Capítulo 51

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Miré a mi amiga y bebí de un tirón el resto de la bebida que todavía quedaba en mi vaso. Reí y me dirigí con una elegancia muy impropia de mí hacia donde se encontraban la chica y la copia de mi Philip. A medida que me iba acercando, mis pasos decididos se transformaban en pasos confundidos y la sonrisa triunfante que en mi cara tenía dio paso a un rostro totalmente confundido.

- ¿Philip? - susurré.

Me acerqué un poco más a ellos, esperando un milagro que sabía que no iba a llegar. Lucy y el chico que hasta ahora parecía Philip estaban bailando muy pegados, incluso podía jurar que iban a besarse en cualquier momento.

Sentía que el corazón se me saldría por la boca en cualquier momento, pero lejos de quedarme parada y callarme como la cobarde que era la mayor parte del tiempo, me armé de valor y me situé delante de ellos. Cerré mis puños, como si con ello lograse contener la rabia y las ganas de llorar que en ese momento tenía.

- Disculpad - dije tocando el hombro de Lucy.

Philip y su nueva conquista se separaron y, aunque Lucy me miraba sin saber quién era, la cara del francés era todo un poema. ¡Gilipollas!

- ¿Nos conocemos? - preguntó ella mostrándome su perfecta y blanca dentadura.

- ¿Podrías apartar tus sucias manos de mi novio? - respondí.

- ¿De qué estás hablando chica?

- Él - apunté con el dedo índice a Philip - es mi novio.

Lucy se giró perpleja buscando alguna reacción por parte de su amigo y en cuanto vio su cara, sonrió.

- Creo que te estás equivocado - dijo - ¿Este atractivo chico de aquí, con el que pienso pasar el resto de la noche y no precisamente en este local? - preguntó con una sonrisa - Los tíos como él, no tienen novias.

- No guapa, pero la que te estás equivocando, eres tú.

Mi mirada se centró en Philip, el cual se encontraba al lado de Lucy observándonos inquieto pero sin hacer nada.

- Eres un gilipollas... - le dije negando con la cabeza.

- Alice, tranquilízate, ¿vale? - intervino Philip esta vez.

- ¿La conoces? - preguntó ella sorprendida.

- Claro que me conoce guarra, ¡te he dicho que es mi novio! - bramé.

- ¿Cómo me has llamado? - dijo con la boca abierta como si no me hubiera oído.

- ¿Acaso ahora eres sorda? Te he llamado guarra, ¿quieres que te lo repita? - contesté enfrentándome a ella.

- ¿Pero quién te crees que eres, eh? - dijo apuntándome con el dedo - Seguro que solo eres una chica con la que Philip ha pasado el rato. A él, las únicas chicas que le interesan son como yo - dijo con una sonrisa maléfica mientras se apuntaba a sí misma.

La ira se apoderó de mí. No podía creer que Philip, la persona a la que quiero estuviese permitiendo que su amiga se dirigiese a mí de esta manera y yo, Alice Grestel no iiba a permitirlo y me abalancé sobre ella. Definitivamente me había vuelto loca, pero nadie, JAMÁS iba a pisotearme como esa niñata estaba haciéndolo ahora mismo.

- ¡Ahh, duele! - gritó Lucy.

- ¡¿Cómo puede alguien ser tan rastrera para acostarse con una persona que ya tiene novio?! - grité.

Lucy intentaba zafarse de mí pero no podía. Yo tenía el control y no pensaba cedérselo. Mientras con una mano le aguantaba el brazo evitando que ella me pegase a mí, con la otra le tiraba del pelo.

Te conocí en ParísDonde viven las historias. Descúbrelo ahora