Al tercer día de estar allí, tuvieron un despertar más normal y tranquilo. Cada una según su horario, seguía durmiendo, y otras despertando. A las 11 ya se habían levantado más de la mitad y sólo quedaban durmiendo Alexia y Miyu, ambas portadoras de las camas en ese día.
Abajo, en la cocina, el resto empezaba a desayunar. Sayo acababa de aparecer.
—Buenos días Sayo —saludó Misao—. ¿Te acabas de levantar o es que te has quedado media hora encerrada en el baño arreglándote como siempre?
—Misi, se te está pegando el sarcasmo de Alex, ¿te has dado cuenta? —respondió eludiendo la pregunta.
—Sí, pero con ello consigo una respuesta por tu reacción... La verdad es que es efectivo —murmuró.
—¿De qué habláis? —preguntaron Kano y Riku que se encontraban ya desayunando.
—Nada, nada. —Ellas se aproximaron a hacerse el suyo.
—¿Cuándo creéis que vendrán éstos? —preguntó Riku mirando el reloj de la cocina.
—No sé, antes de comer tendrá que ser... la tienen que hacer —respondió Kano.
—Comida preparada por Aoshi... —dijo babeando Misao.
—¿Por qué lo preguntas? —inquirió Sayo.
—Pues porque Miyu y Alex siguen sin despertarse y a este paso... las van a encontrar en la cama —respondió sin apartar la vista del reloj.
Las tres se miraron mutuamente y consecutivamente subieron rápidamente las escaleras en busca de las dos lirones.
Primero entraron en la habitación de Alexia y la despertaron sin miramientos lanzándose en la cama y moviendo enérgicamente a la dormida gritando su nombre.
—Hum... —dijo medio dormida—. Dejadme dormir.
—Alex, los chicos están a punto de llegar —susurró Misao
Pasó un tiempo hasta que sus palabras surtieron efecto y cuando lo hicieron, sus ojos se abrieron de golpe y se incorporó súbitamente como movida por un resorte. Salió de la cama tan rápido, que no parecía que se acabase de despertar.
—Bueno, ahora nos queda lo más difícil —murmuró Kano.
Se aproximaron hacia la habitación de enfrente con la musiquita de la B.S.O. de "Misión Imposible" de fondo.
Abrieron la puerta despacio y se asomaron cautelosamente. Al ver todo tranquilo, entraron a hurtadillas acercándose hacia la cama y en ella con gran cuidado y delicadeza intentaron despertar a Miyu. Cuando llegó el punto en el que la insistencia se pronunciaba, la dormilona se rebeló y empezó a defenderse entre sueños. Entreabrió los ojos y cogió una almohada arrojándosela a las intrusas echándolas de allí y volviendo a dormir.
—No hay forma —dijo Kano.
—¿Por qué lo hemos hecho tan cuidadosamente? —preguntó Misao.
—Sus despertares si son bruscos, no son recomendables —explicó Kano—, ya lo visteis ayer.
—¿Entonces qué hacemos? —preguntó Sayo—. No tardarán mucho en llegar...
—Dejadla dormir —dijo Riku apareciendo por el pasillo—. La culpa será suya porque nosotras ya lo habíamos intentado.
—Y que conste que eso lo ha dicho ella —intervino Alexia saliendo del baño—. Me voy a arreglar la habitación, ahora bajo.
Todas se encogieron de hombros y dirigieron una última mirada a la nuevamente puerta cerrada de Miyu, mientras decidieron volver a bajar para terminar su desayuno.
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Vacaciones de verano
Ficção AdolescenteEl último curso se acaba y es hora de despedirse a lo grande de todo aquello que conoces: instituto, profesores... amigas. Por ello, seis chicas deciden hacer el viaje de sus vidas y pasar el verano juntas para crear recuerdos que poder atesorar en...