Alexia se levantó, cogió rápidamente el bote de un modo indiferente y Kano la siguió. Se acercaron a la mesa por segunda vez y, llamando otra vez su atención, les devolvieron el salero.
—Gracias nuevamente —dijo Alexia rápidamente con intención de irse de allí enseguida—. Que aproveche.
—¿Cómo os llamáis? —preguntó uno de los chicos, impidiendo que se marcharan tan rápido. Tenía una melena por los hombros y morena, y miraba a Kano con una mirada brillante que resaltaba sus ojos verdes.
—Yo soy Kano y ella es Alexia —respondió nerviosamente.
—Encantados. Yo soy Asaba; este de aquí —dijo, señalando al chico de ojos azules— es Aoshi; él —señalando al de ojos caoba — es Kai, y este es Kazuma. —El cuarto chico era rubio con los ojos grisáceos.
—¿Cómo se llama la chica que vino también antes? La que era bajita y rubia... — preguntó Aoshi.
—Misao —respondió Alexia y se le iluminó de pronto el rostro al habérsele ocurrido una idea de irse de allí cuanto antes—, pero mejor os presentamos a todas como es debido. Voy a buscarlas.
—¡No! Ya lo hago yo —se adelantó Kano arruinando sus planes y dejándola sola frente a los cuatro chicos, sonriendo forzadamente mientras evitaba la mirada de ciertos ojos rojizos.
—¿Sois de por aquí? —preguntó Asaba amablemente para romper el incómodo silencio de espera.
—Esto... no exactamente, hemos venido de vacaciones solamente.
—¿Todo el verano? —interrogó Kazuma.
—En un principio, sí —respondió desconcertada; empezaba a sentir un ambiente incluso acogedor.
De pronto, un chico se levantó y pasó junto a Alexia.
—Voy al baño.
Sus miradas inevitablemente volvieron a encontrarse y un nuevo estremecimiento se apoderó del cuerpo de Alexia. A pesar de que sólo duró unos segundos, el momento se prolongó indefinidamente cuando ambas miradas se cruzaron fijamente.
—No te preocupes por él, mi hermanito es así de desagradable —dijo Aoshi al ver la expresión de Alexia.
—Ah... no, no pasa nada... —murmuró intentando volver en sí.
—¡Alex! —exclamó una voz que iba acercándose. La aludida giró en su dirección y se encontró con sus cinco amigas. Volteó la cabeza a un lado y otro despejando su mente y se dirigió hacia ellas.
—Aquí estamos —dijo Kano—. Hemos tardado porque ya hemos pagado y todo.
—Ah, vale...
—¿No falta un chico? —murmuró Miyu decepcionada.
—Sí, pero por ahí llega —dijo Kazuma con una sonrisa señalando a Kai que caminaba con sus pantalones anchos. A Miyu se les desorbitaron los ojos y se le abrió inconscientemente la boca mientras él pasaba con indiferencia frente a todas.
Se presentaron todos por segunda vez y mantuvieron una informal conversación. Misao se armó de valor y finalmente consiguió pedir el número de móvil de Aoshi.
—¡Buena idea! Así mediante vosotros podríamos quedar algún día —sugirió Asaba—. Nos lo pasaremos genial, es una promesa.
—Nos tenemos que ir, que aún queda camino y me muero por poder tumbarme y dormir —dijo Alexia deseando irse de una vez por todas.
—¡Ya tendrás tiempo de dormir! —le reprochó Kano.
—Tiene razón, dejémosles... que querrán comer tranquilos —intervino Riku.
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Vacaciones de verano
Teen FictionEl último curso se acaba y es hora de despedirse a lo grande de todo aquello que conoces: instituto, profesores... amigas. Por ello, seis chicas deciden hacer el viaje de sus vidas y pasar el verano juntas para crear recuerdos que poder atesorar en...