Eran ya las doce de la mañana y todavía seguían durmiendo a pierna suelta en sus habitaciones. El sueño y el cansancio habían podido con ellas y es que el viaje, aunque de poca duración, había sido extenuante.
Riku en su habitación fue la primera en despertar, le había tocado la cama y esperaba a que alguien más la acompañara.
Por otra parte, en la otra habitación, Alexia se desperezó en su saco de dormir y salió al baño a lavarse y cambiarse de ropa. Cuando terminó y vio la hora, dejó la puerta abierta de la habitación y, al ver que nadie se había despertado aún, se dispuso a bajar a la planta inferior con una sonrisa traviesa en la cara. Cuando Riku la escuchó moverse por el pasillo, salió a saludarla, pero se encontró con que esta le indicaba silencio con un dedo mientras la llamaba por gestos.
—Ve al baño y arréglate, que se me ha ocurrido una forma de despertar a todas estas —susurró con cara de cómplice.
—¿Cuál? —preguntó Riku, curiosa.
—Si llegas a tiempo lo verás, si no... Bueno, ya lo sabrás.
Alexia avanzó hacia las escaleras, dejando a Riku algo aturdida. Llegó a la planta de abajo y entró en la cocina para ver qué había. Nada. Habría que salir a comprar.
—Lo que supone... un rápido e inmediato despertar —murmuró cerrando el frigorífico y dirigiéndose hacia la puerta del jardín. Pero frente al piano se detuvo y se sentó. Entrelazó sus dedos, los hizo crujir, y a la de tres comenzó a tocar fuertemente un tema movido. Sayo tenía razón: aquella sala tenía una buena sonorización, tanto que incluso desde arriba se oía con demasiada claridad.
Unos pasos empezaron a bajar apresuradamente por las escaleras.
—¿Te has vuelto loca? —exclamó Riku por encima de la música.
—¿Qué dices?
—¡Que pares! ¿Sabes lo que suena eso ahí arriba?
—No, pero me hago una idea. —Tras tocar las últimas notas, paró—. ¿Ha surtido efecto o no?
Ambas subieron nuevamente y se encontraron a Miyu y Kano en el pasillo esperando entrar al baño.
—Vaya... ¿qué tal habéis dormido? —preguntó Alexia sonriendo.
—Bonito concierto Alex, pero cuando queramos oírlo, te avisaremos, ¿eh?
—¿Habéis visto la hora que es? No tenemos comida, y no sé vosotras, pero yo necesito alimentarme y esas cosas...
En ese instante, Misao apareció vestida y arreglada del baño, dejando paso a Kano.
—Hay que ver lo oportuna que eres cuando estamos hablando de comida —murmuró Miyu.
—¿Ein?
—Ven aquí Misi, que Miyu no se ha levantado con el pie bueno.
—Por cierto, Alex, ¿desde cuándo sabes tocar el piano? —preguntó Misao.
—No sé tocarlo, son sólo unas notas que aprendí por ahí...
—Pues ha estado genial, hemos pegado todos un bote por el susto, pero ha valido la pena.
—¡Jajajaja! Lástima que a Miyu no le haya hecho tanta gracia...
En ese instante, salió Sayo y Miyu se perdió por el baño con un portazo.
—¿Y a esta qué le pasa? —preguntó Sayo.
—No le ha sentado bien el despertar que ha tenido —comentó Misao.
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Vacaciones de verano
Teen FictionEl último curso se acaba y es hora de despedirse a lo grande de todo aquello que conoces: instituto, profesores... amigas. Por ello, seis chicas deciden hacer el viaje de sus vidas y pasar el verano juntas para crear recuerdos que poder atesorar en...