Capítulo 40

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Abrí los ojos lentamente, acostumbrándome a la poca luz que había en la sala. Estaba desorientada y el cuerpo me dolía horrores. En mi brazo izquierdo tenía una vía y yo comencé a ponerme nerviosa casi al instante. La máquina a la que estaba conectada comenzó a pitar y, segundos más tarde, una mujer entró en la habitación, alegrándose de que estuviese despierta.

- Hola Alice, soy Matilda. Estás en el hospital, no te preocupes - dijo la enfermera mientras comprobaba la máquina a la que estaba conectada.

- ¿En el hospital? ¿Qué ha pasado?

- ¿No lo recuerdas?

Intenté acordarme de por qué había terminado en el hospital, pero todos mis esfuerzos fueron en vano. Lo único que recordaba era que salí con Jared de compras, pero nada más.

- No - respondí.

- Tu amigo y tú tuvisteis un accidente de coche, pero no te preocupes, él está bien. Ahora dime, ¿cómo te encuentras?

- Me duele la cabeza y el lado derecho de mi cuerpo.

- Eso es normal, el golpe fue muy fuerte. Es un milagro que no haya sido más grave - añadió.

- Tengo sed - dije.

- En un momento entrarán mis compañeras y te traerán comida y bebida. Ahora, déjame hacerte un par de pruebas más, ¿vale?

Con un movimiento de cabeza, asentí. La enfermera comenzó a examinarme y, varios minutos más tarde, entraron otras mujeres que iban vestidas igual que Matilda y que llevaban una bandeja con comida.

- Matilda - la llamé.

- ¿Si?

- ¿Mi amigo está fuera?

- Tu amigo y el resto de tu familia.

Y justo cuando terminó de pronunciar esas palabras, la puerta se abrió dejando ver a mis padres tremendamente preocupados y con los ojos rojos, señal de que habían estado llorando.

- ¡Alice! - exclamaron acercándose a mí para fundirnos en un abrazo.

- Tengan cuidado - los interrumpió Matilda - Su cuerpo todavía está muy lastimado.

- Cariño, no sabes el susto que nos ha dado - dijo mi madre mientras varias lágrimas descendían por su rostro - Cuando nos llamaron del hospital sentí que me moría. ¿Cómo te encuentras?

- Estoy bien, no os preocupéis - intenté tranquilizarlos - ¿Cómo está Jared?

- Está destrozado mentalmente, pero físicamente está bien, nada que lamentar afortunadamente. Tú te llevaste la peor parte ya que el coche chocó por tu lado, mientras que él solo tiene un par de rasguños - comentó mi padre.

- Gracias a Dios - dije.

- ¿Seguro que te encuentras bien, jolie? ¿Necesitas algo? - preguntó mi padre.

- Necesito ver a mis amigos, ¿puedes decirles que pasen?

- Claro cariño - respondió mi padre.

Él salió de la habitación, dejándonos a solas a mi madre y a mí. Ella no se despegaba de mi lado y, aunque había parado de llorar, todavía estaba asustada por verme en esa cama de hospital.

- Mamá, te prometo que estoy bien. Solo me duele un poco la cabeza, pero nada que no se cure con un poco de reposo y tranquilidad - dije intentando amenizar el ambiente.

- Lo sé cariño, lo sé - respondió ella - ¿Sabes? Afuera hay un chico muy preocupado por ti. Se llama Philip, ¿lo conoces?

Asentí y la miré a los ojos. Ella esbozó una sonrisa y me acarició el pelo, haciéndome saber que ya sabía que él era aquel chico de la moto.

Te conocí en ParísDonde viven las historias. Descúbrelo ahora