VĪ-. Cuando El Sol Baja A La Tierra

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~~~~~"Aunque pasé el tiempo mi dolor no se quitará

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"Aunque pasé el tiempo mi dolor no se quitará.
Aunque haya llorado ya demasiado, sigo pensando en ella.
Aunque quiera que regrese, sé que realmente jamás lo hará.
Aunque quiera creer que es un sueño, la realidad me golpea de frente.
Aunque quiera volver a atrás a aquellos tiempos, jamás pasará."

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No sé cuánto tiempo ha transcurrido, ni cuánto llevo aquí sentado contemplando la tumba de mi madre, ni siquiera el ruido incesante de mi estómago por el hambre hacen que me den ganas de levantarme de aquí.
No sé cuántas Lunas y Soles ya han pasado, no tengo idea de nada de lo que sucede a mí alrededor.
Pero, puedo decir que ya era tarde, el Sol estaba apunto de ocultarse; eso parecía. Se fue ocultando de una manera lenta y delicada como siempre lo ha hecho. Me dediqué por primera vez a observar lo, como si tal vez él me fuera a escuchar, como si me fuera a consolar....

"¿Quizá tal vez él me pueda ayudar?"

Ese fue mi pensamiento mientras lo veía, en el momento en que tocó la colina se empezó a mover, casi como si caminara sobre ella. A mí ver desde esta perspectiva en qué veo que el Sol se está moviendo de una manera extraña, me surgió por primera vez en mucho tiempo la curiosidad, ¿por qué no todos los días ves al Sol moverse casi como si caminara?
¿O es normal y yo soy el que no se había dado cuenta? Eso es lo más raro que he visto en mí vida, pero, mejor decidí volver a mi trabajo y observar a la nada y sólo sentirme miserable por lo que me ha pasado, sólo eso es lo único que puedo hacer.

Estaba sólo..................o al menos eso creí, porque se empezaron a escuchar pisadas, se escuchaba el crujir de las ramas y las hojas. Y después de unas cuantas pisadas se detuvo el sonido, escuché al viento soplar y el miedo empezó a surgir un poco en mí, pero por más de que miré a mí alrededor no vi a nadie. Decidí mejor no prestarle importancia, y seguí escuchando solamente a la nada.

- Engél, no temas, no te preocupes, no pasa nada pequeño, tranquilo. - dijo alguien pero, habló tan pausado y con tanta paciencia que no se si deba asustarme o hacerle caso.

Con las pocas fuerzas que aún me quedan, me levanté y volteé lentamente hacia el origen de esa voz.
Miré entre los árboles que se apreciaban, ellos estaban a mis espaldas pero, no se veía nada. Un escalofrío recorrió mi espina dorsal, y tragué duro la saliva, la sentí tan rasposa al recorrer mi garganta.

- ¿Q-q-qu-iie-enn e-err-ess? - empecé a tartamudear sin cesar; escuchaba a mí corazón latir desbocado.

Lo admito no soy valiente y, el simple hecho de oír a alguien hablarte cuando estás solo y eres un niño, te hace dudar.

- No temas pequeño, no te he de hacer nada. - me contestó la voz misteriosa, que hablaba de un punto desconocido. Pero aún así lo hacía con delicadeza, como si fuera un padre.

- ¿Cómo sabes mi nombre? - le pregunté, lo único que puedo hacer es interrogar.

- Yo soy un Sol, no te preocupes, no estás solo y nunca lo has de estar, ven pequeño anda ven a mis brazos, yo te voy a cuidar. - habló igual de suave y calmado.

- No, yo no voy a dejar sola a mí mami. - el sólo hecho de mencionar esas palabras me produjo un nudo en mi garganta y esa sensación como si estuviera tragando vidrios, es una sensación tan pero tan precisa, que creo que jamás la he de olvidar.

Entonces, él apareció delante de mi vista entre el ramaje de todos esos árboles, vestía de una manera muy extraña, ya se veía grande y un poco viejo; fue caminando lentamente hacia mí, se agachó a mi altura y me tomó por los hombros.
Y me sonrió, su sonrisa parecía sincera.

- Luces agotado, ¿Sabes no puedes cuidar a tu mami con tu pancita vacía? Escucha de ahora en adelante yo seré quién te cuide y nada malo te pasará. - su sonrisa se hizo más amplia como si estuviera satisfecho por sus palabras o quizás por su idea.

Ni siquiera me dejó contestarle, no quería abandonarla a ella, no quiero olvidarla, ni que piense que la abandoné; sólo me alzó en sus brazos y empezó a caminar.

Su aroma era igual al de una hoguera, era tan cálido y agradable. No sé por qué razón sus palabras me dieron un poco de consuelo, algo que nadie había hecho en mucho tiempo. Creo que aunque fuera un desconocido, me hizo sentirme seguro, realmente quería durante todo este tiempo un abrazo, alguien que me dijera que todo estaría bien, que ya no hay nada que temer. Pero, aún no se me quita el recuerdo amargo de la pérdida de mi madre, sin pensarlo mucho fuí sintiendo mis lágrimas calientes corriendo como yo lo hacía antes cuando me dirigía a los brazos de mi mamá en aquel jardín, y aunque me duela sé que sólo quedará como un simple recuerdo, jamás la volveré a oír reír. Con todos esos melancólicos sentimientos me aferré a él. Quiero creer que aún hay esperanza.

Tal parece que aún no ha terminado mi historia, cuando yo ya le quería dar fin, realmente no quería seguir vivo. Y como el viento que sopla de la nada y silva en tus oídos, creí escuchar una de sus tantas frases:

"Aferrate a la vida a través de los recuerdos buenos y sigue luchando por esa esperanza, no te rindas tan fácilmente mi pequeño angelito"

Después de todo esas fueron sus únicas palabras que jamás olvidaré de ella algo que se que me ayudará para continuar viviendo.....

Un Ángel Sin Nombre (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora