—Gracias —dijo tan pronto bajamos del taxi y pagó.
—¿Ahora si me vas a explicar lo que sucede? —le enfrenté cuando le tuve de frente.
—Ya estamos aquí, entremos —evadió mi pregunta y se adelantó a entrar.
—Alto ahí —le detuve, halando de su brazo.
—¿Ahora que?
—No pienso entrar ahí hasta que me digas que está pasando —me crucé de brazos.
—Lo único que está pasando aquí, es que Dylan va a llegar y no te va a encontrar. Entra ya —empezó a caminar, y rodando los ojos no me quedó de otra que seguirle.
Nos adentramos al lugar.
—No hay señales de el —recorrí todo el lugar con la mirada.
—Ves, seguro ya se fue por estar tu con preguntitis aguda —negó en desaprobación.
—¿Tu crees? —me preocupé.
—Es broma, pero mejor será que dejemos de hablar y vayas a una mesa antes de que nos encuentre hablando.
—Si —estuve de acuerdo. Tomé una gran bocanada de aire y me dirigí a una mesa.
—Espera —llamó y me giré hacia ella.
—Si ese chico resulta un rufián y mentiroso... Si quien se acerca a tu mesa es un viejo pedófilo, Brid, te juro que le romperé este bolso encima —advirtió
—Ya, supera eso —reí por lo dramática que estaba pareciendo y caminé a una mesa. Ella hizo lo mismo pero en una que estaba un poco alejada de la nuestras.
Ahí estuve, esperando diez minutos sentada y sola en una mesa. Nadie llegaba, me estaban sudando las manos, y la manera en la que Brisa se aferraba a su bolso como si estuviera lista para salir a la guerra, me asustaba mas.
—Buenas noches, señorita —levanté el rostro de la pantalla del celular enseguida, era un chico, bueno... un señor medio mayor, mejor dicho. No supe como reaccionar, ¿que estaba pasando? Antes de que alguien pudiera responder esa pregunta, Brisa ya se había lanzado sobre la espalda del señor, y ahora le golpeaba con su bolso.
—¡Rufián y mentiroso, nunca creí en ti! —gritaba como loca, alterando a todos en el lugar.
—¡Ayuda, está loca! —gritaba el pobre envejeciente que al parecer necesitaría una espalda nueva.
—¡Brisa, basta! —le grité realmente preocupada.
—¡Alto, alto! —se acercó el gerente, y después de haber llevado unos cuantos golpes con el bolso de la mano de Brisa, logró separarla del señor.
—¡Llame a la policía, es un pedófilo! —escandalizó Brisa. El señor solo le miró, indignado.
—¿Un que? —le vio el gerente impresionado.
—¡Un pedófilo, apresurese!
—¿Está loca? Nuestro anterior mesero renunció porque su esposa va a dar a luz. Este señor es el nuevo mesero que apenas llega hoy y lo va a reemplazar — explicó enojado.
En ese momento quise que la tierra me tragase.
—Uh... ¿el nuevo mesero dice? —soltó una risita nerviosa.
—Si, ¡y usted casi lo envía al hospital! —respondió mas enojado aun.
—Eh, haha. Bueno, pues... en ese caso. Lo lamento mucho señor, haha, eh... entonces, aclarado el malentendido, que todos volvamos a nuestra mesa y olvidemos este mal rato, haha —jugaba con sus manos.
—Por supuesto que todos volveremos a nuestros lugares como si nada pasó.
—¡Uf! —expresamos Brisa y yo aliviadas.
—Ustedes no —nos dio una sonrisa cínica.
—¿Que? —hablamos al unisono.
—¡Fuera! —nos señaló la puerta.
—Pero... —intenté decir algo, cuando el guardia de seguridad que quien sabe de donde salió, ya nos había puesto los pies en la calle.
¡Estupendo!
:) :) :)
¡Jelou, jelou, jelou! ESTE ES EL PRIMER CAPITULO DEL AÑO Y ESTOY MUY HAPPY POR ESOOO!
FELIZ NAVIDAD, FELIZ AÑO NUEVO Y FELIZ TODO JUNTO, HAHAHA. Los extrañé y los amo!
Y ahora si, confió en Dios que he llegado para quedarme, YUJUUU! NOS LEEMOS PRONTIWIWIS!
ENDLESS LOVEEE, SOPH.
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Desconocido a la vista. #1 ©
Short Story¿No has considerado comprar un diario personal? He escuchado que no son tan caros. ••• Bridget nunca había sido una persona popular. Ni estaba cerca de serlo. No tenía amigos. Ni estaba cerca de tenerlos. Tampoco era una persona social;...