A ti, querido lector.

698 68 25
                                    

Tú.

Sí, tú.

No se si te lo dicen seguido, pero hoy quiero decirte que me siento muy orgullosa de ti.

De ti que no te quedaste a mitad de camino.

De ti, que muchas veces sentiste ganas de rendirte, que nunca imaginaste llegar hasta aquí. Te escribo a ti que como yo, también dudaste muchas veces.

Gracias, porque si estás leyendo estas últimas palabras, significa que llegamos hasta la última parada de este autobús.

En este viaje aprendí que se me dio mas de lo que yo llevaba en mi canasta para dar. Mi plan era enseñarte a ti algo que por gracia pude aprender. Pero en el camino aprendí que tú también tenías algo para enseñarme. Gracias por esas cosas tan sencillas que uno simplemente no merece, pero que son parte del paquete.

Ésta historia nació de una manera tan simple. Tal vez te reirás si te cuento. Y como me encanta sacarte una sonrisa, te voy a contar.

Cuando empecé a cursar el penúltimo año de secundaria, no me encontraba tan rodeada de amigos como los años anteriores. Sino de conocidos. Entre esos conocidos estaba una chica que había visto desde que me mudé a la ciudad pero muy pocas veces habíamos cruzado palabra. La vida me la puso al frente y empezamos a entablar una amistad que hasta el día de hoy permanece. El punto es que, algo que noté de ella era el hecho de que se podía considerar una persona de muchos amigos tanto en la vida real como en las redes, en esta última tenía miles de amigos virtuales agregados y muchos contactos en Whatsapp. Como yo estaba empezando una nueva etapa de mi vida donde mis amigos y yo habíamos elegido dieferentes caminos, te imaginas que mi lista de contacto también disminuyó un poco. Fue aquello que me inspiró a escribir esta historia.

Una idea un poco vana, quizás cliché y hasta simple, pero mi imaginación estaba lista para volar y crear todo lo que hoy conoces.

Antes de irme, si me lo permites. No te quito más tu valioso tiempo y antes de marcharme a crear nuevos mundos donde no dudes que serás el invitado especial, quiero compartir algunas cosas que Dios me permitió aprender mediante el trascurso de este viaje y tú que fuiste un fiel pasajero, te has ganado ese provilegio.

1-. La verdad nos hace libre.

Quizás lo has escuchado de tu abuela y sus consejos, lo has visto alguna vez en internet o simplemente has escuchado que las personas toman esta cita de la biblia. Pero yo, que también he pasado por cada una de las opciones anteriores, quiero invitarte a que esto sea real para ti. La verdad siempre, siempre va a hacernos libre. Y este fue quizás el punto no.1 que quise reflejar en esta historia. No me lo digas a mi, yo se que la mentira siempre luce como la opción mas adecuada pero no, eso también es mentira. Muchas veces nos aferramos a la mentira como salida cuando el fin de esta no es mas que entretenernos mirando esa "ventana" que nos muestra mientras ella se encarga de cerrar todas las puertas que la verdad tenía disponible para ti. La verdad, aunque no siempre sea la mas aceptada, te permitirá irte a dormir sin culpa, sin ese peso en tus hombros de saber que tienes que mantener algo que no eres simplemente para impresionar a alguien, como fue el caso en esta historia.

Mientras escribía esta historia para ustedes, me di cuenta que yo misma aún toleraba algunas "mentiras blancas" o "piadosas" en mi vida. Pero haciendo una alto, me dije: ¿Como pretendo corregir a alguien algo que yo misma práctico?

Así que por experiencia propia solo puedo decirte,  que las "mentiritas blancas" también son mentiras, solo con otro. Imagina un vestido azul y el mismo estilo y diseño solo que en rosa. Mismo vestido, diferente color. Creo que nos entendemos perfectamente.  Sé que esto no es algo que sucede de la noche a la mañana, yo también aún lucho con ello pero quiero que sepas algo hoy y que lo recuerdes siempre:

"No eres valiente porque ya lo hayas alcanzado todo, sino porque nunca te rindes hasta alcanzarlo. "

2-. La verdadera compañía.

Como mencioné antes, yo ahnelé por un momento ser como mi amiga. Es decir, tener todos esos contactos con los que ella hablaba para sentirme amada o importante para alguien. Más, yo recuerdo que no pasó mucho tiempo cuando un día en una conversación, me comentó que ya sus amigos no le hablaban ni le buscaban tanto como antes. Aquello me dejó mas que sorprendida y también me dio una lección que hoy quiero compartir contigo.

Tenemos la tendencia a creer que tener 1000 amigos en la vida real o en la redes es lo que nos hace "interesantes". Hay personas aunque no lo creas que cambiarían un millón de seguidores de sus redes por solo UN amigo de la vida real, que los escuche, que los conozca y aún así decida darles una oportunidad. Alguien que ría con ellos, que llore cuando sea necesario...

Entonces... ¿Cual es la verdadera compañía?

Es ahí la pregunta, voy a darte solo algunas pistas por si ya la tienes a tu lado no la dejes ir y si aún no la tienes, salgas corriendo a buscarla.

Una verdadera compañía:

Es aquella que ríe a carcajadas y te inspira a hacerlo también.

Es aquella que antes que la primera lágrima ruede por tus mejillas, ya ha comprado los pañuelos.

Es aquella que aconseja pero que también escucha.

Que llega antes de que la llamen.

Que sabe que las cosas buenas de la vida tienen mas sentido cuando se comparten.

Aquella que no decide fallar aún cuando sabe que le han fallado.

Aquella que ama sin esperar nada a cambio.

Aquella que siempre buscará tu bienestar aunque eso signifique muchas veces arriesgar el suyo.

Aquella que perdona.

Que vuelve a perdonar hasta 70 veces 7.

Aquella que no se rinde aun cuando le dan razones.

Que ama sincera e incondicionalmente.

Aquella que sabe dar hasta terceras oportunidades.

Aquella que daría todo por ti sin pasarte factuta.

Aquella que no hace del amor un sentimiento sino una decisión.

Quizás te la has cruzado varias veces en tu vida pero nunca le has prestado atención. Esa compañía está dónde menos te lo imaginas.

Sé que llevas mucho tiempo mirando hacia abajo, mira hacia arriba. Quizás haya algo que nunca habías notado.

Nunca es tarde para que corras en busca de esa persona.

No me des las gracias. No te preocupes por mi, yo estaré en esta misma estación. Tú solo vuelve cuando necesites dar otro recorrido como éste, descuida. La casa invita.

¡Buen viaje, soldado!






Estás palabras están dedicadas especialmente para ti. Las escribí pensando en ti. Gracias por darme la oportunidad de regalarte por gracia tantas cosas que Dios por gracia ha puesto en mis manos.

-Con amor, Sophia ♡
January 6th, 2018.

Desconocido a la vista.  #1 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora