Un Ángel Sin Nombre (Borrador)

XĪĪĪ.- Sueño Extraño..

Corría sin parar mis pies estaban descalzos, estaba agitado, sentía miedo. Mire hacia el cielo y vi que el sol no estaba, ni la luna, en cambio esté ardía, estaba teñido de un rojo intenso como si lo hubieran lastimado. Seguía corriendo de lo que me perseguía, miraba a los lados y había cuerpos de personas muertas, su vida se les había escapado de sus manos por culpa de una catástrofe que parecía provocada por la maldad y el egoísmo humano, para mi parecía que ellos habían actuado de nuevo y como había ocurrido antes volvieron a dejar sólo rastros de muerte y dolor detrás de ellos, y esta era una de las consecuencias de esos actos oscuros. Los cuerpos estaban algunos desmembrados, las espadas seguían enterradas en algunos de ellos, las armaduras de algunos soldados estaban destrozadas. El olor a azufre se impregna en mis fosas nasales con cada paso que doy hacia el frente, el calor del fuego de los lugares donde se desprendía hacía que el se volviera insoportable.

" Guerra"

El solo pensar en esa palabra me purgaba, parecía que la tenía tatuada en mi ser, como si me gritara que corriera hacia ella, tal como si la tuviera como parte de mi destino.

Seguía huyendo, cada suspiro exhalado por mí parecía una eternidad, escuchaba el retumbar de mi corazón en mis oídos casi como el galope de caballos corriendo , no podía parar....

Pero, ¿De qué huía? o ¿Por qué lo hacía? Sentía como el sudor corría rápidamente por mi cara , se escuchaba mucho bullicio y lamentos..

¿Donde estoy? ¿Acaso esto es real?

De repente paré frente al palacio de Windlout, la puerta estaba rota, no me detuve a pensar ¿qué es lo que ocurre aquí? con mis fuerzas empuje la puerta como pude y entré corriendo. La sangre se esparcía por todo el piso, venía desde algún punto en la casa. Mire al frente y me vi a mi mismo, mi pelo blanco se ondeaba con el aire, lágrimas corrían por mis ojos desenfrenadamente, mi ropa era más parecida a la de un soldado, su color era blanco pero tenía ciertos toques azules en las mangas. No entendía qué pasaba, pero me sentía muy impotente...

- No deberías estar aquí Brainius, tu padre te dijo que huyeras.- la voz de él retumbó por mis oídos.

Gire mi cabeza a verlo y ahí estaba su mirada cafeína, tan oscura y penetrante, estaba agitado al igual que yo, pero se notaba que no quería que estuviera ahí, no le agradaba ese hecho como si hubiera roto una orden de alguien importante.

Quería llorar, tirarme en el piso, me sentía miserable como si hubiera perdido lo más preciado para mí en el mundo....

- No, esto no puede estar pasando..- sostuve mi cabeza con mis manos y empecé a llorar desenfrenadamente.

" Ojalá le hubiera escuchado cuando él me dijo que me prepara para ese suceso, mi orgullo y terquedad pudieron más que su sabiduría..."

Desperté agitado, no comprendía nada, pero me sentía muy angustiado. Lágrimas calientes corren desenfrenadas por mi cara..

¿Qué es lo que acaba de suceder? ¿Qué fue lo que pasó?

No lo sé, pero se sintió tan real el sueño, la desesperación, el dolor...

Su mirada tan fría....

La sangre.. ¿Qué fue lo que acaba de pasar aquí? ¿Acaso me volví loco?

De repente se abrió la puerta de mi cuarto me asuste mucho y me escondí debajo de las sábanas, pero unas manos me destaparon, me tape mis ojitos mientras seguía llorando.

- Engél, Engél vamos despierta hijo.- me agitaban sin parar, pero no quería mirar estaba tan asustado, sentía como temblaba mi cuerpo.- vamos abre los ojos.

Necesitaba encontrar valor para poder hacerlo, busque fuerzas y lo hice, los abrí y ahí estaba mi padre con una mirada preocupada, no lo pensé dos veces y salte a sus brazos y lo abrace lo más fuerte que pude, como si él fuera lo que había perdido en esa horrible pesadilla. No entendía absolutamente nada, pero no quería separarme de él. Me empezó a sobar la espalda y a arrullar me, parecía que de verdad se había espantado por lo que me había pasado.

- Shh, ya tranquilo fue solo un sueño no pasa nada hijo.

Lo mire a los ojos esperando encontrar aunque sea un poco de seguridad en su mirada, y lo hice ahí estaba su calor paternal que necesitaba, sonreí al instante ya me sentía un poco más relajado.

- Vamos cuéntame ¿qué fue lo que soñaste pequeño?- me pregunto mientras que se acomodaba por un lado de mi.

- E-era alg-go mu-uy fe-eo.- mis palabras se fueron separando por los hipos constantes en mi intento de dejar de llorar.

- Bueno si fue algo feo olvídalo, no te preocupes yo te voy a proteger.- su mirada enternecida y a la vez preocupada me dio valor.- te lo prometo y mi palabra es ley.- parecía como si hubiera hecho un juramento, mi corazón dio un volqué de felicidad, él me quería proteger de todo.

Aunque no fuera mi padre de sangre me trataba como si fuera su objeto más preciado o su hijo legitimo. Se sentía agradable esa sensación, él sea como sea me quería y demasiado no me quedaba duda alguna, y más de una vez me lo había demostrado.

- De acuerdo padre.- se lo dije al fin sin hipar y mucho más tranquilo.

- Bien, vamos acuéstate a dormir pequeño.

Me acomode en la cama de nuevo y él me seguía abrazando.

- No te preocupes, todo esta bien.

Fue lo último que escuche por parte de él antes de caer en un sueño profundo, pero una gran inquietud acababa de nacer en mi.

¿Es qué acaso esté no es mi final feliz? ¿Aún me quedan cosas por vivir?

¿Qué es lo que tiene realmente preparado para mi la vida?