Capítulo 24

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- Buenos días mamá - dije mientras caminaba hacia la cocina. Ella estaba sentada en el sofá viendo las noticias en la televisión.

Cuando entré en la cocina, abrí el armarito y cogí un vaso, lo dejé en la encimera y me dirigí al frigorífico para coger la jarra de zumo de naranja natural. Vertí el líquido en el recipiente y salí de la cocina con el vaso en la mano para sentarme al lado de mi madre.

- Son las nueve y media de la mañana cielo, ¿qué haces levantada tan temprano? - dijo mirando su reloj de muñeca.

- No tenía ganas de seguir durmiendo - me encogí de hombros y le di un sorbo a mi zumo.

- Perfecto - dijo levantándose a la vez que apagaba la tele - Vístete y acompáñame a hacer la compra - me sonrió.

- Claro, ahora mismo voy - le sonreí también.

Mi madre se dirigió a su habitación para vestirse mientras que yo terminaba de beberme el zumo tranquilamente. Diez minutos más tarde, me vestí con una camiseta holgada roja con la palabra Paradise en color negro y unos pantalones vaqueros oscuros rotos, acompañado de mis zapatillas Nike. Cuando terminé, mi madre ya estaba en la puerta de la entrada, esperándome con el carro de la compra.

- Alice, ¿de qué sabor prefieres los yogures? - me pregunto mi madre. Vi que tenía en cada mano dos packs de yogures de distinto sabores.

- Fresa - confirmé. Mi madre sonrió y dejó en el estante los de coco.

Miré la lista de la compra y revisé todos los alimentos que estaban en el carro metálico. No faltaba nada así que, nos dirigimos a una de las cajas donde había menos gente y pagamos.

Llegamos a casa un poco acaloradas. Lo único que quería hacer era tirarme en el sofá, pero eso tendría que esperar. Tenía que ayudar a mi madre a colocar las cosas en su sitio. De repente mi móvil se escuchó desde la mesa del salón, corrí y descolgué el teléfono.

- ¿Diga? - hablé después de descolgar la llamada.

- ¿Alice Grestel? - preguntó una mujer desde la otra línea.

- Sí, soy yo. ¿Quién habla?

- Soy Denise Lachance, la directora de la Escuela de Bella Artes en París - dijo haciendo que instantáneamente me pusiera nerviosa - Le llamaba para comunicarle de que ha sido usted admitida en nuestra escuela. He visto los papeles que rellenó y son fantásticos. Bueno, sencillamente, usted es fantástica y la quiero en mi escuela - dijo entusiasmada y muy interesada en mí,

¡No me lo podía creer! No daba crédito a lo que mis oídos estaban escuchando. La directora de la escuela me había llamado a mí. ¡A mí!

- ¿Está hablando en serio, Sra. Lachance? - pregunté llevándome la mano a la boca sin poder creerlo.

- Por supuesto señorita - se escuchó una pequeña risa de su parte.

- ¡Oh dios mío! Muchísimas gracias - exclamé - Disculpe pero estoy tan feliz, este es mi sueño.

- Me alegro muchísimo de poder contribuir a que lo alcances - sonreí - Mi secretaria me comentó que eres de Inglaterra pero no te preocupes porque si estás dispuesta a venir, la escuela te podría ofrecer una beca que cubra gran parte de los gastos - habló con decisión.

- ¿De verdad? - pregunté sorprendida.

- Pues claro. Estamos muy interesados en que formes parte de nuestro equipo. ¿Aceptas nuestra propuesta?

- Por supuesto - le contesté sin dudarlo.

- Genial. Felicitaciones señorita Grestel - dijo la señora Denise - En unos cinco o siete días, le llegará una carta confirmándole la entrada a nuestra escuela. Así mismo, se le adjuntará la información sobre la beca de la que le he hablado. Si tiene algún problema, no dude en llamar a este mismo número e intentaremos ayudarla en todo lo que esté en nuestras manos.

Te conocí en ParísDonde viven las historias. Descúbrelo ahora