción.
Iluminas mi vida.
Tu soledad y tú.
Tu tristeza y tú.
Por eso te amo.
Un sentimiento tan sincero
no puede equivocarse.
Tú iluminas mi vida». (NOTA: La canción es de Kazuma, literalmente. Sale en el manga de Kare Kano, pero no tiene música).
A Tsubasa se le llenaron los ojos de lágrimas. Por fin lo había entendido y ya no temía nada. Se envolvió en un abrazo con Kazuma, comprendiendo todo y despojando sus dudas.
Alexia sonrió al ver la escena y se sintió satisfecha y orgullosa por ella.
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Vacaciones de verano
Подростковая литератураEl último curso se acaba y es hora de despedirse a lo grande de todo aquello que conoces: instituto, profesores... amigas. Por ello, seis chicas deciden hacer el viaje de sus vidas y pasar el verano juntas para crear recuerdos que poder atesorar en...