Narra Miles:
Gracias a Dios Moon no dijo nada de mi escapada nocturna. Cuando llegué a casa, caí redondo en la cama y cuando sonó el despertador a la mañana siguiente me quería morir.
No me gusta dormir poco, y menos cuando tengo que pelearme a primera hora. Hacía ya un tiempo que habíamos empezado a pelearnos con gente de otras secciones, y aquella mañana, los chicos y yo peleamos todos contra todos y yo les conté mi pequeña escapada.
–¿Pero tu estas mal de la olla?– Me gritó Jude mientras se peleaba con Adel.
–¡La echaba de menos vale!– Dije peleándome con Hope.
–¿Y Moon no te dijo nada?– Preguntó Charity mientras esquivaba una de mis flechas.
–Nada de nada.
–¿Y qué problema hay?– Preguntó Connor.
–No lo sé.
–Yo lo veo super romántico.– Dijo Davina sobrevolando nuestras cabezas.– Infringes las normas por amor.
–¿Podemos discutir esto en un momento donde no intentemos matarnos?– Propuso Brais intentando cortarle la cabeza a Jude, pero se agachó a tiempo.
–Me parece buena idea.– Dijo Hope tirando todas sus armas.
Todos le imitamos y nos fuimos a sentar a las gradas.
–¿Tienes algún plan para traerla de vuelta?– Me preguntó Jude.
–En principio no. Pero lo encontraré.
–¿Y... a ella que tal le va? ¿Ha hecho algún amigo?
–¡Davina!– Le dijo Charity.
–Chica, no estaba insinuando nada...
–Un poco si, mi vida.– Le dijo Connor.
–Yo me pierdo con vosotros...– Dije rodando los ojos.
–¿No tenías una bola mágica esa que te servía para verla?
–Es una esfera de la reina, Adel.– Le corregí.
–Lo que sea. Úsala para verla.
–¿Ahora?
–¡Sii!– Dijo Charity emocionada.– Que yo la echo mucho de menos también.
–Vale, vale.– Dije sacando la esfera.– Enséñame a Astrid.– Le pedí.
La esfera comenzó a enseñar formas y colores hasta que todo cobró sentido. Astrid estaba sentada en un salón hablando con un chico.
–¿Quien es ese?– Preguntó Brais y todos se acercaron más a la esfera.
–Oye pues es mono.
–Davina, no creo que sea lo mejor que puedas decir estando su novio delante.– Dijo Charity.
–Ay, perdona Miles. Es que sale lo más romántico que llevo dentro.
–Astrid no tiene nada con ese chico.– Afirmé muy seguro.– Además, juraría que me suena...
–¿Y si a Astrid le gusta ser una Humi, estar con ese chico y se quiere quedar en la tierra para siempre?– Dijo Jude.– Tu mismo nos contaste que lo pensó.
–Cuidado, a la burrada que acaba de soltar el de la inteligencia.– Dijo Brais mientras se reía.
–Quiere volver.– Dije.– La traeré de vuelta.– Dije levantándome.
Necesitaba un respiro para estar yo solo. A veces mis amigos conseguían ponerme de los nervios, y sabía que Astrid volvería, pero claro, la veía allí con aquel chico riendo y pasándoselo bien... y yo ya no sabía que pensar.
Salí a uno de los balcones de Alora, necesitaba que me diera un poco el aire pero entonces escuché unos pasos. No me hizo falta darme la vuelta para saber quién era, solo Joy llevaba ese ritmo de vida.
–¿Miles?– Dijo acercándose.– ¿Estas bien?
–No lo sé. Creo que tengo mal de amores.
–¿Puedes tener mal de amores teniendo novia?
–No, es solo que... bueno en realidad yo... Bah, da igual. Compruébalo tu mismo.– Dije dándole la esfera.
–Uy, pero que mono.– Dijo cuando vio al chico.
–Joy, que sigo aquí.
–Ay, si, lo siento. Astrid no te cambiaría por nadie, lo sabes. Aunque es para pensárselo...
–¡Joy!
–Era broma Miles. Estas demasiado estresado.
–Tengo miedo de que le pase algo. Esta completamente sola.– Joy no dijo nada por un momento.
–Bueno... yo como Guardián Mayor, te diría que tienes que centrarte en esto, pero como te conozco y eres muy cabezota, en vez de decírtelo, voy a enseñártelo.
–¿A dónde vamos?
–Tu ven.
No tenía ni idea de a dónde quería llevarme, pero después se puso en camino hacia el auditorio y lo entendí todo. Abrió las puertas de par en par y entonces lo vi: todas las manchas negras del mundo.
–Impresiona, ¿eh?– Dijo sin entrar del todo.
–¿Cómo se lo están tomando los Humis?
–Creen que es la naturaleza. El cambio climático y cosas como esa. Ya sabes, terremotos, inundaciones...
–¿Los niños no dicen nada?
–Nadie les creería. Que inocente es la gente.
–¿Y... los guardianes destinados fuera? ¿Los mensajeros?
–Hay gente que no ha conseguido sobrevivir, pero otros muchos siguen con vida y ayudan en lo que pueden.
Me quedé mirando el mapa un minuto en silencio, pensando, en todo lo que estábamos luchando por mantener a los Humis y el Núcleo a salvo... y ellos creían que era la naturaleza. Qué no pasaba nada.
–Hugo y un par de chicos más intentan arreglar El Portal pero les llevará tiempo, pero tu tienes que centrarte en eso.– Señaló el mapa.– Ellos te necesitan.– Dijo y Joy se marchó dejándome solo.
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La ultima guerrera de la luna
FantasySi creíste que el amor, el equilibrio, la justicia, la bondad, los sueños y la inteligencia eran cosa que nadie decidía, estabas equivocad@. Los guardianes nos ocupamos de inculcaros esos valores hasta los diez años, a partir de ahí es cosa vuestra...