Black Diamond (La redención de Kylo Ren)

Capítulo 40

Es tal el deseo de venganza hacia su antiguo alumno, que la experimentada Capitán Phasma curtida en mil batallas, no mide las consecuencias y tras asestarle en plena mandíbula un tremendo puñetazo cargado del metal cromado de sus guantes, se da cuenta de su grave error. El muchacho encaja el primer golpe con dignidad pese al dolor infringido, sin embargo es hábil y evita el segundo envite agachándose y devolviéndole la trompada con un empellón, que arrastra a la mujer unos metros atrás hasta dejarla tirada en un gran charco de agua. El moreno planta su pie sobre el peto cromado y desde su posición de pie le grita: -¡No soy ningún error del sistema, capitán! Creo que soy el único cuerdo en ese ejército de locos.

La mujer brama tirada en el suelo, impedida para levantarse por el peso de su armadura. FN-2187 se le antoja como un demonio negro anclado sobre su pecho, ya bastante oprimido por el metal con el que siempre carga a cuestas y escupe las palabras: -¡Ese ejército de locos fue el que te sustentó durante años!

-¡Claro! Había que alimentar a la carne de cañón. Era solo un niño cuando me arrancaron de mi familia, Phasma. Impedido para pensar por mí mismo. Yo no quiero esto. –Señala a su alrededor. La batalla truena en todo el bosque como la misma tormenta que asola aquel territorio selvático y cálido: -¡Solo deseo vivir en paz!

Desde su posicionamiento tumbada sobre el lodazal, Phasma lanza una sonora carcajada al aire y vuelve a gritar: -¡Para eso ya es tarde, FN-2187! Todos nacemos con un sino, el tuyo es morir aquí y ahora, en el campo de batalla. ¡Para eso se os entrena, soldado de asalto! –y aprovecha la distracción del joven para sujetarle por el pie libre y alzarlo en peso. Finn cae hacía atrás también sobre el suelo y el golpe le provoca un ligero mareo que lo atonta.

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Mientras la asiática Rose Tico dispara con su bláster de mano piensa en el tiempo que hace que no ve a Finn. Ya debería haber vuelto tras destruir el vehículo. No obstante, el moreno no da señales de vida. Algo distraída en sus divagaciones, un soldado avanza hacia ella por un lateral. El siseo de un disparo pasa ante sus ojos, y acierta sobre el peto del hombre que cae al suelo muerto. La muchacha abre los ojos al tiempo que voltea la cabeza para ver quien le ha salvado la vida. Casi sin aliento musita: -¡Gracias!

Rey le devuelve la mirada y le aconseja: -¡No hay de qué! Pero no te distraigas, o eres mujer muerta.

La joven asiente y vuelve la mirada al frente parapetada tras unos altos setos. Mientras su compañera observa alerta en derredor. La tormenta arrecía en lo alto, confundiendo el sonido de los truenos con los del fuego enemigo. A unos metros de Rose y de ella, están Poe y dos de sus soldados salvaguardando el búnker de la súper arma. Chewbacca y otro soldado se encuentran justo al otro lado. Solo son ocho personas para defender la posición frente a decenas de soldados de asalto. Embravecida por la falta de efectivos, Rey vocifera a Dameron: -¡Maldita sea, Poe! ¿Dónde diablos están esos refuerzos?

La rojiza luz de un rayo cae justo delante de ella, e impacta sobre el barrizal abriendo un gran boquete y cegándola por un instante. El estruendo de unas pisadas se abre paso en la selva, pisoteando todo lo que encuentran alrededor. En pocos segundos, Rey tiene delante a un AT-ST y su boca se abre sorprendida. Poe le grita exultante: -¡Ahí tienes tus refuerzos, Rey!

Y el infierno se desata en medio del bosque, en forma de rayos rojos y granadas de concusión.

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Con todo el coraje de su cuerpo abrasado, Phasma se pone en pie. Ve como las tornas de la batalla dan un vuelco y la escoria rebelde recibe ayuda de los nativos del planeta. El combate en Toydaria está casi finiquitado. Pero no el suyo. Se desprende de parte de su armadura y se dispone a terminar con su venganza.