XXXXXVIII. - Cortejo de Medianoche

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"No sólo los hombres pueden acortejar, también las damas pueden llegar a hacerlo y eso no les quita ni da más valor."

Comencé a practicar el dibujo, quiero hacer los bocetos para mis planos de la máquina, mientras estoy aprendiendo lo pertinente para elaborar los materiales yo estoy ajustando la composición y como deberá desempeñarse, pero no se me da natural mucho el dibujo, necesito practicarlo.

Ha sido un día agotador, pero aquí estoy a las 12 de la madrugada tratando de mejorar mi dibujo en lugar de dormirme, después de muchos intentos fallidos y un fénix quejándose porque quiere dormir, me di por vencido. Apagué la lámpara de escritorio y comencé a recoger todo. Soy un adicto a la organización y limpieza, es culpa del señor flamas no mía, yo no era así.

- Ya, ya, no te frustres ya voy, estoy. - me quede en silencio mientras acaba de acomodar mis cosas tratando de calmar a mi fénix. - acabando y, listo.

Sonreí mientras acomodaba todo en la jaula para mi pollo de fuego, es un mimado que depende mucho de mí, aunque no haga mucho en su jaula él disfruta de mi atención. Estaba entretenido en mis labores hasta que escuche que algo golpeo mi ventana.

Me quede inmóvil mientras mi fénix pasaba de estar impaciente a en un modo alerta, clap, se escuchó otro golpe en la ventana. Imagine lo peor lo juro, soy un miedoso en exceso, y ¿si es un asesino? ¿un bandido? ¿algo peor que eso? ¿Sthorm queriéndome dar una paliza por responderle otra vez?

Mientras seguía poniéndome ansioso y pensando lo pero mi fénix ya estaba en el marco de la ventana investigando que era.

- Ven, no es nada malo.

Está fue la primera vez que ame tener a mi pollo en mi cuarto, literalmente el fue el valiente y reviso para asegurarse que no había peligro y yo muriéndome de miedo. Me asomé despacio y vi que era Ily, me sorprendió lo que hacía aquí.

- ¿Qué haces aquí?

- Shh. - me callo enseguida y me hizo señas para que bajara.

Me gire a ver a mi fénix confundido y obviamente el no estaba muy contento por la visita, cerré la ventana y me dirigí afuera en silencio, cuando me toco pasar por la oficina de mi papá él tenía la puerta abierta y aunque trate de pasar de puntitas, me descubrió.

- Dile a tu novia que estas no son las horas para visitarte. - me hablo tranquilo, me gire a verlo asustado pero el estaba sumamente ocupado en su papeleo. - ¿entendiste? No tolerare que esto se repita.

- Me quedo claro jefe.

- Bien, ve rápido y no tardes demasiado.

Deje de jugar y camine normal a la salida. Al abrir la puerta la vi a ella, tenía ojeras y parecía que había llorado mucho.

- ¿Qué es lo que ocurre Ily? ¿Tienes idea de qué horas son?

- Lo sé, pero, no me deja de carcomer la culpa Brainius. - su voz sonaba acelerada, la mire preocupado por su estado.

- ¿Qué pasa?

- Yo...- se quedó en silencio y luego me abrazo fuerte. - yo te quiero de vuelta.

- ¿De qué hablas? - le respondí el abrazo y apoyé mi barbilla.

- Lamento todo lo que paso la ultima vez y quiero tenerte otra vez cariñoso, quiero que vuelvas a ser tú mismo. - la separé de mí y la sostuve por los hombros mientras la miraba confundido.

- Pero, si sigo siendo yo mismo ¿no entiendo el problema?

- No, es claro que eres tu mismo, pero conmigo, ya no te comportas igual.

- Ah, eso. - me frote la cara angustiado y le hable tranquilo. - Ily dime ¿Cómo quieres que actúe después de todo lo que paso?

- Pero ya paso mucho tiempo.

- Sólo ha pasado una semana, y no te trato indiferente simplemente sigo un poco dolido por lo que paso.

- Yo dependo de ti. - la mire atónito. - dependo y te necesito, no sabia lo que me dabas hasta que deje de recibirlo, por favor, perdóname de una vez por todas.

- No necesitas suplicarme yo ya te perdoné, ¿no lo recuerdas?

- ¿Entonces, por qué sigues así?

- ¿Cómo puedes pedirle a alguien a quien le dolió un rechazo que actúe como si nada?

- Entonces ¿Qué puedo hacer para que me perdones?

- No Ily, no es cuestión de perdón, es cuestión de tiempo.

Me miro con tristeza y comenzó a llorar. Yo la abrace, pero ella se soltó de mi agarre, se limpio las lagrimas y me dijo decidida.

- Veras que a partir de hoy me volverás a tratar igual, Brainius. - yo me quede en silencio, esperaba que no hiciera alguna tontería la verdad. - Ten. - saco una rosa de su morral que estaba en el suelo. - no soy como tú, no sé nada sobre jardinería, pero hice todo lo que pude para conseguirla. - se agacho y saco una caja del morral. - y estos yo misma los hice para ti.

Tomé las cosas que ella me extendió, pero seguía sin reaccionar. Ella me miraba ansiosa esperando.

- ¿Y bien?

Sonreí lo más grande que pude, dejé las cosas en el suelo y la jalé con delicadeza hacia mí, le tomé su rostro entre mis manos y la bese con delicadeza.

- Gracias, no tenías que molestarte, mi bella dama.

- No. - negó con la cabeza y me miro profundamente. - yo también debo hacerte regalos debes en cuando, no puedo ser egoísta y esperar a que me des siempre. - le di un beso en la frente y la miré con dulzura.

- Mientras tu seas mi dama siempre tendrás todo de mí, así que por favor no me vuelvas a lastimar, porque hace mucho te puse mi corazón en tus manos y te di el poder de romperme.

- No cielo, no digas locuras.

- Es en serio.

- Yo jamás te lastimaría otra vez.

Sonreí aún más, me sentí muy feliz, demasiado diría yo hasta que me trajo a la realidad mi fénix. Se colocó en mi hombro y me miro fijamente, yo me reí apenado.

- Lo siento mucho Ily, pero debo ir a dormir.

- No, está bien. - se alejó un poco apenada. - yo vine sin pensarlo mucho.

- Esta bien, sólo que no vengas muy tarde para la próxima.

- Bien, nos vemos mañana. - se acercó y me dio un beso en la mejilla. - Descansa cielo.

- Si...

La mire tomar su morral e irse, me quede quieto hasta que ya no la pude visualizar más.

- Y bien, ¿Cuándo se supone que piensas entrar a dormir? - mi fénix ya estaba muy irritado.

- Te prometo que mañana te daré un paseo especial.

- No quiero tus paseos especiales, quiero dormir.

- Que rezongón eres.

- Dicen que las cosas se parecen a sus dueños.

- ¡Oye!, eso no se hace.

- Soy tu viva imagen, pero más pensante por lo visto, quien te lastima una vez lo hará dos veces, incluso más.

- ¿Acaso estas salando mi relación? - lo mire ofendido, él negó con su pequeña cabeza.

- Al contrario, es más que obvio el destino de esta relación, pero eso no lo vez tú por tus enormes deseos de amor y el cariño profundo que sientes hacia ella.

- !Que cruel! que insensibles son los pollos al carbón.

- ¡Brainius, última vez que te digo a dormir!- mi padre gritó molesto desde su oficina.

Mi pájaro y yo nos asustamos tanto que regresamos corriendo a la habitación.

Un Ángel Sin Nombre (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora