Bajo la influencia de una estrella ensangrentada una nave se desliza silenciosa por el cielo carmesí de Dathomir para ir a posarse con suavidad sobre un pequeño claro enfangado que permanece increíblemente seco dentro del impresionante humedal selvático del que se compone la tierra del insignificante planeta. La puerta de la oscura nave se abre con apenas un leve ruido y de sus tripas emerge una alta figura encapuchada vestida de negro medianoche de la cabeza a los pies.
En completo silencio camina embriagado por la seductora y purpúrea oscuridad hasta internarse en el bosque de altos árboles cargados de ramales tan preñados de hojas como sus robustos troncos de madera. Solo las bestiecillas originarias del planeta mágico son testigos de su paso por la umbría ciénaga. La selva dathomiriana desprende todo el encanto de sus flores de profusos aromas al anochecer e impregnan las fosas nasales de su recién llegado huésped haciéndole recordar gratos momentos vividos no hace tanto tiempo y que ahora retornan a su mente fortalecidos y frescos.
Al cabo de poco más de una hora, su figura emerge al otro lado del gran bosque para toparse con otro escenario mucho menos imaginativo retrotrayéndole a la realidad que le ha tocado vivir durante casi toda su vida. Muerte. Cientos de enormes esqueletos de Rancor hacen las veces de anfitriones a ambos lados de un camino improvisado por las pisadas de otros sujetos. Parecen colocados a propósito allí pero él sabe que no es así. Que son la consecuencia de la gran batalla librada por las Hermanas de la Noche contra el ejército droide separatista comandado por el General Grievous. Un escalofrío recorre su espina dorsal al imaginar al viejo ejército de "Muertas Vivientes" despertadas por la anciana Daka y su temible magia arcana, abriéndose paso a la tierra rojiza una vez desprendidas de los capullos de los que colgaban sus cuerpos en los que dormitaban las antiguas guerreras. Se deshace de aquel funesto pensamiento y bajo la capucha recién acomodada sobre su cabeza aprieta con fuerza los dientes y camina con paso decidido y mirada alerta hacia el extremo opuesto al macabro cuadro que le rodea.
Al otro lado, sobre un inmenso cúmulo de piedras derrumbadas por la guerra y la ira, haya una abertura. Lo que en otro tiempo debió ser la entrada a la fortaleza de las "Hermanas de la Noche", erigida en el interior de una cueva escondida. Escala por ellas sin problema y penetra por la abertura que le ofrece la boca de una antigua efigie grisácea esculpida en la misma piedra que preserva la cueva.
Una vez que su vista se aclimata al interior de la caverna descubre que está exenta de rojo pero sigue pareciéndole tan tenebrosa como lo es el exterior. A ello se une la humedad y el frío que se desprende de sus rocas calizas y sus imponentes techos. Percibe cercana una presencia y lejos de esconderse prosigue con firmeza su camino. Nada le desviará de su objetivo. A escasos metros una figura aparece. Un zabrak, con sus característicos cuernos y sus vistosos tatuajes faciales. De inmediato la criatura se pone en guardia pero él alza una mano y lo paraliza en el acto cerrándole la tráquea e impidiéndole respirar. El extraño ser cae al suelo inconsciente.
En absoluta calma, el visitante continúa su implacable marcha. Sabe que no será fácil llegar hasta su destino, pero tiene "Esperanza". Ese sentimiento tan humano le pilla por sorpresa y se le atraganta en el gaznate produciéndole cierta zozobra. Una inquietud que logra dominar a tiempo de no caer en manos de los dos guardianes con los que se topa y logra adormecer con demasiada celeridad. Se oculta en una oscura oquedad entre las rocas y concentra su respiración para recobrar la tranquilidad. No puede desvelar su presencia a nadie. Se encuentra en un planeta repleto de magia. Una magia nutrida por el Lado Oscuro de la Fuerza. Respira pausado y busca en la cueva el lugar exacto donde guardan aquello que él ha venido a rescatar.
Minutos más tarde, y tras paralizar a unos cuantos guardias más, se haya frente a una puerta. A través de una ventana acristalada puede ver lo que ha venido a buscar.
Sobre una camilla blanca y esterilizada se encuentra un cuerpo inerte tapado por una sábana igual de impoluta atendido por un médico droide. El bello rostro de la joven permanece tan sereno y hermoso como inalterable. No así los nervios de su visitante que en un estallido de inusitada rabia revienta la puerta que le separa de ella al grito:
-¡Rey!
Continuará...
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Black Diamond (La redención de Kylo Ren)
FanficHan pasado algunos meses, tal vez un par de años desde que Kylo Ren se enfrentó por última vez a las fuerzas rebeldes en Crait. Desde entonces nada ha vuelto a saber de Rey. Durante todo ese tiempo en el que Ben se ha convertido en Remperor ha busca...