XXXVI.- Invitado.

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"Su manera de ser era tan aristócrata que parecía sacada de un libro antiguo, pero eso no dejo que congeniara con el orgullo"

Días han pasado desde que empecé mi entrenamiento cabe decir que estudio el doble, tampoco descuido a la jardinería y la lectura, me ayudan a pensar, me siento grande al ser un buen administrador del tiempo, no cualquiera logra hacer muchas cosas al día de una manera diaria y bien organizada. Cada vez agregó más rosas al jardín, además de que entreno y educó a mi fénix, consideró que es algo vergonzoso que le llame "pollito de fuego" cuando se supone que un fénix no cualquiera tiene la fortuna de tener uno, a mí por ejemplo me lo regaló mi padre, pero el que alguien se gane el cariño de uno, no es fácil, no cualquiera lo logra, es un animal tan noble y leal que es digno de un emblema. Y si, efectivamente también es como una medalla, si tienes uno eres alguien grande y admirable, varios dioses tienen algún tipo de ave o animal místico, de los del sol y fuego es el fénix.

Hoy hay una seria discusión por el tema de que siempre ando descalzo. Es un punto que se toma cada vez que termino de correr o de hacer algún tipo de esfuerzo físico. Según dijo Sthorm, aún no estoy listo para aprender a pelear, debo hacerme un atleta, desgraciadamente para mí.

- Ya te lo he dicho muchas veces, debes vestir formal, tu vestimenta de diario lo es además de que es sencilla, pero.- señaló mis pies y negó con la cabeza.- el estar descalzo no es algo que deba llenarte de orgullo.

- Consideró que me he portado lo suficientemente bien como para que quieras corregirme al 100% de un día a otro, llevamos apenas dos semanas trabajando en mi disciplina y ya me quieres estrictamente recto conforme a lo que es tu criterio.- Lo mire y le sonreí, llevamos muchas veces discutiendo por lo mismo, además de que la jardinería no es algo para un hombre...pff, si como no.

El por su parte negó con la cabeza y me dijo ya un poco más tranquilo.

- Esta bien, tú ganas campeón, pero no quitaré el dedo del renglón.- me reí por su manera tan seria de decirlo cuando claramente bromea, yo sé que en el fondo aún me ve como un niño pequeño.

- No te preocupes padre, iré buscando mis argumentos para contrarrestar tu regalo.

El simplemente se rió y después se dirigió a su oficina porque tenía asuntos que atender, yo por mi parte me quedé en el jardín, quería seguir leyendo un poco más. "El saber es poder"  el poder llegar a entender y reflexionar por tu propia cuenta, es algo que deberíamos buscar todos, no debería bastarnos con solamente conocer lo común, deberíamos tener ambición de querer más, más dudas, más cosas por conocer. Cada vez que termino un libro, comprendo que la vida es mucho más complicada que una partida de ajedrez.

Hablando de ajedrez, consideró que es  manera muy práctica de desarrollar tus estrategias, es un poco extraño el conocer cosas que aún no suceden en la tierra, pero que en algún momento inventarán, Sthorm les llama "Ciencias futuristas" no comprenden únicamente lenguas, sino además las costumbres y la historia que se desarrollará, aunque no siempre lo descrito sucede, algunas cosas son cambiantes, o al menos eso ocurre en la línea 0. Es cosa de paradojas, aún no la comprendo mucho, es algo tedioso.

Por alguna extraña razón, tuve un presentimiento, se me encogió el estómago y sin pensar camine hacía el interior de la casa, dentro pude ver a una figura en el vestíbulo, estaba hablando con mi padre, ¿de qué? Ni la más remota idea, me puse mis lentes para ver un poco más claro, pero solamente sigo observando su gran túnica café, su aspecto era el de un viejo trapo con el que limpiaron café hace mucho y aún no lo tiran, su cabello se le salía de la capucha que la cubría, sus cabellos platinados se asemejaban a un matorral mal podado. Arrugue la nariz, que mal gusto tiene, me pregunto quién será.

Con total sigilo camine un poco más cerca con la mente en blanco, si eres capaz de serenarte puedes controlar tu flujo de energía, mi punto de concentración es el de no ser descubierto, mire un poco más de cerca y vi su bastón, era una rama de algún árbol solo que tenía una extraña composición, parecía que fue diseñado para verse como la raíz de un cedro, sus manos arrugadas estaban algo delgadas.

En algún punto, por estar de miron no me di cuenta cuando dejaron de hablar y se dispuso a retirarse, se abrió una puerta en la pared está tenía el aspecto de una gran puerta de una vieja biblioteca, la abrió y por allí la atravesó, como no estaba ya mi padre, tome aire y camine hacia ella antes de que desapareciera, tenía la corazonada y el deseo de saber de quién se trataba.

Camine entre relojes de todo tipo por un pasillo ancho, su color café obscuro dejaba a denotar que era una madera de alta calidad.

Al final del pasillo se encontraba una cúpula de cristal  en la que se observaban miles de estrellas, eso sin contar con los engranajes, desde esta perspectiva, parecía el interior de un gran reloj viejo, con el techo con vista a la noche llena de estrellas, pero ¿qué raro? Hay de varios colores y círculos, eso no puede ser un cielo nocturno, así no lucen....

Seguí caminando y vi una mesa en la que estaba sentada una mujer ya grande, se le denotaban las arrugas en su cara, además de que se vislumbraba el cansancio en sus ojos cafés, pero eso no dejaba de lado su sonrisa, sus cabellos platinados le invadían la frente y lo tenía recogido el resto en un moño algo desordenado.

- Llegas tarde, te he estado esperando.- su voz sonaba cansada y alegre, como una abuelita a la cual tenía muchas ganas de ver a su nieto amado.- ¿Qué has hecho para tardar tanto? Porque no tomas asiento, ven te invito una taza de té.

Me quedé mudo, ¿cómo es que esta señora estaba esperándome si ni siquiera la conozco?



Un Ángel Sin Nombre (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora