Capítulo 7

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Ya casi estaba lista para comer con mi familia. Hacía bastante tiempo que no los veía y estaba verdaderamente emocionada.

Estaba deseando ver a mis primas, sobre todo a Vanessa, que tenía un año menos que yo. Siempre nos habíamos llevado muy bien aunque, a decir verdad, la última vez que la ví éramos solo unas niñas.

Bajé a la planta baja de esta casa, que ahora también era mía, donde mi padre estaba esperándome ya.

En el trayecto al restaurante me informó un poco sobre mi familia ya que, a fin de cuentas, hacía al menos cuatro años que no los veía y habían cambiado, al igual que lo hice yo. Estaba ansiosa por volver a verles.

Cuando entré en el restaurante estaban todos esperándome. Podía ver a mi tío Boris con su esposa y sus pequeños, a los que todavía no conocía; también estaban mi abuela Melissa, mi tía Erika y su marido Klauss y por último, mis primas Vanessa, Marie y Barbara. Saludé a todas y cada una de las personas que allí se encontraban y entre risas y halagos por parte de todos ellos, dimos comienzo a la comida.

A pesar de llevar un día aquí, todavía no podía creerme que estaba con mi padre y parte de mi familia. Me fijé en sus caras y pude notar lo alegres que estaban porque yo estuviera aquí, aunque realmente la que más contenta estaba era yo, por poder vivir estos momentos después de todo lo que ha pasado. Estaba hablando con mi prima Vanessa hasta que la voz del camarero hizo que un escalofrío recorriese todo mi cuerpo.

- ¿Saben ya lo que van a tomar?

No podía creérmelo. ¡Era él!

- Sí, claro - respondió mi padre invitando a que cada uno dijera lo que quería. Cuando llegó mi turno, el chico esbozó una sonrisa. Con dificultad, pedí mi comida y el chico lo apuntó rápidamente en su agenda - Por último, queremos una botella del mejor champagne que tengáis para celebrar que mi hija Alice está aquí en París.

- Espero que te guste mucho nuestra ciudad y que la disfrutes - respondió mientras me miraba para terminar guiñándome un ojo. Sentí como mi cara ardía pidiendo internamente que nadie en la mesa estuviera mirándome - Si necesitan cualquier cosa, estoy para servirles.

Después de esto, el chico no volvió a aparecer en la mesa ya que otro camarero se hizo cargo de traer nuestros pedidos. No sabía por qué, pero deseaba volver a verle aunque fuese de lejos.

No paraba de pensar en la casualidad (y en la mala suerte) que hizo que nos volviéramos a encontrar justo en el restaurante donde iba a comer con toda mi familia.

Ahora él sabía mi nombre y yo había sido tan tonta que ni siquiera me fijé en la placa con el suyo. Sin embargo, aunque me quejaba por lo que había sucedido, no podía ocultar la sonrisa que me había producido este encuentro.

- Alice - me llamó Vanessa - ¿Qué te parece si salimos esta noche? Una amiga mía hará una fiesta en su casa y me gustaría que vinieras conmigo.

- No creo que sea buena idea. No conozco a nadie y...

- Por eso mismo es buena idea, así también puedes conocer un poco mejor a los franceses y pasar un rato más con tu prima favorita. - dijo Vanessa con una sonrisa - Venga, di que sí, por favor.

- Está bien - dije - ¿A qué hora nos vemos?

- Te recojo en tu casa a las 21:00. Ya verás como nos lo pasamos genial.

La realidad es que me apetecía ir a la fiesta, al fin y al cabo, no había venido hasta aquí para quedarme en casa.

La comida había sido genial y hacía tiempo que no me lo pasaba tan bien con mi familia. La verdad es que me hicieron sentir como en casa con un solo inconveniente, en esa casa no estaba mi madre y la extrañaba muchísimo. Así que, lo primero que hice al llegar, fue llamarla. Le conté todo lo que había hecho (a excepción de mi encuentro con el chico misterioso) y le dije que iría a una fiesta con mi prima. Mi madre estaba feliz de escucharme tan feliz y, después de una hora, terminamos la llamada.

Te conocí en ParísDonde viven las historias. Descúbrelo ahora