Capítulo 36: Entramos en el reloj más famoso del mundo

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Narra Astrid:

La ciudad de Londres cambiaba por completo de día y desde este lado de la dimensión. Salimos de casa de Adela y comenzamos a caminar hacia el Big Ben. Ella caminaba rápido por la calle seguramente por si la gente del psiquiátrico nos buscaba, que era la cosa más lógica.

–Intentad no llamar la atención. Seguramente la policía os esté buscando.– Nos aconsejo.

La casa de Adela no estaba lo que se dice cerca del reloj, así que tuvimos que coger el metro. Un par de paradas antes de la nuestra, vimos un par de policías entrar en nuestro vagón.
Miré a Matt y vi que se estaba poniendo muy nervioso, así que en cuanto el metro paró en la siguiente estación, cogí a Adela y a Matt de las muñecas y les saqué a toda prisa.

Las puertas se cerraron antes de que los policías pudieran ni siquiera vernos, y el metro siguió su camino dejándonos en la estación.

–Sera mejor que sigamos caminando. Así al menos podremos escondernos si es necesario.

Salimos a la calle y seguimos caminando. Al cabo de diez minutos, llegamos a nuestro destino. No creía recordarlo tan alto, y desde este ángulo parecía mucho más impresionante. Me di la vuelta para mirar a Matt y le vi con la misma cara de asombro que la que debía tener yo hace un momento.

 Me di la vuelta para mirar a Matt y le vi con la misma cara de asombro que la que debía tener yo hace un momento

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–¿No lo habías visto nunca?– Le pregunté y negó con la cabeza.

–Llevo encerrado casi toda mi vida. Solo había conseguido escuchar las campanadas desde lejos. Es impresionante.– Sonrió.

–Vamos, no podemos quedarnos aquí más tiempo.– Dijo Adela y nos fuimos acercando.– ¿Como entramos?

–Tiene que haber una puerta de mantenimiento. Los Guardianes Mayores deben de entrar por ahí.

Llegamos hasta la parte baja del reloj y buscamos la puerta, que estaba algo escondida para la gente. Cuando la vimos, Matt se acercó e intento abrirla.

–Cerrada.– Dijo apoyándose en ella.

–¿Enserio esperabas que estuviera abierta?

–¿Enserio creías tu que habría una puerta para guardianes de otra dimensión en el Big Ben?– Adela se quedó callada.– Jaque mate.

–Vamos, ayudadme a buscar. Tiene que haber alguna llave escondida por aquí.

Sabía que a veces, los Guardianes Mayores no podían llevar cosas por la ciudad, así que dejaban una llave aquí por si acaso, para poder volver a casa. Comenzamos a buscar por todas partes la llave, pero no aparecía por ninguna parte. Entonces me paré a pensar donde ocultaría yo una llave y me di cuánta de una cosa: en Alora no usamos llaves, todo lo abrimos con nuestros tatuajes, es como nuestro código, así que pensé en que igual esto funcionaba igual.

–Tengo una idea.– Dije acercándome a la puerta.

Me subí un poco la manga de la camisa dejando al descubierto mi tatuaje y lo acerqué la puerta. No pasaba nada. Pensé que si aquello no funcionaba estaría perdida, pero entonces escuchamos la cerradura de la puerta y se abrió.

La ultima guerrera de la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora