Han pasado algunos meses, tal vez un par de años desde que Kylo Ren se enfrentó por última vez a las fuerzas rebeldes en Crait. Desde entonces nada ha vuelto a saber de Rey. Durante todo ese tiempo en el que Ben se ha convertido en Remperor ha busca...
Mientras en la arborescencia toydariana, la lluvia arrecia creando una gruesa cortina de agua entre hostigados y hostigadores, dentro del edificio que protege la súper arma de "La Nueva República", todos están pendientes del droide esférico BB-8 y sus maniobras para conectar con las tropas del planeta, menos Finn y un par de soldados rebeldes, que siguen apostados junto a la puerta para evitar que el enemigo se acerque hasta ella y la descodifique. Los disparos se distancian en el tiempo para así ahorrar la munición de los blasters, ya que no es infinita. Su olfato de antiguo soldado de asalto, le dice que la paciencia de los hombres de blanco, se está agotando y lanza una pregunta al aire: -¿Os queda mucho ahí? ¡Estos se impacientan! No tardaran mucho tiempo en darse cuenta de que solo contamos con un escudo deflector de rayo.
Poe le contesta: -No tardaremos mucho en recibir ayuda. Es cuestión de minutos. Con ese escudo bastará.
-Poe... a estas alturas deberías conocer las tácticas de "La Primera Orden". No son tolerantes precisamente. Tus ingenieros deberían haber protegido ésta súper arma con al menos otro escudo deflector de partículas. Creo que os habéis pasado de crédulos con vuestro "infalible y secretísimo plan".
Dameron le hace un gesto de hartazgo mientras BB-8 chisporrotea ufano a su lado: -¿Lo has logrado, pequeño?
El droide astromecánico hace girar su esfera como si bailara adelante y atrás en tono afirmativo, entretanto el piloto rebelde se ocupa de pedir ayuda a sus aliados toydarianos.
Entre la grandiosa fronda que rodea al búnker grisáceo, se halla Phasma. Su casco cromado ha perdido su brillo picoteado por la incesante caída de gotas de agua, que la sacan de quicio. Trata de observar el cielo, donde se pierde el flujo inagotable de energía de aquella extraña arma fabricada por la escoria rebelde. No sabe que otras cualidades posee, pero entre ellas, ya ha sido informada de que impide moverse a cualquier nave en el espacio dentro de su radio de acción, que es mucho.
Dentro de aquella mole de hormigón, se encuentra su mayor enemigo. Aquel que un día entrenó y que creía iba a convertirse en el mejor soldado de asalto de la historia de "La Primera Orden". FN-2187. El maldito traidor. El culpable de las eternas quemaduras que luce en el cuerpo, y también de su perpetuo sufrimiento que le causan las secuelas.
Acuciada por la rabia, con su mano enguantada se limpia el agua del visor que le dificulta ver las alturas y vocea a sus hombres: -¿Dónde está esos bazookas? ¡Tendrían que estar ya aquí! ¡Muévanse! La mujer sabe que de sus acciones depende la supervivencia de "La Primera Orden", pero aquel maldito planeta mojado le está poniendo demasiadas trabas.
El espacio, pese a encontrarse terriblemente seco, también es un hervidero de acción y fuego. Los Caballeros de Ren acaban por rendirse satisfechos a la superioridad numérica de los soldados de asalto de "La Primera Orden". Su artera maniobra ha sido todo un éxito y su líder Kylo Ren se ha unido de nuevo a ellos, justo antes de su rendición. Spiculus interroga a su antiguo Maestro con la mirada, y éste le contesta con una sonrisa disimulada y una mirada de soslayo hacia un lateral del hangar. Un solitario caza TIE despega y se pierde en la oscuridad puntuada de blanco, justo antes de que "La Tela de Araña" entre en acción, paralizándolo. El guerrero le sonríe. La treta está en marcha, y su compañero Tetraites viaja ya lejos del "Supremacy II", para cumplir con la parte más crucial del plan de Ren.
Sumisos, los caballeros restantes se dejan apresar entre grilletes aturdidores, para ser conducidos hasta el único acceso al nuevo salón del trono de Snoke. Un solo turboelevador.
Otra sonrisa mucho más taimada se perfila en el abrasado rostro de la Capitán Phasma, al ver como un certero disparo impacta contra la gruesa pared del búnker asediado, haciéndole un boquete que vuela de paso la puerta de acceso a su interior. Sus sospechas eran ciertas, y parece que los rebeldes han perdido el escudo deflector de partículas que evita los impactos provocados por los iones. Ahora, la escoria rebelde está en su poder, y casi saliva pensando en lo cerca que está de ajustar cuentas con el traidor de FN-2187.
"La Primera Orden" lanza una descarga de iones contra el edificio, y éste pese a su envergadura no puede resistir el envite y parte de un muro junto con la puerta, se vienen abajo. Varios cascotes caen sobre dos soldados, dejando a uno muerto y otro malherido. Entre la polvareda producida, Poe grita al resto que queda con vida: -¡Concentrad vuestros disparos en el frente! ¡Debemos resistir hasta que lleguen los refuerzos!
Un silencio sepulcral se instala en el turboelevador, durante el corto tiempo de su ascenso al Salón del Trono. Cada Caballero concentra sus energías en la tarea que debe llevar a cabo. Kylo Ren, por el contrario, condensa su atención en el acero oscuro de las puertas, a la espera de que se abran, para poder mirar al feo rostro de Snoke. Todo el miedo que sintió de niño lo ha canalizado en ira. Pero una ira contenida que solo quiere justicia para su aciaga infancia y su adolescencia interrumpida. El monstruo que acechaba en las sombras de sus pesadillas, morirá este día. Eso, o él mismo fenecerá en el intento, pues se niega a vivir esclavo de sus errores. El error de matar a su padre, llevado por las artimañas de la criatura venida de las "Regiones Desconocidas". Hoy todos esos años de horrores vividos desde el mismo vientre de su madre, llegarán a su fin.
Las puertas del turboascensor se deslizan a los lados con un leve siseo, y todos los prisioneros salen de él, seguidos de sus captores. Una singular amalgama de tonos blancos y negros, como las piezas de un tablero de Holo ajedrez, se colocan al igual que ellas justo delante del trono, que ocupa la solitaria y dorada presencia del Líder Supremo de "La Primera Orden", flanqueado por su perenne y encarnada guardia pretoriana. El juego está a punto de comenzar.
Continuará...
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