42. Vergüenza literaria.

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Había llegado el día en donde Carly obtendría su merecido.

Según nos había contado Oscar, había sido muy fácil que cayera. Convencerla fue todo un éxito.

A primera hora teníamos la clase de literatura, y para que el plan saliera a la perfección, Oscar la había convencido de que le había hecho un ensayo tan magnifico que tenía que ser la primera, así los demás no robarían sus "excelentes" respuestas. Y tomando en cuenta que siempre quería ser la primera en todo, no fue difícil convencerla.

-Bien, antes que todo, ¿leyó la obra? -preguntó con seriedad la señorita Carpenter cuando Carly ya estaba frente al pizarron, lista para contestar o mejor dicho, para quedar en ridículo. La misma asintió convencida.

-Cuentenos, ¿quien fue Ana Frank?

-Si, fue una niña que tenía una severa obsesión con su diario. -sonrió segura y la señorita Carpenter hizo una mueca.

-¿Acerca de que escribía en su diario?

-Ay, ya sabe. Acerca de todo lo que escribe una adolescente en su diario. De su día en la escuela, sus aventuras con sus amigas, de su compulsión por comprar ropa, acerca de los dos chicos por los cuales estaba enamorada y así. -Carpenter la vio horrorizada y algunos de la clase empezaban a murmurar cosas.

-¿Donde vivía Ana Frank?

-¡En una casa! -sonrió segura, algunos empezaron a reír bastante fuerte por aquella estupidez.

-Me refiero a que lugar, exactamente. ¿Cual era su nacionalidad? -suspiró.

-Oh, era británica.

-¡¿Británica? !-abrió los ojos grandemente.

-Si, ya sabe. Británica, aquellas personas que nacen en Portugal. -explicó con aires de superioridad, sintiéndose la persona mas inteligente, cuando la verdad es que necesitaba unas clases de geografía.

Carpenter abrió la boca para después tragar en seco y continuar.

-Leyó que Frank vivió en un sótano verdad, cual era la razón?

-Ay, porque no le gustaba limpiar su cuarto. -respondió con una risita, la clase volvió a reír, mas a Carpenter no le causó ninguna gracia.

-¿Con quienes vivió ahí? -preguntó ya irritada.

-Con su hermana.

-¿Como se llamó?

-Oh, Marie Curie. -las risas no se detuvieron y la profesora tenía una cara de pocos amigos. Ya estaba perdiendo la paciencia.

-¿Ah si? ¿Con quien mas?

-Con su tío.

-¿Como se llamó?

-Adolfo Hitler. -dijo con inocencia. Esta vez toda la clase estalló en carcajadas. Yo por mi parte, estaba disfrutando verla caer. Ella solo sonreía de lado, ha de creer que nos reíamos con ella por su "maravilloso" ensayo. Cuando era todo lo contrario. Nos reíamos de ella.

-¡Basta! -gritó Carpenter, tirando aquella carpeta de las preguntas fuertemente en el escritorio, así llamando la atención de todos, quienes al ver lo enojada que parecía, detuvimos la risa.

-¡Que descaro el suyo! -se dirigió a Carly quien la veía temerosa- No puedo creer que haya tenido el descaro de pararse aquí sin tomarse la molesta de leer la obra.

-Pero yo la...

-¿Leyó? -se echó a reír cínicamente- Usted lo único que hizo fue decir incoherencias que me han provocado cáncer de oído de tan solo escucharla.

-Pero...

-¡Pero nada! Por este descaro y burla hacia mi clase, usted se pasará el recreo castigada, leyendo el libro que debió haber leído y haciendome un ensayo de verdad.

-Pero Señorita Car... -intentó defenderse Carly haciendo berrinche a punto de lloriquear.

-¡Nada! ¡Usted es una vergüenza literaria! Y por personas tan ignorantes como usted, es que el Shampoo viene con instrucciones.

Todos nos echamos a reír por aquel último comentario.

-¡Silencio clase! Y usted espereme en la oficina de orientación. -Carly se marchó llorando como lo que era, una cobarde.

Después de presentar nuestros ensayos, y otras clases mas, había tocado el timbre del receso. Me levanté satisfecha para ir a la cafetería.

-¿Que tal lo hice? ¿Me volverías a contratar? -llegó Oscar a mi lado.

-¡Desde luego! Eso estuvo excelente.

-¿De que hablamos? -llegó Oliver a nuestro lado.

-Oh, sobre lo perfecto que resultó nuestro plan. -expliqué yo.

-¡Por supuesto que salió perfecto! Yo lo planeé. -Quiso Oliver llevarse el crédito.

-Claro. -alargué la palabra para nada convencida y él rió.

-¡Esto hay que celebrarlo! -incitó Oscar. -¿Vamos?

-¡Vamos! -aceptamos Oliver y yo.

Y es así como los tres nos dirigimos a la cafetería a celebrar la caída de la reina.

Mamá siempre me decía que el amor une a las personas.

Pero hoy eh descubierto otra:

El odio también.

√√√

Hey, siento lástima por Carly, xd. 👀😂😂🙈

Lección del día: Cuando te dejen hacer un ensayo, encargate de leer el libro desde la primera tapa de la portada hasta la ultima parte.

P.D: por nada del mundo dejes que nadie se ofrezca a hacerlo por ti.

Ya saben, escuchen los sabios consejos de la tía Sophia. 😂😂👌


-All the love, Soph🙌😘💕

Desconocido a la vista.  #1 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora