91. Mucho que perder.

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Faltaba menos de una semana para el baile. En vista que todo el personal escolar ya se había tomado sus vacaciones, como todos los años nos tocaba a nosotros mismos, los estudiantes, cuadrar hasta el último detalle de nuestro baile. No importa cuantas colectas hagan al año, la escuela "nunca " tenía recursos suficientes pars invertirse en el baile o cualquier otra actividad que requiera la participación económica.

Junto a Brisa nos dirigíamos al instituto donde ya el grupo había quedado de ir a limpiar, pintar, decorar y todo lo necesario para que el salón estuviera listo.

Era la primera vez que nos veíamos después de aquella vez donde hicimos la compra del vestido. A causa de eso, durante caminábamos decidió contarme  personalmente todos los detalles acerca de la invitación de Oliver. Mientras ella hablaba como perico, se me hizo inevitable perderme en mis pensamientos. Suena aterrador en mi cabeza cada vez que me repito estar a menos de una semana para el baile y Dylan aún no me invita. Se lo he mencionado toda esta última semana. Hablándole del vestido, de lo emocionada que estoy, acerca de que ninca he ido con alguien, en fin, todas las indirectas posibles. Él parece muy normal. Como si no planeara nada, y eso por momentos me asusta. Sólo dice cosas como:

"Se que estarás preciosa"

"Te irá muy bien"

"Diviertete mucho"

"Me encantaría estar e ir contigo"

"Estoy seguro que algún amigo cercano te invitará "

"Ve tranquila, no estaré celoso. Confío plenamente en ti"

Esas cosas no me dan esperanza, pero confío que así como nunca sospeché nada cuando vino por primera vez, podría jurar que ahora mismo está utilizando la misma estrategia.

Al entrar al salón me percato que todo luce como los años anteriores. Ya que el baile es para toda la escuela, siempre nos hemos turnado por grupo para que así el trabajo sea para todos. Nos sentimos en confianza ya que el dia de hoy le toca a mi grupo o compañeros de clase. Hay muchas latas y cubetas de pinturas en un rincón ya que este ha sido el trabajo que nos tocó. Nos encontramos con Oliver y corremos a saludarlo. Oscar también ha estado rondando la zona, pero ha sucedido algo extraño con él. Cada vez que nos acercamos para saludarlo o sacarle una conversación nos ignora o simplemente se comporta con mucha indiferencia y un tono de voz no del todo agradable. Llegamos a pensar por un momento que esa actitud era solo para Brisa y Oliver ahora que ya sabía que irían juntos al baile. Pero cuando yo me le acerqué para hablarle de la pintura, ya que su padre a donado casi todas las latas este año, me ignoró por completo.

Fueron dos horas y media que pasaron volando para mi. Ya iríamos de regreso a casa, pero antes fuimos al baño pues nuestras ropas y todo nosotros en general estábamos llenos de pintura. La fila en el baño de las chicas parecía eterna. Me desesperaba mas saber que en estos momentos tenía pintura hasta en los ojos. Cuando hubo una oportunidad, le di mi teléfono a Brisa, el mismo también había alcanzado algunas gotas de pintura, pero obviamente no era lo suficiente resistible para darle un baño.

Lavamos nuestras manos, cara, algunos cabellos, en fin tratamos de quitar un poco de pintura y luego volvimos a casa.

Al llegar le pedí mi teléfono a Brisa. No esperaba jamás que lo terminara olvidando en la escuela. Pues según ella lo colocó en un cajón donde todas las chicas en el baño ubicaron el suyo y al terminar de lavarse las manos lo olvidó por completo. Estuve a punto de sufrir un pre infarto cuando escuché eso. Ahora nos dirigimos una vez mas al instituto rogándole a Dios que  aparezca. Por primera vez siento que tengo mucho que perder.

Desconocido a la vista.  #1 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora