Un fuerte aplauso las recibió al terminar la canción, y estas saludaron satisfechas.
—¡Muy bien hecho! —dijo Aoshi levantándose y aplaudiendo mientras las cantantes se acercaban.
Misao sintió repentinamente como su cara subía de temperatura.
—Hoy tenemos un gran nivel. Estas pedazo de cantantes, Sano y Kai... y a saber si alguno de estos novatos también —dijo Asaba—. Va a estar difícil votar un ganador.
—Oye, Asaba... ¿Qué querías decirme? —llamó su atención Kano.
—¡Oh, sí! Ayer Alexia me pasó una composición tuya para que la echase un vistazo y... ¡Bueno! Solo quería felicitarte y pedirte que nos la dejaras tocar en el grupo.
—Cl, claro que os dejo. Y así Alex le pone letra también.
—¿En qué te inspiraste para hacer algo así?
Kano no sabía qué responder. Por una parte, tenía la mente en blanco y por otra porque no se creía que estuviera hablando así de tranquila con aquel chico.
—N, no sé... salió sola... —De pronto, se le ocurrió una historia—. Una tarde, después de entrenar, me vino una melodía que no me podía sacar de la cabeza, así que al día siguiente le pedí ayuda a Alex...
—¿Entrenar?
—Sí, juego al baloncesto.
—¿En serio? Yo también.
—¿¡De verdad?! Algún día tenemos que hacer un uno contra uno, ¿eh?
—Desde luego. ¡Prometido!
—¿Cuál es tu posición?
Por fin, las cosas entre esos dos se habían animado un poco y hablaban más suelta y confiadamente.
—El próximo en participar será un conocido bastante popular en la ciudad, y eterno rival de Sanosuke. ¡Es el turno de Kai!
Nuevos y fervientes aplausos se escucharon, sobre todo procedentes de las chicas, cuando Kai subió y empezó a bailar. Sus movimientos eran ágiles y ligeros, bastante bien coordinados.
—¿Qué os parece? —preguntó Kazuma.
—Es el mejor —respondió Miyu con los ojos en forma de corazón.
—No lo hace mal.
—¿Qué dices tú, Sayo?
—El tal Sanosuke me gusta más.
—¿Alexia?
—Prefiero guardarme mi opinión —respondió indiferente.
En ese momento, los aplausos reanudaron, dando a entender que la actuación había acabado.
—Cómo me he desquitado... —comentó Kai sentándose y bebiendo un largo trago.
—¡Hey! Que ese era mi vaso —reprochó Alexia.
—Volvemos a vernos, Kai —dijo una voz que se había acercado.
—Sanosuke...
—Pero, por mucho que te esfuerces, no ganarás.
—¿¡Y tú qué te has creído?! —saltó Miyu en defensa de su novio.
Fue entonces, cuando el chico nuevo se percató de la compañía.
—¡Vaya! No perdéis el tiempo, ¿eh? Pero son demasiadas para vosotros, ¿por qué no nos presentáis?
—Tengo que ausentarme —anunció Riku sin poder soportar tanta pedantería.
Al levantarse, este ocupó su asiento, justo entre Sayo y Alexia.
—¿Cómo os llamáis?
—Yo soy Sayo —se presentó encantada.
—¿Y tú? —le preguntó a Alexia al ver que ella había guardado silencio y le miraba sin decir nada—. ¿Eres muda?
—Si no quiere responderte, no puedes hacer nada.
—Alexia —dijo finalmente frenando en seco a Kai.
—¡Oh! Tú eres la que ha cantado antes con la otra chica.
—¡Esa soy yo! —dijo Misao levantando la mano.
—Interesante...
Kai frunció el ceño.
—Tú eres Sanosuke, ¿verdad? —preguntó Sayo.
—Sí, correcto.
—Bueno, mientras esperamos los resultados de las votaciones para saber quién es el ganador, os ponemos algo de música.
—Ohh... esta es mi canción. ¿Quieres bailar, Sayo?
—¡Encantada!
—Hay que ver el mal gusto que tiene al elegir música —murmuró Kai.
—¿Qué te pasa? ¿Estás celoso por algo?
—¿De él? ¡Será una broma!
Alexia no le respondió, pero con su risa sarcástica lo dijo todo.
—Miyu, ¿quieres bailar? —sugirió de pronto Kai.
—No me apetece mucho... Además, no sé bailar este tipo de música.
Resignándose, acudió a su última alternativa.
—¿Y tú, Alexia?
—Vale —respondió resueltamente. Tan resueltamente que sorprendió a todas.
—¡Muy bien, Alex! —Animó Misao—. Echaba de menos esa parte inédita tuya.
—Y tan inédita...
Alexia se levantó, ignorándolas.
—Bueno, ¿qué? ¿Bailamos o no? —dijo esperando de pie.
—Sí, sí... —respondió aún estupefacto y la sacó a bailar—. Bueno, sinceramente... ¿qué te ha parecido?
—¿El qué?
—Mi actuación.
—¿En serio quieres mi opinión? Está bien, Sanosuke es mucho mejor que tú.
Aquellas palabras tocaron hondo en Kai.
—No lo digo por decir, ni por molestarte —prosiguió Alexia—. Solo haces parapara por una sola razón: derrotar a ese chico. Pero, por muy bueno que seas, si no pones tu mayor empeño y no te lo tomas en serio, jamás lo harás. Tú mismo dijiste que en la música eres superior, pero ¿por qué? Porque te gusta y disfrutas con ella. No lo haces por obligación.
Tras acabar su discurso, hubo un rato de silencio para asimilar sus palabras.
—Tienes razón. Para él, el baile lo es todo y para mí lo es la música, por eso ambos somos los mejores en nuestras respectivas categorías, pero... tú no lo entiendes. Desde siempre, nos han estado comparando y hemos competido por nuestro honor.
—Pero ya no sois niños, ¿no? Siendo tú alguien tan indiferente me sorprende que te piques así con alguien.
Kai se la quedó mirando fijamente.
—¿Eh? ¿Qué pasa? ¿Por qué me miras así?
—Nada, que no bailas mal.
—Pero si apenas nos estamos moviendo...
—¿Qué me dices de ti? Ahora entiendo en qué te veía diferente. Estás más receptible.
—Sí, bueno. Tengo mis etapas y, gracias a una persona que me recordó algo muy importante, estoy de buen humor.
—Tendré que agradecérselo a esa persona. ¿Quién fue?
—¡Jajá! No pienses que voy a caer. No te lo voy a decir. Solo diré que es alguien muy especial para mí.
Y con ese interrogante se quedó Kai cuando la música cesó y volvieron a sus asientos.
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Vacaciones de verano
Teen FictionEl último curso se acaba y es hora de despedirse a lo grande de todo aquello que conoces: instituto, profesores... amigas. Por ello, seis chicas deciden hacer el viaje de sus vidas y pasar el verano juntas para crear recuerdos que poder atesorar en...