Capítulo 7: Creo un conflicto entre mis amigas

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Narra Astrid:

No quería hablar con Moon antes de bajar a la Tierra por que no era la primera soñadora que tenía una pesadilla. Hace muchos años, y  cuando digo mucho me refiero a muchísimos, hubo un soñador que también le ocurrió y, muerto de miedo, fue a hablar con Moon. Nadie supo de él después de hablar con ella. No sé qué pasaría, pero seguro que nada bueno.

Cuando llegamos buscamos a los demás ya que necesitaba hablar con las chicas.

La ciudad de Londres era demasiado grande para buscar a un grupo de siete personas, pero por suerte sabía que estarían en la azotea en la cual solemos estar siempre. Y, efectivamente, allí estaban, sentados en la cornisa observando la ciudad.

–Hola chicos.– Dijo Miles y todos se giraron.

–¿Queréis batir el récord de llegar tarde o algo?

–Jude, te lo digo como amigo, pero eres un auténtico pesado respecto al tiempo.– Le dijo Brais.

–Es que hemos tenido... un pequeño problema en Alora.

–¿Que clase de problema?– Preguntó Connor.

–Chicas.– Dije yo.– ¿Venís conmigo?

Solté la mano de Miles y él se acercó a los chicos mientras yo me alejaba un poco con las chicas. Esperaba que Miles tuviera un poquito de cerebro y no les contará lo de mi pesadilla. Lo de las italianas no me importaba por que ya me había ocupado de que no le tocaran ni un pelo, pero lo de la pesadilla necesitaba hablarlo con mis amigas.

–Tu no estás bien, cielo.– Me dijo Davina cuando llegamos a la otra punta de la azotea.– ¿Cual es ese problema del que hablaba Miles?

–Antes de nada, quiero que sepáis que os lo cuento antes siquiera que a Moon, y es grave.

–¡Pero dínoslo ya!– Dijo Charity nerviosa.– Me va a dar un ataque.

–He tenido una pesadilla.

Ambas se callaron y se miraron entre sí con una mirada de miedo, asombro y puede que incluso pánico.

–¿Co-como una pesadilla?– Tartamudeó Charity.

–Una pesadilla. Ya lo habéis oído.

–¿Y qué has soñado?

–Pues, muy resumidamente, que Alora se venía abajo y que una mujer con cuernos nos lanzaba una espada a Miles y a mi.

–¿Una mujer con cuernos?– Preguntó Charity extrañada.

–Por todos los corazones.– Dijo Davina medio mareada.

–¿Y como no se te ha ocurrido hablar  con Moon? ¿Sabes lo que significa esto?

–Si, claro que lo sé.– dije dándome la vuelta y apoyando los brazos en la cornisa.– Pero no quería que Moon me tomara como algo peligroso y no me dejara volver a la Tierra.

–Tienes que contárselo cuanto antes.

–¿¡Pero como va a contárselo!? ¿Y si le hacen algo horrible?– Dijo Davina, dramatizando un poco.

–Ah, y es mejor que no cuente que le ha pasado algo que no debería pasar.

–¡Al último que tuvo una pesadilla y lo contó y desapareció!

–¡Davina, que ha tenido una pesadilla! ¡Y es más bien imposible que pase eso!

Ambas se pusieron a discutir y yo dejé de escuchar. A veces me gustaría ser una Humi y poder tener pesadillas sin que mis amigas se pusieran a discutir, sin que mi novio se volviera sobre protector y sin que desapareciera por contarlo. Seguí mirando la calle hasta que de repente, del edificio de enfrente, vi a una persona caer desde la segunda planta. Me asusté al ver aquello, pero me asuste aún más cuando me di cuenta de que la gente ignoraba el cuerpo, fue entonces cuando me di cuenta de que era un guardián.

–¡Chicos!– Grité, las chicas dejaron de discutir y junto a los chicos se acercaron.

–¿Que pasa?– Preguntó Hope.

–¡Ahí, mirad! ¡Un guardián herido!– Dije todos bajamos corriendo de al azotea.

Saltamos desde la azotea agarrándonos a todo lo que podíamos hasta llegar la acera donde estaba el cuerpo. Cuando llegamos, algunos guardianes más se acercaron. A todos nos dio un vuelco al corazón, pero sobre todo a Adel y a sus compañeros ya que el cuerpo, era de una de las guardianas del equilibrio.

–¿Alma?– Dijo Adel acercándose a ella.

–¡Que alguien avise a Libra!– Escuché gritar a alguien.

Tenía una flecha clavada en el pecho, una flecha negra que nunca había visto. Instintivamente, miré hacia arriba y vi una cosa negra salir volando justo desde donde había caído Alma.

–¿Qué demonios...?

–¿Crees que ha sido una buena idea no hablar con Moon?– Me susurró Miles.

Antes de que pudiera contestarle, Libra pareció aparecer de la nada y se acercó a Adel, que estaba arrodillado junto a Alma.

–¿Que ha pasado?– Le preguntó el Guardián Mayor.

–No lo sé... pero tienes que ayudarla, Libra. Su luz se apaga.

–No Adel, te equivocas.– Le miró a la cara.– Me temo que ya se ha apagado.

Cuando decimos que "la luz de un guardián se apaga" no referimos a que todos lo guardianes, brillamos un una luz casi imperceptible, incluso para nosotros mismos, pero brillamos. Y cuando la perdemos, perdemos nuestro color, nuestro ser. Lo perdemos todo. Perdemos la vida.

Adel se echó a llorar y un par de compañeros suyos, mientras, Libra busco su tatuaje, el cual tenía en la mano y lo tapó con sus manos.

–Las estrellas te esperan, Alma.

Entonces, el cuerpo de Alma se convirtió en polvo de estrellas y se elevó hasta el cielo. Todos levantamos la vista para mirar al cielo, cuando de repente, nos encontramos con una luna roja enorme.

–Libra...– Dijo Adel.– ¿Que significa...?

–¡Todos a Alora!– Gritó nervioso.– ¡Deprisa!

La ultima guerrera de la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora