"Comento mis errores, me ahogo en mis penas, me doy la importancia que no es y aun así en algún momento durante la vida, más de una vez se me deja en claro que poseo cosas que otros quisieran llegar a tener."
Día de registro de acuerdo a mi criterio, no tengo ni la más mínima idea de cuanto tiempo llevo muerto y habito en este mundo de locos, locos porque desde que volví a la casa y la rutina de diario han ocurrido dos maravillosas cosas, nótese el sarcasmo, créditos a Sthorm.
En primera. Por lo que se denota, quiere llevar una vida normal como si no hubiera pasado nada, al contrario, me exige el doble.
Y en segunda. Recibo el doble de acoso escolar en la escuela por mi extraña desaparición, dicen que tenia tanto miedo por la guerra que me fui a esconder.
Obviamente no les voy a contar nada a ellos, me enseñaron que esta prohibido contar ciertas cosas a los humanos, sobre todo porque suelen temerle a lo desconocido.
Por mientras, el habito de estudio ya nadie me lo quito, al contrario, se exaltó un poco cuando noto mi cambio de carácter mi padre, él me había mandado a traer unos regalos con Sthorm al segundo día de enterarme que seguía vivito y coleando, le desconcertó bastante el hecho de que me trajera libros y pizarras cuando esperaba encontrar juguetes.
- Ya no es de su agrado eso señor.
- ¿Estás en lo correcto? - Todavía no alcanzaba a comprender la razón por la cual no había juguetes. - Yo digo que eso no es algo que quisiera recibir él, aún es un niño después de todo.
- Soy joven, más ya no un niño. - busque hablar suavemente, aunque con mirada seria. - tengo 12 años de acuerdo con mi pensamiento mortal padre, por lo que estoy a punto de entrar en la pubertad y convertirme en un adolescente.
Lo observe fijamente, después regresé mi vista al tomo pesado que tenia en las manos, sonreí.
- Nada mal Sthorm.
- Un trato es un trato después de todo, mocoso.
- ¿De que no se me ha comentado? que cabe destacar por lo visto, era algo importante. - Su tono confundido dio a denotar que realmente hubo cosas que no le contó en absoluto el capitán a Windlout.
- Eso, es una larga historia, tienes a tu niño, pero te darás cuenta de poco a poco, que cambio demasiado, podría decir hasta con orgullo que se le pegaron algunas cosas mías. - Sthorm sonreía mientras se lo contaba.
Esto porque según él decía que era mejor que descubriera mi propia identidad a través de las diversas situaciones que experimentará, todo sin mencionar que le agrado mucho el hecho de instruirme en "la vida solitaria" o al menos así le llamo yo, esto es debido a que consiste en ser apartado del resto para enfocarte en tu propósito.
Sin dar tantas vueltas a algo que ya sucedió, aterrizare mejor en el día de hoy, que cabe destacar es otro día más.... se podría decir normal.
En la escuela para no tardar mucho, me hice asocial, no me gusta estar cerca de la gente, suelo buscar un árbol en el cual me acobijo con su sombra para leer, no me separo de los libros y si antes era bueno en la escuela, ahora los maestros no saben que hacer conmigo.
Ya hablaron con Sthorm y le propusieron el cambiarme de grado a uno más adelantado, obviamente mi respuesta fue "No"
- ¿Por qué razón no? - Su tono de confusión se mezclaba con su sorpresa por negarme a esta "brillante solución"
- No quiero tomar atajos, solamente busco conocimiento, no veo por qué razón presumir o gozarlo, si haré algo que sea en silencio, además, debo agregar que realmente quiero pasar mi vida lo más normal que se pueda.
El capitán y el director me miraron por un momento con extrañeza, pero, realmente eso es lo que pienso.
- Pues, si eso es lo que el prefiere no veo algún inconveniente. - de cierta manera se escuchaba la intriga en el tono de Sthorm. - Además, su padre también le impuso un tutor que se encarga de enseñarle a parte de la escuela, por lo que va a seguir aprendiendo más que sus compañeros.
- Entonces, dígame capitán, ¿Cuál es el punto y mandarlo a la escuela? Si el niño recibe educación en casa. - El director paso de estar confundido a escucharse molesto.
- Quiero llevar una vida normal lo mayor posible.
El director se rió de mi respuesta, me miro y con cierto tono de cinismo me dijo.
- ¿Cómo alguien como tu lograría vivir una vida normal? Si eres hijo de un dios.
No le contesté, simplemente me disculpe y me retire de su oficina.
Desearía pode dar una respuesta a todos lo que me dicen lo mismo, pero no, tampoco yo la tengo, solamente se que debo lograrlo de alguna manera.
- Si sigues así, la gente va a pensar que eres un malcriado.
Creo que es la primera vez en la que Sthorm me habla de una manera suave. Pero, sólo me dedique a seguir caminando con la vista al frente.
- Mira. - me detuve enfrente de una señora con un puesto de verdura.
- ¿Qué se supone que vea? - Miro para todos lados, hasta que siguió mi dedo hacia donde apuntaba.
- Vez a esa señora, mi madre vendía flores, por lo que soy capaz de entender ahora que tengo todo lo que se me brinda.- me detuve unos instantes y sonreí.- Gracias a Windlout por adoptarme tengo ropa, una casa y comida, se de antemano que no todos gozan de eso, quiero una vida normal no por un simple capricho humano, más bien lo deseo, porque a pesar de que viva entre lujos no debo perder la humildad que se me inculco, unos nacen entre riquezas, y otros sin embargo luchan a diario como esa señora para poder llevar alimento a su casa, para pagar la escuela y comprar ropa necesaria.
Me voltee a mirarlo seriamente y continúe hablando.
- Seré un malcriado y chiflado, pero jamás dejare de lado aquello que significa la humanidad, mi humanidad, que es la de tener un buen corazón y algo que se llama valores, en la escuela los enseñan, pero dime, ¿de que sirve si no los llevan a cabo? Al menos en mi jamás quedará que, aunque no diga al viento lo que hago, sabre al final del día cuan afortunado soy y cuando pueda ayudar a otros lo haré sin pedir permiso, porque se de antemano que lo que a mí me sobra a otros le faltan.
Sthorm se quedo callado unos momentos, negó con la cabeza y miro al cielo mientras sonreía.
- Parece que aún con todos los lujos que se te han brindado, te sigues sintiendo como el hijo de aquella vendedora de flores.
- Y esa es la verdad.
Negó con la cabeza y me miro seriamente.
- Lo que ya fuiste déjalo en el pasado, lo que eres ahora es lo que importa, eres de una manera u otra para tu desgracia el hijo de un dios del sol, y como tal tienes demasiadas responsabilidades.
- Lo sé, soy consciente de eso, pero seré el hijo de un dios y un humano al mismo tiempo. No tengo porque olvidar en donde comencé a vivir y pensar.
Sthorm siguió negando con la cabeza y me jalo para seguir caminando.
En casa, el capitán hablo con mi padre y el solamente sonrió levemente en ese momento, pero durante la cena me dijo.
- Se que no te lo digo mucho, pero tu eres muy importante para mí, y además como tu padre estoy orgulloso de ti, aunque.- se detuvo por unos momentos y me miro con tristeza.- no soy eterno pequeño, al menos yo no lo soy como el dios de tu mundo, a mi me pueden asesinar en cualquier momento, en alguna guerra con otro Dios o con un Tragamundos que quiera invadir, porque si nos pueden lastimar, no hay día en el que tema dejarte solo.- respiro y continuo seriamente.- lo que más me preocupa es que algún día alguien rompa tu gran corazón que posees.
- No te preocupes, nadie se muere por un corazón roto.
Le sonreí y el a mí. Pero se que en el fondo, una simple sonrisa no le quitara jamás su angustia interna.
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Un Ángel Sin Nombre (Borrador)
Fantasía(Borrador) Mi vida inició con un sueño... Mi historia con un deseo..... Todo comenzó con un suspiro, tuve mi inicio como todo ser. Baje a la tierra ha vivir como humano, fui testigo de lo cruel y a la vez magnífica que puede llegar a ser la vida...