Philip se marchó hace dos horas y no había logrado volver a conciliar el sueño. No paraba de dar vueltas en la cama mientras que una sonrisa inundaba mi rostro. Lo único que rondaba mi mente eran las últimas palabras que él me dijo: vivamos nuestra locura. Eso pensaba hacer. No sé cuánto dure esto, no sé qué pasará con nosotros y tampoco sé qué es lo que nos deparará el futuro. Pero ahora no me importa.
Decidí escribirle un mensaje donde le explicara todo lo que había sentido esta noche, sentía que era necesario.
Yo: Philip, sé que debes estar cansado y que dentro de unas horas debes ir a trabajar, pero me veo en la obligación de mandarte este mensaje. No puedo dormir y no paro de pensar en todo lo que ha pasado esta noche. Siento que debo darte alguna que otra explicación y que tú también tienes que dármelas, así que, allá voy.
He conocido a Marc hoy en la fiesta y no puedo negarte que lo haya pasado bien. Sin embargo, una parte de mí estaba deseando salir de su agarre y seguir bebiendo mientras los demás a mi alrededor se divertían. Creo que debes saber que me sorprendió bastante tu reacción (no me esperaba que fueses a decir que yo era tu novia y muchísimo menos, que luego me llevases al callejón para besarme y abandonarme después) pero me gustó (excepto la parte de abandonarme). Me dejaste aturdida, sorprendida y con ganas de más. Te deseé y te odié al mismo tiempo y, espero que a partir de ahora nos quedemos solamente con la primera parte :)
También he mantenido una breve pero intensa conversación con tu ex novia. ¿Cómo se llamaba? ¡Ah, sí! Monique. Esa. Parece ser que estaba espiándonos mientras nos besábamos y no es que me agrade tener público en momentos tan íntimos y personales. Necesito que me cuentes cómo fue vuestra relación, porque ella parece que tiene muchos datos sobre ti que yo desconozco (en realidad, no te conozco casi nada). No te ofendas, confío en ti pero no quiero secretos y mucho menos, con ex parejas.
Otra cosa: ¿qué pasa entre mi prima y tú? Está claro que ayer os odiabais mientras que hoy habéis estado muy cariñosos (al menos la parte que yo pude presenciar con mis propios ojos). Necesito que me expliques este punto para saber a qué atenerme. Me gustan las sorpresas pero solo si son agradables ;)
Antes hemos hablado de hacer caso a nuestro corazón, aunque sea una locura y, escuchándolo un poco, me he dado cuenta de que apenas nos conocemos. Así que, aquí tienes unos datos sobre mi vida (el resto, tendrás que descubrirlos tú, así que, ponte las pilas ;)
Nací el 9 de Julio de 1999, es decir, tengo 18 años.
Mi mejor amiga se llama Doris.
Me encantan los animales.
Me apasiona la pintura y la fotografía.
Nunca he tenido novio.
Seguramente el último dato sea el que más te impacte pero no vayas a pensar que en mis 18 años he sido un angelito. No te equivoques. Simplemente, estoy esperando a la persona adecuada y, de momento, no ha aparecido. Quizás seas tú ;)
A pesar de todo, me ha encantado que me despertaras y que vinieras a mi casa solo para solucionar las cosas conmigo. Eso dice mucho de ti. Y me encanta.
No puedo decirte que te quiero porque aún tengo que poner mis sentimientos en orden y para eso necesito tu ayuda. Sin embargo, puedo despedirme diciéndote que no paro de pensar en ti y que estoy deseando que sean las cinco para volver a verte.
Que pases un buen día. xx
Eran las nueve de la mañana cuando terminé de escribir el mensaje. El sueño se había esfumado y no tenía intención de volver, por lo que me levanté de la cama y decidí ir a dibujar al jardín de mi casa. Mi padre se sorprendió cuando me vio y sentándose al lado mía comenzó a hablarme.
- Buenos días jolie. ¿Qué haces despierta tan temprano? - mi padre me dio un beso en la cabeza.
- He madrugado - me encojo de hombros y le sonrío.
- Muy bonito eso que dibujas.
- Gracias.
Mi padre entró en la casa y minutos después volvió a salir con una bandeja con mi desayuno: un par de croissants, unas tostadas con mermelada dibujando una cara sonriente, un zumo de naranja natural, fresas esparcidas por el plato y un café. Lo miré con ternura y dejé mi libreta y los lápices de colores a un lado.
- ¿Todo esto es para mi? - pregunté asombrada.
- Para la princesa de mi casa.
- Tengo que acostumbrarme a esto, nunca como tanta comida en un desayuno - una carcajada salió de la boca de mi padre.
- ¿Quieres compartirlo conmigo?
- Es una buena idea - dije sonriente.
Mi padre se sentó a mi lado, resguardados por la sombra que nos proporciona el naranjo que tenemos a nuestra espalda. Coloqué la bandeja entre los dos y empezamos a desayunar. ¡Estaba riquísimo! Me dio mucha pena cuando unté la tostada ya que se veía muy tierna con la carita que le puso mi padre.
Cuando terminamos el desayuno, hicimos las tareas del hogar. Era increíble cómo algo tan aburrido podía ser maravilloso y eso, solo sabía hacerlo mi padre.
- Te noto muy contenta esta mañana.
- ¡Claro que estoy contenta! ¿Cómo no estarlo? - dije mientras abrazaba a mi padre - Estoy feliz por estar aquí contigo, papá.
- No sabes lo feliz que me hace escuchar eso mi niña.
Y era cierto. Estaba feliz por estar con mi padre pero también lo estaba por Philip. Aún no podía creerme que esto me estuviese pasando a mi. Después de lo que pasó anoche, estaba segura de que estaba enamorada de él.

ESTÁS LEYENDO
Te conocí en París
Novela Juvenil- Yo... No puedo - dije consciente de que estaba haciéndole daño. - ¿Por qué no puedes? Y no me digas que es por mi hermana. Tú y yo somos mayores de edad y no tenemos que estar escondiéndonos por Doris. - Jared, yo... - le miré a los ojos y dud...