Capitulo 4

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   Furiosa, salí del castillo para ir al de mi mejor amiga, destrozando cualquier cosa que se cruzara en mi camino, golpeé la puerta desesperada y cuando ella finalmente me abrió, entré.

— ¿¡Cuánto tengo que pagarte para que le hagas un traje a Ben que le quede lo suficientemente apretado como para que le llegue sangre al cerebro!?—Grité furiosa mientras caminaba por el pasillo hasta que me metí en su habitación, la hija de la reina malvada me siguió.

—Un millón de dólares. —Respondió, la miré. — ¿¡Qué!? Tal vez algo salga mal y no le llegue suficiente sangre al cerebro y lo mate, ¿y qué haré entonces? ¡Debería huir del reino!

—Estas exagerando, E. —Hablé entonces.

— ¡Tú me pediste eso!—Se defendió ella. —¿Y ahora qué pasó?—Cuestionó pero ni siquiera le contesté ya que estaba molesta y necesitaba romper algo así que me acerqué al escritorio en donde habían unas hojas y empecé a romperlas en mil pedazos rápidamente.

— ¡Mal! ¡No toques eso, son mis diseños!—Dijo alterada, intentando quitármelos.

— ¡No me interesa, luego te dibujo yo esos diseños si quieres pero ahora déjame desahogarme, quiero golpear a ese idiota!—Proseguí molesta, mientras mis ojos empezaban a brillar nuevamente.

— ¡M, basta! La violencia no soluciona nada, así que vas a dejar las hojas en donde estaban, vas a sentarte en la cama y vas a explicarme todo porque no entiendo nada. —Habló ella, la obedecí y tomó mis manos cuando ambas nos sentamos en la cama.

— ¿Sabías que Ben tuvo la maldita idea de sacar a Audrey de la cárcel?—Cuestioné entonces, ella empezó a jugar con su cabello para luego bajar la mirada. Estaba nerviosa y solo podía ser por un motivo. — ¿¡Tú lo sabías y no me dijiste nada!? ¿Desde cuándo me ocultas este tipo de cosas? ¡Habla ya o te rompo las telas!—Amenacé, tomando una de sus preciosas telas de color naranja.

—M, no, calma, ¡deja a mi hermosa tela en paz! Suéltala y hablemos como las personas civilizadas que somos...—Suplicó entonces. —Bueno, como yo soy porque tú estás intentando matar una tela.

—No me voy a tranquilizar hasta que me expliques todo. —Me crucé de brazos, observándola con seriedad.

—No me mires así...—Exclamó ella, señalándome.

— ¿¡Me puedes decir de una vez por qué no me dijiste nada!? ¡Creí que eras mi mejor amiga!—Proseguí.

— ¡Soy tú mejor amiga! Y por favor no te conviertas en reina del drama...—Pidió.

— ¡Así me llama Audrey! ¿¡Ahora me dirás que vas a visitarla a la cárcel!? ¿¡O terminan la frase de la otra!? ¿¡Acaso le pruebas tus vestidos!?—Mascullé.

—No, agh, me enteré hace un rato en la reunión del Consejo real...—Admitió la chica de cabello azul.

— ¿Y por qué no me dijiste nada apenas terminó la junta?—Cuestioné, ya que podía habérmelo comentado cuando había ido a buscar a Alex.

—Porque tu novio debía decírtelo, M. —Respondió ella.

—Sigo sin comprender por qué estás de acuerdo en que esa maldita sea liberada. —Gruñí.

—Yo no estoy de acuerdo M, yo voté negativamente al igual que Stefan, Felipe y Lea, tu hermana se había ido antes de que él dijera la noticia...—Suspiró hondo. —Tienes que dejar ir el pasado.

—No puedo hacerlo porque sé perfectamente de lo que mi sobrina es capaz de hacer.—Dije, apretando los puños mientras mis ojos seguían brillando con más intensidad.

Revenge & Cribs [P&C #3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora