Capítulo 6

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Pese al control férreo que las dos damas Jedi ejercían sobre su psique. Ben comienza a sentir algo extraño durante el breve trayecto que le había llevado hasta allí. Plantado frente a la puerta de la enfermería a la espera de que se abra para entrar trata de tantear a la sombra agazapada en los mismos bordes de su mente. La presencia afilada similar a una cuchilla penetra sigilosa y lenta por debajo de su córtex cerebral adentrándose más y más en su cerebro. Un esotérico sondeo que no busca la anulación de sus poderes sino algo mucho más siniestro.

-¡Ren! ¡Pasad dentro! - Le interrumpe la voz firme de Kirana Ti. Con un gesto frustrado comprueba que la intervención de la Maestra Jedi ha provocado un corte en la conexión establecida con el espía mental. La mira en cierto grado airado, y observa de soslayo el perfil de su otra captora, Kim-ly Be. Cualquiera de ellas, incluso una presencia oculta, puede ser su nuevo enemigo. Tendrá que permanecer alerta. Quien quiera que sea anhela su perdición.

Su mente se vacía casi por completo cuando fija la vista en Rey. Tan real como dormida. Tan cercana como lejana en la inconsciencia. Rodeada de aparatos que miden todas sus constantes vitales y un penetrante olor a desinfectante. Hace ademán de acercarse a ella pero un médico droide se adelanta para hablar con la Maestra Ti:

-Señora, las heridas físicas de la paciente mejoran a buen ritmo. Pero... nada podemos hacer con las otras. La energía vital de la joven está siendo consumida muy deprisa.

-¿Cómo...? ¡Eso es imposible! Hasta hace unas horas mejoraba. - Inquiere perpleja la mujer.

-¡Os lo dije! Rey se muere. ¡Me necesita! - Brama Ben desesperado sin poder contenerse. Al instante siente el lazo de la magia dathomiriana tirando de su Fuerza hasta doblegarle.

-¡Callad, Ren! Quizás sois vos quién la está matando lentamente. –Le grita Kim-ly Be. El joven clava sus pupilas en la Hermana de la Noche y sin amilanarse le contesta:

-¡Jamás, lo haría!

-¿Por qué? ¿Por qué no lo haríais, Ren? Es vuestra mayor enemiga.

Aprieta los dientes y bisbisea: -Ella no es mi enemiga. ¡Nunca lo fue!

Sorprendida, las pupilas de la bruja se dilatan por unos instantes apenas perceptibles hasta casi perder por completo su bonito tono violeta mientras trata de indagar en la mente del joven en busca de la verdad:

-¡No mientes! - Susurra a su lado Kirana Ti. Tan certera como desconcertada. Su compañera la mira de reojo, también asombrada con el descubrimiento. Un hecho que hace que su opinión sobre Kylo Ren varíe. La mujer reúne toda la calma de la que es capaz y se hace a un lado al tiempo que le dice: -Creo que tampoco mentís con respecto a su cura. Demostradme que podéis sanarla, Ren. Solo disponéis de cinco minutos.

-Entonces, ¡Quitadme las esposas, ya! - Demanda ansioso. Con un único movimiento de manos Kirana excarcela las muñecas del joven.

Libre Ben se gira y observa con rostro airado al inútil droide médico que atiende a la muchacha. Solo puede curar sus heridas físicas pero no las psíquicas. El joven se postra de rodillas junto a la camilla que sustenta a la muchacha en la inconsciencia y le musita con voz grave casi como si recitara una plegaria:

-Rey, estoy aquí... Contigo. - Las yemas de sus dedos se acercan hasta el dorso de las de Rey, y tras unos segundos de vacilación se posan sobre ellas. La suave caricia le hace rememorar la última vez que tuvo un contacto así con ella interrumpido por la obcecación de su tío Luke. Aquel único roce de dedos fue tan elocuente. Le hizo descubrir los humildes orígenes de la joven y despertó algo en él que creía borrado. La compasión. Éste otro, pese a que ella no pueda mirarle como en aquél, con sus ojos de gacela herida, también le revela algo. Aquel sentimiento que ha querido negarse a reconocer en la eterna soledad que le acompaña en su desolada existencia.

Black Diamond (La redención de Kylo Ren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora