XVĪĪĪ.- Mi Pollito De Fuego.

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Los rayos del sol que traspasan las cortinas me despertaron, me levanté despacio y decidí arreglar me

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Los rayos del sol que traspasan las cortinas me despertaron, me levanté despacio y decidí arreglar me. Tengo hambre, aunque no quiera admitirlo la tengo, así que decidí salir y me dirigí hacia el comedor. Cuando llegué, ahí estaba mi papá desayunando. No lo salude y simplemente me senté a comer, de verdad que tengo hambre pero, no hay ningún plato de comida para mi, ¿por qué?

- No hay desayuno, hasta que no saludes como es debido, no creas que me pasa desapercibido ese hecho.- salte en mi asiento por el modo tan serio que me hablo, dirigí mi mirada hacia él para prestarle más atención.- Oh.- achico los ojos y me miro con total detenimiento como si fuera un libro y pudiera leerme.- ¿Acaso sucede algo?

Tragué duro mi propia saliva, se muy bien que él es capaz de leer todos y cada uno de mis pensamiento pero, me es inevitable mantenerme con la mente en blanco. Suspire y negué con mi cabeza, fingí que veía el mantel para no tener que mirarlo directo a los ojos.

- No sucede nada Windlout.- le dije de manera lenta y un tanto bajo pero, me di cuenta de mi error muy tarde.

- Mmmmm, asi que ¿no sucede nada?.- levante la mirada para verlo a los ojos y vi que estaba recargado en la mesa con las manos entrelazadas sobre ella.

- Ah yo, no por supuesto que no señor, ¡Digo! papá, eso si papá.

Dos palabras...................................
La regué.

- Y ¿por qué no me saludas te hoy?.- su pregunta me tomó desprevenido.

-Ahh, em yo es que tengo demasiada hambre.

- Y dime, ¿Acaso no será porque ayer no cenaste y en lugar de eso simplemente te fuiste a dormir?.- yo no sabia que responder asi que mejor baje la cabeza.- De acuerdo comprendo, trae le su desayuno por favor.

Levante la cabeza para observar lo, la mujer que nos atiende asintió y se retiró para ir por mi alimento, en cambio mi padre se me quedó viendo, observando me con gran detenimiento. Me siento tan pero tan vulnerable ante su mirada, casi parecía que puede leer perfectamente todo de mi.

- Entonces, ¿no me dirás por qué no cenaste ayer?

- Yo, estaba realmente cansado.-se lo dije lento y bajo, volví a bajar mi cabeza para no tener que verlo a él.

- No es por lo que sucedió ayer, ¿O sí?

- No padre, por supuesto que no.

- Y entonces, ¿Por qué no me miras a los ojos Brainius, pasa algo?

- No, nada malo sucede todo está bien.- le dije y levanté la mirada, el no paro en ningún momento de observar me fijamente.

Trajeron mi desayuno y me dispuse a comerlo, cuando acabe me levanté de mi asiento, le di las gracias a mi padre y me fui a mi habitación a encerrarme.
Estaba en mi cama sentado pensando en todo lo que ha pasado hasta ahorita, lo acepto una que otra lágrima se deslizaba sin querer por mi carita, me sentía fatal. Sólo quiero desaparecer....

Un Ángel Sin Nombre (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora