—No entiendo. ¿Por que volvemos aquí? —pregunté perpleja.
—Te tengo una sorpresa —sonrió confiado seguido de llevar una mano a sus labios y apretarlos imitando una especie de silbido—. Vengan aquí chicos— llamó y aquello me asustó, lo confieso.
Bien Brid, ya te secuestraron.
De inmediato, un señor con pinta de unos 40 y dos mas jóvenes, uno con pinta de 20 y tantos y el último de que aún no llegaba a los 18, se empezaron a acercar a nosotros.
Quizas no eran tan adultos, pero aquel aspecto descuidado no les favorecía mucho. Sus ropas parecían sucias y con alguna que otra parte rota, su cabello, sus manos, parecían no tener una rutina de mañana en cuanto a la limpieza, pero sus rostros... tan sonrientes a pesar de que yo era una extraña, me dio mucho que pensar.
Ni yo que comparada con ellos lo tenía todo, regalaba una sonrisa tan radiante y sincera.
No me había percatado de que las cosas habían cambiado en nuestra ausencia, es decir, todo parecía permanecer sucio, sin esperanzas y en el abandono, ahora nos encontrábamos frente a gomas de auto como sillas, y una pequeña mesita de por medio.
—Hey Brid, te presento a mis amigos —me tomó de la mano, atrayendome mas al centro.
—Hola, jovencita —saludó el señor sin desaparecer esa radiante sonrisa. Yo solo le sonreí, no sabia que decir.
—Hola, Brid —saludaron los mas jovenes a coro con esa singular sonrisa.
—Hola —fue lo único que pude decir sin dejar de admirarlos.
—Bienvenidos a nuestro humilde hogar, tomen asiento —invitó el señor con regocijo y aquello me provocó tristeza.
¿De verdad este era su hogar?
Dylan se dirigió a la mesa y sin soltarme de su mano, me senté a su lado.
—Se que las sillas no parecen tan cómodas, solo haz de cuenta que estás sobre las gomas del auto de tus sueños —bromeó el mas pequeño y yo asentí sin dejar de reir.
Para hacerles corto el cuento, en los próximos 15 minutos que trascurrieron después, me di cuenta de que ellos eran amigos del abuelo de Dylan y siempre que el visitaba estos alrededores, venía a verlos y se quedaba a cenar con ellos.
Solo 15 minutos bastó para que me diera cuenta de que aún existe gente maravillosa que te brindan sonrisas sinceras aunque en sus ojos solo haya lagrimas... personas que te brindan lo mejor de las rosas aún cuando su jardín solo esté lleno de espinas.
Cuando veo a personas como ellos, me pregunto por qué me veo en la necesidad de querer encajar con personas como Carly o Jordan, personas que es evidente que no valen la pena.
En conclusión, quisiera mas amigos como ellos. Amigos de verdad.
Después de cenar parte de lo traído de la tienda del compadre, Dylan se puso a contar unos chistes malisimos pero todos nos reíamos para disimular.
—Dylan deberías dedicarte a comediante —aconsejó el que ahora sabía era el hermano mayor.
—No hombre, nunca tanto, se moriría de hambre —se burló el mas pequeño y todos coincidimos, incluso Dylan.
—Oye, pero este es J... —gritó alguien que se acercó a nosotros, al verme, se quedó callado dejando la palabra en el aire.
Todos lo miramos, sin decir nada y aquello se tornó un poco incómodo.
—J- ¿Jylan es tu nombre? —se rascó la nuca.
—Dylan —corrigió el susodicho.
—No hombre, tanto sin verte —se excusó—. Veo que has venido muy bien acompañado eh, ¿por que no me presentas a tu chica? —guiñó un ojo.
—Oh, ella es Brid —me tomó de la mano—. Mi chica —recalcó guiñando un ojo de igual forma.
Eso sonó bien.
Yo solo sonreí, tenía las mejillas escandiladas, lo aseguro.
Pasaron alrededor de cinco minutos donde el primo de los muchachos (el chico que se integró) nos contaba chistes, y estos realmente si daban risa. Dylan estaba depresivo a causa de ello.
—¡Vaya, vaya, vaya! —se añadió una quinta figura a esta reunión. Un chico con chaqueta negra, que decía a gritos "Oigan, soy malo" llegó hacia nosotros aplaudiendo sarcasticamente acompañado de dos mas con la misma pinta. —¿Que tenemos por aquí?
Yo no los conocía, pero por alguna razón, todos se pusieron tensos, incluido Dylan.
Bien, supongo que esto no significaba nada bueno.
♡♡♡
Nos watchamos, haha ♡
Blessing :)
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Desconocido a la vista. #1 ©
Conto¿No has considerado comprar un diario personal? He escuchado que no son tan caros. ••• Bridget nunca había sido una persona popular. Ni estaba cerca de serlo. No tenía amigos. Ni estaba cerca de tenerlos. Tampoco era una persona social;...