XĪ-. El Viaje Imprevisto

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Después de cenar mi padre, el señor Windlout

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Después de cenar mi padre, el señor Windlout. Tal parece que debo irme haciéndome la idea de que de ahora en adelante será mi nuevo papá, cosa que jamás en mi vida he tenido. En fin, fuimos a ver al Capitán Storm, sus heridas habían sido demasiado graves así que para asegurarnos de que estuviera bien fuimos a visitarlo a la enfermería.

Al llegar, ahí estaba él, se encontraba sentado en la camilla lleno de vendajes y conectado a tubos, después de que me dedique a observar el cuarto totalmente blanco mis ojos enfocaron algo peculiar que me atrajo mucho, movido por la curiosidad fuí hasta esa hojita de árbol, la tomé delicadamente entre mis manos y en la entrada del cuarto empecé a jugar..

"Aladín, el más magnífico hombre volaba y navegaba entre los grandes cielos, flotaba tan cerca de las nubes, inclusive los tocaba con la punta de sus dedos. De pronto, se topó a su viejo camarada, el magnífico, inigualable y sorprendente Capitán Nemo. Unidos por la curiosidad y el deseo de recorrer nuevas rutas, ambos se embarcaron en una gran aventura en busca de...."

- Engél ¿Me estás escuchando acaso?- me dijo Windlout, por el susto dejé caer mi hojita y la esponjita.

Hay, se me cayeron mis juguetes...

- ¿Eh? Sí, por, por supuesto que sí lo que hayas dicho señor padre.- le dije un tanto confundido, ni siquiera escuche nada de lo que dijo realmente. Él me miró con el ceño fruncido y negó con su cabeza, suspiró.

- Te decía que a causa de cierto acontecimiento te vas a ir a jugar por unos días a otra casa. ¿Qué te parece?- me preguntó serio, a mi ver se ve un poco apurado.

- Por supuesto que no hay problema señor padre.- le dije despreocupado, no quiero causarle molestias de todos modos.

- De acuerdo Engél, espero que te guste ese lugar sólo será por un tiempo hijo.- me dijo un poco más tranquilo.

Me dí la media vuelta para seguir jugando pero, de repente sentí que el suelo se estaba alejando de mí. Giré la cabeza un poco y vi que Windlout me estaba cargando.

- Ven, vamos Engél.- dijo mientras caminaba conmigo.

- ¿A dónde voy exactamente señor padre?- le pregunté un tanto dudoso y preocupado, me da un poco de miedo irme solito.

- Vas a quedarte en una casa por un tiempo mientras yo hago un pequeño trabajo, te prometo que no tardaré mucho.- parecía que se trataba de convencer así mismo con lo que decía.- En serio Engél, creo que debes cuidar lo que piensas.

- ¿Ehh? ¿Por qué señor padre?- realmente me dio un poco de desconcierto sus palabras, ¿Por qué debo cuidar mis pensamientos? Él por el contrario se detuvo un momento, me volteó a ver, suspiró y negó con su cabeza, la duda empezó a brotar dentro de mí.

- Engél, ya habíamos hablado acerca de eso- dijo mientras me bajaba lentamente, se arrodilló delante de mí y me sostuvo por los hombros.- mira sólo prométeme que vas a estar bien, ¿De acuerdo?

- Por supuesto que sí señor padre, voy a portarme muy bien.- le dije entusiasmado, él sonrió y me abrazó.

- Cuidate mi pequeño.- dijo mientras me revolvía el pelo, yo sonreí.

- Sí, señor papá.- le dije alegre.

- Te veré pronto hijo.- dijo mientras intentaba retener una lágrima.

Me subió a un carruaje, por alguna extraña razón ahí habían maletas blancas, me pegué a la ventana y lo ví alejarse poco a poco. Me sentí un poco triste.... Me estaba alejando de él, ya lo extrañaba..

~~~ 6 horas después ~~~~

La mayoría del viaje me la pasé dormido, para cuando me desperté me encontraba en una cama. La verdad estaba muy blandita y calientita, si que dormí bien.
La habitación era de madera, estaba linda y hogareña, inclusive había una fogata, se veía tan linda.

Me bajé y me dediqué a inspeccionar el cuarto, lo fuí recorriendo de principio a fin; y al parecer como era de esperarse, era demasiado amplío, y había varias puertas a lado del pasillo de la cama.
La curiosidad me empezó a matar, abrí la primera y me asomé, había un Sol en el techo y tenía diseño de un cielo, ahí había ropa. Creo que toda era mía, parecía de niño, la cerré y fuí a abrir la segunda; ahí se encontraba una biblioteca con muchos libros y un gran espacio en medio con cojines, un escritorio y una escalera. Había 2 niveles y escaleras a cada extremo, los libros se encontraban bien acomodados, cada uno en su respectivo lugar. Me giré y salí a abrir la tercera puerta, delante de mis ojos aparecieron muchos juguetes alrededor de un espacio donde había cojines, una resbaladilla, unos columpios y otras cosas.

Ésto es demasiado para mi....

Salí y vi a unas personas afuera, estaban vestidas algo raros, los hombres estaban vestidos totalmente de café y las mujeres tenían un vestido negro con un mandil blanco, se veían bien. Caminé hacía una de ellas y le empecé a jalar despacio su falda, ella volteó a verme, me sonrió y se inclinó un poco con las manos sobre sus rodillas.

- Hola pequeño Engél, ¿En qué puedo ayudarte?.- me preguntó alegre.

Fruncí mi ceño y me quedé pensando, ¿Alguna vez lo he visto en mi vida? Yo que sepa no.

- Disculpe, ¿A poco me conoce usted?.- le dije un poco confundido, yo nunca la había visto seré distraído, pero no la recuerdo. Ella se rió con delicadeza y sonrió más amplio.

- No me conoces, mi nombre es Aidará, pero yo si te conozco a tí pequeño.

- Mucho gusto señorita Aidará yo soy Engél un placer, pero ¿Por qué me conoce?- sigo intrigado del porque sabe mi nombre.

- Eres el hijo de Windlout y yo te voy a atender y cuidar, lo mismo harán todas las personas de aquí.- dijo mientras señalaba a los demás que se encontraban en la casa.- así que sí necesitas algo sólo pídelo ¿De acuerdo?

- Sí señorita, muchas gracias.- le dije sonriente, al parecer no la conocía de antes.

- Y, ¿Hay algo que necesite jóven Engél?- arrugue un poco mi nariz por como me llamo, pero luego lo pensé..

¿Hay algo que necesite?

- No, señorita muchas gracias.- negué con la cabeza y le sonreí.

- Bueno, pues cuando necesite algo avíseme ¿Sí?

- Por supuesto que sí señorita.- le dije alegre.

- Bueno, puedes irte a jugar si quieres.- me dijo mientras se volvía a parar derecha.

Me dí la media vuelta y me fuí corriendo hacía mi cuarto, saqué mi hoja de árbol y la esponja de baño, me puse a jugar hasta que sentí pesados mis ojos y me dormí en el suelo.

Extrañaré a él señor Windlout...

Un Ángel Sin Nombre (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora