Capítulo 18

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Fuese la hora que fuese ahí arriba, sobre la superficie del planeta Zigoola, allí abajo, en las tripas del ardiente desierto seguían imperando las tinieblas, tan solo iluminadas por las llamas anaranjadas de las antorchas asidas a las paredes calizas, cuya refulgencia titilaba arrastrada por los modernos aspiradores escondidos que barrían de continuo cualquier rastro de arena dispersa en el aire del Templo Sith.

Rey camina por unos minutos delante de Kylo y Flamma adentrándose en las largas galerías por las que habían caminado hacía unas horas conduciéndoles hasta el cuarto donde encontraron descanso. Ahora se frena en medio de un pasillo que se divide en dos, igualmente oscuros e inquietantes. La rubia guerrera la adelanta y mirándola de reojo le dice:

-¿Cuál de los dos caminos crees que es el correcto?

-Correcto, ¿Para qué? - Inquiere suspicaz la muchacha.

Flamma se encoge de hombros y contesta: -Eres una Jedi, ¿no?

Rey arquea una ceja y suspira con fuerza. Pero no responde. La rubia sonríe feroz y vuelve a plantear la cuestión: -Dime, Rey de Jakku. ¿Qué te dice tu instinto? ¿Qué camino sería el más seguro para ti?

Antes de que pueda responder emergen de la negrura a su izquierda los cinco caballeros de Ren restantes con su jefe a la cabeza: Spiculus. Quién con voz bronca exclama:

-Por fin os dignáis a salir de esa habitación. –Aquellos ojos añiles y claros como los cielos de Jakku  justo antes de una tormenta de arena la estudian de pies a cabeza, y ella pese a su poca experiencia en cuestiones de hombres detecta la lujuria en ellos y sus rasgos se fruncen con desagrado.

Kylo se adelanta interponiéndose entre la lasciva mirada del caballero y la enojada de Rey para responder en el mismo tono: -Hemos tardado lo justo y necesario, Spiculus. ¿Ya tenéis vuestra decisión tomada?

-¡Por supuesto, Maestro! –confirma el Caballero con voz afilada: -Aunque todavía hay algunos cabos que acordar. - Se hace a un lado, como la noche pasada, y tiende una mano para dejarle pasar delante: -Acompañadnos, ¡Por favor! Las grandes decisiones no se toman en los pasillos, sino en lugares mucho más dignos.

Kylo enarca una reticente ceja y antes de rebasar a Spiculus toma por el codo a Rey conduciéndola a su lado. La muchacha se deja llevar con docilidad entre los belicosos guerreros impulsada por su instinto de protección. Sabe que allí está en terreno hostil, y el único que le es favorable es Ben Solo. Aunque ahora se muestre como el Maestro fundador de la Orden de Ren.

El grupo de guerreros abandona el pasillo izquierdo y toma el de la derecha. Rey observa de soslayo la tenebrosidad que dejan atrás y recuerda las recientes palabras de la antipática Flamma: -"¿Cuál de los dos caminos crees que es el correcto? ¿Qué te dice tu instinto? ¿Qué camino sería el más seguro para ti?".

"No siempre el camino más seguro, es el correcto". - Eso es lo que le habría contestado a la  engreída esa si no hubiesen sido interrumpidas. Un pinchazo de curiosidad la picanea incitándola a desandar el camino iniciado tras los caballeros y a seguir el otro. El más peligroso.

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-Me alegro de que hayáis cambiado de opinión, Finn... Rose. –Responde un alegre Poe Dameron tras la noticia de que sus amigos han decidido seguir junto a La Alianza y apoyarlos en la arriesgada misión que tienen por delante.

-Todo está ya listo para despegar, comandante Dameron. –Informa la teniente Connix desde la rampa de entrada a la nave que Lando Calrissian les ha prestado para llevar su mortífera carga.

Finn trata de que su rostro no refleje la náusea que le provoca el miserable encargo que les ha sido encomendado, y sube a bordo del Halcón precedido por Rose Tico.

Black Diamond (La redención de Kylo Ren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora