VĪĪ-. ¿Un Nuevo Hogar?. parte 1

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Sin querer me quedé dormido, la verdad es que hace mucho tiempo que no descansaba así de bien

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Sin querer me quedé dormido, la verdad es que hace mucho tiempo que no descansaba así de bien. Ni siquiera recuerdo cuándo fue la última vez que dormí tranquilo a partir de lo sucedido, aún siento que me atormentan esas imágenes y el saber que ahora estare solito, es lo que más me duele.
Con todos esos pensamientos sin querer se me salió una lágrima traicionera.
La verdad, me duele demasiado que ya nada será igual...

Al despertar me di cuenta de que habíamos llegado a una casa gigante, creo que en está casa caben muchas personas, pero si es tan grande la casa; me pregunto ¿Cuántas personas vivirán aquí?
Cuando abrió la puerta de la casa, me bajó y empezó a caminar despacio.

- Ven Engel, anda sígueme. - dijo después de dar tres pasos.

- No. - le respondí de una manera sería, la verdad creo que fue mala idea el venir con él- qué tal si me robas y ya no regresó con mi mami.

Quiero volver con mi mamá, tengo miedo, estoy asustado. Inclusive hice un pucherito con mi boquita, siento mis ojitos picar....
Solo se quedó parado observando me fijamente, casi como si fuera un libro y él me estuviera leyendo. Se giró totalmente hacía mí y regreso sobre cada uno de sus pasos que ya había dado, me sonrió y acarició mi cabecita.

- Pequeña criatura, te prometo que no debes temer, no te haré nada. Al contrario yo seré quién te cuide de ahora en adelante ¿Qué te parece?- lo dijo con tanta calma y con su sonrisa en su rostro.

- Entonces, ¿No me va hacer nada malo? -le pregunté, quizás ya le estén cansando tantas preguntas.

- Por supuesto que no. - me respondió de una manera segura, pero aún así no confío.

Al ver que no respondía, ni que tampoco hacía algo, y en cambio seguía estático pensando acerca de un millón de probabilidades de causas y consecuencias, me cargó en sus brazos y empezó a caminar conmigo.

- Bueno, entonces te llevaré a tu nueva habitación y te darás un baño, la verdad es que no tengo ropa para ti, pero ya veré que te consigo por ahora.- iba hablando mientras caminaba a paso rápido.

Durante el recorrido logré ver que hay muchas habitaciones y cuadros de paisajes, la casa era blanca con bordes color rojo, era muy amplio el pasillo hasta que nos detuvimos y me bajo.

- Así que ve anda esta es tu habitación, al fondo está el baño, ¿Quieres que alguien te ayude a bañar te o puedes tú solito? - me hizo la pregunta de una manera muy entusiasmado, pero decidí dedicarme a observar primero.

La habitación es, es , es demasiado para mí, se me hace que alguien más duerme aquí, fruncí me entrecejo y me volteé a mirarlo con curiosidad.

- ¿Quíen más duerme aquí?- le dije intrigado por mí duda, él en cambio me miró extrañado por unos momentos y sonrió.

- Nadie pequeño esta es tu nueva habitación, o ¿No te gusta?

- No señor, no es que no me guste, estoy bien con lo que sea, pero, es que es demasiado para mi.- le dije, es que la verdad es que es demasiado grande.

- No, no es demasiado, es más piensa que te lo mereces, yo te daré de ahora en adelante una nueva vida, así que solo déjate cuidar por mí.- se inclinó hacia mí dando una pausa muy misteriosa, casi como si ya tuviera todo preparado, pude observar entonces sus ojos con más detenimiento éstos eran penetrantes, su color café obscuro los hacía ver intensos y también profundos, alrededor de su pupila se desprendía una llama, tan roja y tan intensa pero no daba ningún aspecto aterrador más bien daba calma y entusiasmo. -¿De acuerdo?, Escucha se que tienes miedo, que no sabes qué pasa, y tienes muchas dudas, pero te aseguro que estarás bien de ahora en adelante.

- Mmmmmm, está bien. - le respondí rendido, la verdad es que ya no sé ni más decirle.

Él por el contrario volvió a su postura normal que viéndolo bien impone autoridad, casi como si fuera un general y sonrió, yo también lo hice por inercia, su cabello castaño ya algo claro por su edad le hacía verse como de verdad un general ya con experiencia, creo que esta es la primera vez en la que veo a un sol de esta manera, más allá de cómo un humano, más bien  le veo como alguien que quizás de verdad sea quien me cuide de ahora en adelante; quizá esa sea ya una posibilidad para mi.

- Bien, entonces date un baño y te veo en el comedor.- dijo cuando ya estaba en la puerta, sonrió una vez más y ya estaba dispuesto a irse pero se detuvo, volteó a verme y continuó hablando. - te prometo que te voy a hacer feliz a pesar de lo que pasaste pequeño.

Dicho esto último se fue, sus palabras me dejaron sin aliento, creo que ahora sí siento que tenga esperanza; tal parece que de ahora en adelante las cosas van a hacer diferentes para mi.
Me dispuse a hacer lo que él me dijo y empecé a dirigirme al baño, pero no sin antes darle un rápido recorrido a la habitación. Está era muy amplia, la cama también era muy grande. Si yo durmiera ahí, seguro no me cansaría de dar vueltas, tiene un arreglo lindo como si fuera cama de un príncipe.
Sólo puedo pensar en lo que de seguro pasará a partir de ahora, quizás y sólo quizás mi vida volvió a dar un giro de 180°, imaginarme aquí de ahora en adelante se me hace difícil, más no imposible. He ahí otra deducción mía nada es imposible, y al parecer tampoco la esperanza muere tan fácilmente, porque ha vuelto a arder en mí interior.

Un Ángel Sin Nombre (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora