- ¿Alice? - me nombró una voz conocida a mis espaldas y me giré para mirarle.
- Oh, hola Eric - sonreí.
- ¿Qué haces aquí todavía? Sabes que Marie se fue una hora antes, ¿verdad?
- Sí, lo sé - dije mirando a la carretera de nuevo - Y tú, ¿qué haces aquí?
- Acabo de hacer un examen.
- ¿Cómo te fue? - pregunté interesada.
- Era difícil, pero creo que bien - respondió - ¿Necesitas que te acerque a tu casa? Tengo el coche aparcado ahí mismo.
- Gracias Eric, pero estoy esperando a alguien. Tiene que estar al llegar.
- ¿A tu padre? - preguntó.
- No, no estoy esperando a mi padre - dije intentando que siguiera con su interrogatorio.
- ¿A quién entonces?
- ¿Qué?
- Que a quién esperas - me sonrió burlonamente.
- Mmm.. A mi novio - dije mirando a la acera.
- ¿Tienes novio? - preguntó sorprendido.
- ¿Por qué te sorprende? - dije con el mismo tono de voz que él había empleado anteriormente.
- No nos habías dicho nada.
- Bueno, si le prestases un poco más de atención a Marie, seguro que lo sabrías - contesté.
- ¿Tu novio es el idiota de la fiesta? - preguntó ignorando lo que le había dicho.
Volví a mirar a Eric, pero esta vez sorprendida por el atrevimiento de llamarlo idiota después de haberle dicho que tenía novio. ¡Tener amigos para esto!
- Si, ese idiota - dije en un tono inaudible y él asintió.
- Bueno, espero que tu novio el idiota llegue pronto. Si sigues mucho tiempo aquí, vas a coger una pulmonía y no será él, el que te diga todo lo que hay que hacer - añadió en tono burlón - Voy a por mi coche, ¿seguró que no quieres volver conmigo? - dijo, a lo que yo asentí - Está bien, cabezona. Nos vemos luego, Alice.
Eric se alejó de mí, cruzando la carretera y doblando la esquina de enfrente. Por un momento pensé en su oferta, pero estaba segura que Philip llegaría en cualquier momento y, como una verdadera estúpida, seguí parada frente a las puertas de las Escuela de Bella Artes. Mi querido novio me prometió que vendría a recogerme sobre las 13:45, pero eran las 14:15 y aún no había llegado. ¿Le habría pasado algo? Decidí enviarle un mensaje y preguntar por su tardanza, pero en ese momento, un coche grisáceo que conocía a la perfección se paró frente a mí. El conductor bajó la ventanilla, permitiéndome ver de nuevo la cara de Eric con una gafas de sol negras. Él, con toda la elegancia que le caracterizaba, se las bajó hasta el tabique nasal y me miró por la parte de arriba de las gafas.
- Hola guapa, ¿te llevo? - preguntó alzando una ceja haciéndome reír.
- No gracias, espero a alguien - contesté con una sonrisa amplia en mi rostro.
- Oh, ¡qué lástima! - exclamó - Si no estuvieras cogida, podrías subir y dar una vuelta por ahí conmigo - dijo de manera seductora, haciéndome reír de nuevo. Me gustaba que fuera así, era muy divertido, todo un bromista.
- Eres de lo que no hay - negué con la cabeza.
- Ya, bueno... Tienes suerte, en el mundo no hay mucha gente como yo - respondió bromeando, pero era totalmente cierto. Eric era un buen chico y realmente atractivo, de piel morena y pelo negro. La combinación perfecta. Pero yo solo tengo ojos para mi Philip.
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Te conocí en París
Teen Fiction- Yo... No puedo - dije consciente de que estaba haciéndole daño. - ¿Por qué no puedes? Y no me digas que es por mi hermana. Tú y yo somos mayores de edad y no tenemos que estar escondiéndonos por Doris. - Jared, yo... - le miré a los ojos y dud...