Black Diamond (La redención de Kylo Ren)

Capítulo 15

Pasmada, Rey se sienta sobre la otra silla existente en el cuarto, y se lleva las manos a la cabeza al tiempo que musita:

-No era una visión. En realidad me trasladé en el tiempo. Pero, ¿Eso es posible?

Ben suspira a la vez que se sienta sobre el borde del colchón y le explica: -Después de verte en Yavin IV investigué sobre el tema. No hay documentado ningún caso de Jedis que hayan viajado en el tiempo. Pero, los espíritus Bedlam sí podían manipularlo, y también los aing-Tii. Una especie de monjes alienígenas procedentes de un mundo dentro de la Falla Kathol, en el Borde Exterior. Tanto unas criaturas como otras son sensibles a la Fuerza. Dime, ¿En qué momento tuviste esa visión? - El joven entrecomilla la palabra con sus dedos en el aire. Ella le mira y dice:

-Unos minutos antes de que llegaras a Takodana.

El ceño de Ben se frunce y musita confundido: -¡No puede ser! Para mí pasaron cuatro años y para ti... ¿Solo unos minutos?

-¡Así es! Tú apareciste en esa visión cuando toqué el sable de luz. - Y en un gesto involuntario acaricia el revestimiento de su empuñadura aún colgada de su cinturón.

-¡El sable de luz de mi abuelo! –la mirada de Ben se vuelve introspectiva cuando afirma: -él te eligió. Anakin estableció esa conexión entre nosotros.

Con gesto contrariado Rey inquiere: -¿Darth Vader? ¡No es posible! Fue la espada la que me eligió. ¡Me lo dijo Maz Kanata!

-¡No! ¡Tú, te equivocas! –Asegura el joven con voz grave: -Esa sucia contrabandista no tiene ni idea. Fue su auténtico portador quién te escogió como la próxima dueña de su sable de luz. Y no fue Darth Vader. Mi abuelo murió en el Lado Luminoso. Anakin Skywalker fue, quién de alguna forma, nos conectó. Pero, ¿Por qué? ¿Por qué lo haría? –Su confusión le vuelve pensativo.

-Estás especulando. ¿Cómo puedes estar tan seguro de qué fue tu... -termina con algo de terror: -...tu abuelo... él que hizo esa conexión?

-¡Es cierto! –Profiere con convicción: -Estoy teorizando. Pero estoy seguro de ello. Al menos en lo que se refiere al sable. Aunque... -Susurra especulativo: -Puede que nuestra verdadera conexión sí que surgiera durante el interrogatorio. Al menos por tu parte. Yo pasé cuatro largos años hasta dar contigo. - Su abstracción le lleva a fijar la vista en una de las abruptas paredes como si allí se encontrara la respuesta a todas sus preguntas. Rey sigue con el sondeo:

-Y... ¿No crees que si hubiera querido decirnos algo se nos hubiera aparecido?

Ben enarca una ceja y responde sorprendido: -Hablas de los fantasmas Jedi. ¿Mi tío Luke te habló de ellos?

-¡No! Lo leí. En los Libros Sagrados de los Jedi. ¿Al Maestro Skywalker se le aparecieron?

Ben arruga el entrecejo, y explica un poco molesto, por rememorar lo vívido junto a su tío: -¡Algo me contó! Pero no todos los Jedis muertos logran dominar la técnica para comunicarse e interactuar con los vivos. Quizás mi abuelo no lo consiguió nunca. –Y piensa para sus adentros en la cantidad de veces que le pidió consejo y jamás respondió en modo alguno. Luego recuerda algo e inquiere con interés: -¿Dónde estudiaste esos libros? ¿Fue en Ahch-to?

-¡Ajá! Estaban en el interior de un árbol Sagrado.

-¡El Árbol de la Fuerza! –Exclama el joven maravillado: -Entonces las leyendas eran ciertas. Sería interesante poder echarles un vistazo. Quizás encontráramos algo sobre los Viajes en el Tiempo. Deberíamos visitar esa isla.

-No es necesario. –Responde Rey mordiéndose el labio inferior, y un tanto avergonzada añade: -Esos libros están mucho más cerca. Guardados en el Halcón Milenario.