XXĪĪ.- ¿Qué Es Una Escuela?

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"Nunca olvides que mientras tú vas, tus padres ya regresaron por el camino por ende ya conocen más qué tú"

Todo va bien, excepto por una cosa, finalmente ha llegado una mala noticia. Le han avisado a mi padre que ha iniciado una "guerra", por lo tanto mando a llamar a él Capitán Storm y a otros líderes para iniciar sus respectivos movimientos, a mí por el contrario me van a volver a mandar a el mismo lugar por unos 2 días, porque según es para arreglar ciertos inconvenientes.

Así que eso me lleva a lo de ahora, en está ocasión me presionan para empacar porque es de inmediato, sólo que yo no pienso abandonar a mi padre. Por lo tanto me he escondido debajo de mi cama, dudo que me encuentre aquí, inclusive el piso de mármol es demasiado comodo asi que sera de gran ayuda para completar mi misión, eso sin contar con mi pollito de fuego está conmigo, igual de quieto que yo y sin hacer ruido. Lo que he notado es que me sigue a todas partes y es muy unido a mi, ya no me da miedo.

- Brainius, ¿En donde se encuentra joven?- la voz de la señora de servicio hizo que mis alertas despertarán, debo ser muy precavido para tener un éxito total.- Joven Brainius, tiene que alistar sus cosas para poder irse a un lugar seguro.

Sus pies aparecieron en mi campo de visión, sin embargo aún seguía sin encontrarme, huelo la victoria sólo un poco más y será mía.
Busco en el baño, en el clóset pero, en ninguno de esos lugares estoy.

- No está aquí.

Fue lo último que dijo, volvió a revisar en el clóset y se retiró de mi alcoba.

- Uff, estuvo cerca.

Yo y mi compañero audaz soltamos el aire que habíamos guardado, lo he conseguido descifrar si te quedas inmóvil y si no piensas en nada puedes pasar desapercibido para las personas.

- ¡BRAINIUS SAL DE DEBAJO DE LA CAMA! ¡AHORA!

Bueno.... Nunca dije que aplicaba en Dioses o en papás.

- Shhh, no hagas ruido.- le dije en un susurro a mi fénix, estaba picando el piso, así que lo agarre para que no hiciera ruido.

Pero no sirvió de nada, se levantó la cama de repente y ante mis ojos estaba un señor padre molesto .

- ¡Ah! Hola papá, ¿Qué tal?

Sonreí lo más grande que pude para fingir inocencia, pero no sirvió de mucho. Negó con su cabeza y me levantó agarrándome de la tela de mi blusa, pero de la espalda.

- JiJiJiJi.

Le sonreí enseñado mis dientes.

- Creí haberte dicho de que guardarás tus cosas para tu viaje, o ¿Me equivoco?

- Ammm, sí si te equivocaste.- levantó una de sus cejas y me miró con los ojos achicados.

- Así, ¿Por qué me equivoqué?

- Fácil te explico, te equivocaste porque yo me voy a quedar contigo.

- No, ¿Para qué te quedarías si no sabes pelear ni defenderte tu solo?.- se me descompuso totalmente mi cara con su pregunta, inclusive se sintió como si me hubiera caído un balde de agua fría.- Al contrario, si te vas haré lo posible para que no te pase nada, mandaré a cuidar la zona en dónde vas a estar.

- No quiero dejarte.

- No es una opción, ni mucho menos te estoy preguntando es una orden.

Por más de que le sostuve la mirada, tengo que aceptar que él tiene la razón después de todo.

- Está bien.

Sonrió y se dirigió a la salida de mi habitación conmigo aún cargando.

- Debido a que yo te dije que era de inmediato el empacar, te vas a ir sin maletas.

- Si.

- Pero nada más irás un día.

Lo miré y estaba sonriendo, yo también sonreí victorioso.

- Sin embargo Brainius, no va a ser nada fácil estar aquí en época de guerra, pero como gustes.

Me siento Cheshire, sonriendo tanto me siento ese gato. ¿Sabían que a nosotros que no tenemos un transcurso de tiempo igual al de los humanos, podemos decidir leer cosas que ya inventaran dentro de cientos de años? Esa es una de las ventajas de esto.

- Bueno hijo, mañana irán por ti, pórtate bien por favor.

- ¡Por supuesto!

Me dejo en la puerta y me fuí con un señor de uniforme, de soldado con la insignia del Dios del Sol, le dije adiós a mi padre con la mano hasta que lo perdí de vista.

Aunque sólo sea un día espero que esté bien sin mí.

Cuando llegamos al mismo lugar donde ya había ido antes, está vez hay, muchos, niños. ¿Qué sucede aquí?
Fruncí mi ceño y jale la blusa del soldado, él agachó la mirada y me sonrió.

- ¿Qué ocurre pequeño?.- me preguntó de manera alegre al ver mi confusión por los hechos.

- ¿En dónde estoy y por qué hay tantos niños?

- Eso es porque esto es una escuela, y hay niños porque es martes, y los niños van a la escuela.

- ¿Escuela, qué es eso?.- su rostro se marcó por una expresión de confusión pero, volvió a sonreír.

- Una escuela es un lugar donde te enseñan cosas nuevas todos los días.

- Oh.

Escuela, suena de lo más interesante y extraño, ah ya recuerdo creo que mi madre me decía que yo no podía ir a la escuela por nuestra situación. Supongo que realmente nunca tuve muy claro que era la escuela.

- Y ¿Por qué la primera vez que vine había un cuarto para mí?

- Ah, eso fue para tu estancia aquí, para que te sintieras cómodo.- sonrió un poco más y se agachó a mi altura.- Aunque si gustas puedes ir a tu habitación.

- No, quiero saber cómo es una escuela.

- Claro, para eso estamos aquí, pero trata de no incomodar te.- lo miré extrañado, ¿Por qué me diría eso?

Sin embargo ya no quise decirle nada más, se levantó y comenzó a caminar hacía un cuarto, o no se que sea. Abrió la puerta y se asomó, después salió y con él una señora, bueno señorita.

- Hola, esté es el niño de el que ya se le había comentado.- ella me miró y sonrió también, todo mundo sonríe de una manera rara.

- Hola pequeño, ¿Cuál es tú nombre?.- su voz era dulce y cálida, pero aun asi no me daba total confianza.

- Brainius.- le hable en un tono de voz bajo.

- Bueno Brainius, ¿Por qué no pasas adentro? En unos momentos voy.

- Si, está bien.

- Bueno, siéntate donde gustes.

Abrió la puerta a la habitación extraña, con una gran curiosidad y timidez me fui moviendo lentamente hasta llegar a la puerta, me asomé un poco y vi a un montón de niños sentados. Uno volteó a verme y me espante, me puse recto y volteé a mirar a el soldado.

- Vamos ve, no pasa nada.

Tragué saliva y me arme de valor, di un paso, luego otro y otro hasta llegar a estar enfrente de todos ellos. La parte buena nadie me miró, la mala me siento extraño.

Vi un asiento vacío junto a la ventana y me fuí a sentar ahí. Suspiré, pasamos la parte uno.

- Hola.- unos ojos color verdes me miraban con intriga, era una niña, parecía amable.

- Hola.

- ¿Cómo te llamas?

- Yo.- me lo pensé por un momento, ¿Qué nombre digo ahora?- Soy Brainius y ¿Tú?

- Soy Jena, ¿eres nuevo?

- Supongo.

- Bien, bienvenido a la escuela Brainius.- sonreí.

Sí, a la escuela.

Un Ángel Sin Nombre (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora