Philip seguía con el semblante serio y su mirada estaba perdida en la nada, pensando en las palabras que acababa de decirle. Estaba siendo muy orgullosa, demasiado, pero incluso así me maravillaba su perfil, era sencillamente perfecto. En ese momento, él giró su cabeza dándose cuenta de que lo estaba mirando. Me sonrojé y casi al segundo, miré hacia abajo para empezar a jugar con mis manos con un poco de nerviosismo.
- Alice - suspiró - No quiero que estés con él.
- ¿Con Jared? - pregunté como si no supiera de quién hablaba.
- Como se llame - dijo restándole importancia.
- Mira Philip... Si piensas que voy a dejar de ver a Jared porque tu me lo digas, vas listo. Es mi mejor amigo, no pienso dejarle por ti - me encaré.
- Que yo sepa un amigo no vive en la misma casa que su amiga - contestó en tono de burla.
- ¡Quizás deberías dejar de prohibirme y comenzar a demostrarme tus sentimientos! - exclamé enfadada cruzándome de brazos. Philip iba a volver a hablar pero enseguida se calló mirando al suelo.
- Tienes razón - suspiró de nuevo.
Estaba preparada para seguir hablando del tema, pensando en los argumentos a favor de mi amistad con Jared, hasta que me di cuenta de las palabras que me había dicho: tienes razón.
- ¿Qué? - pregunté confundida.
- Que tienes razón. No tiene sentido que me ponga así cuando sé que no me harás caso - dijo aún con la cabeza agachada.
- No es que no te haga caso, simplemente hay ciertos aspectos en los que no deberíamos meternos. Y este es uno de ellos.
- Pero no me negarás que ese amigo tuyo tiene sentimientos por ti. Se ve a leguas, Alice. Es normal que esté celoso...
Pensé en decirle que todo eran imaginaciones suyas, que entre Jared y yo no había pasado nunca nada, pero no podía engañarle. Odiaba la mentira y odiaba que me mintieran.
- Philip, él y su hermana son mis mejores amigos. Nos conocemos desde pequeños y nuestra amistad es muy especial, pero llevas razón. Jared y yo nos hemos besado, muchas veces, pero nunca hemos sido nada más que amigos.
- ¿Por qué? - preguntó curioso.
- Yo no quería ser algo más. Y ahora tampoco quiero. Jared es un amigo increíble, pero nada más. No tienes por qué preocuparte.
- No sé... - suspiró.
No sabía qué hacer para que Philip me creyese, para que se diera cuenta de que solo lo quiero a él. Para que me demostrara sus sentimientos de una vez y dejara de preocuparse por estas cosas.
- Si te quedas más tranquilo... Jared sabe todo lo que ha pasado entre nosotros - dije.
- ¿Le has contado sobre mí? - preguntó sorprendido.
- Sí, y me apoya. Él solo se preocupa por mí. Cuando lo conozcas mejor, te darás cuenta. Ya lo verás.
Philip esbozó una sonrisa, pero sabía que solo lo hizo para que dejara de hablar. Tenía claro que no le gustaba hablar de Jared, exactamente igual que me pasa a mí con Monique, aunque la única diferencia es que mi amigo no es una mala persona. Ella sí. Quizás mi querido francés pensaba justo lo contrario.
Estaba pensativo, procesando toda la información que le había dado. No me gustaba verlo de esta manera, incluso cuando es culpa suya que no estemos juntos como una pareja.
Miré el reloj que llevaba en mi muñeca izquierda: las seis de la tarde.
- Philip, tengo que irme. Es tarde.
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Te conocí en París
Novela Juvenil- Yo... No puedo - dije consciente de que estaba haciéndole daño. - ¿Por qué no puedes? Y no me digas que es por mi hermana. Tú y yo somos mayores de edad y no tenemos que estar escondiéndonos por Doris. - Jared, yo... - le miré a los ojos y dud...