Revenge & Cribs [P&C #3]

Capitulo 23

—Hay guardias custodiándola para que no escape ni intente atacarla, su Alteza, y me han informado que ya casi está todo listo para el regreso del señor Hook a la isla, su novia está en camino junto con los guardias según lo que usted ha ordenado. —Informó él.

—Perfecto, muchas gracias Lumiere, y sabes que Ben no debe enterarse de lo último, es nuestro secreto, ¿sí? —Murmuré mientras bajábamos las escaleras.

—Como usted ordene, su Majestad. —Accedió. —Me quedaré cerca de aquí por si necesita algo, estaré revisando que todo esté en orden para cuando Harry deba marcharse, oh, casi lo olvido, aquí está lo que me ha pedido. —Habló para luego entregarme unos papeles.

—Siempre eres tan leal a la Corona, Lumiere, has estado aquí durante años y ya no sabemos cómo agradecértelo. —Sonreí mirándolo hasta que llegamos a la sala de estar, él entró primero y me quedé en el pasillo.

— ¡De pie para recibir a la reina que la honrará con su presencia! —Anunció mi consejero, inmediatamente la nieta de lady Tremaine se levantó del sofá.

  Ahora que era una reina, debía ser anunciada como una en todo momento... Bah, en realidad no, solo le pedía a Lumiere que lo hiciera cuando tenía ganas de presumir mi cargo.

 Así que entré a la sala de estar y me crucé de brazos al verla.

—Tu hermana me dijo que me buscabas...—Comentó ella.

— ¿Por qué mierda fuiste a mi casa? —Dudé, mirándola con seriedad.

—Eso no te incumbe. —Masculló con desprecio.

—Me interesa porque si dañaste a alguien de mi familia te las vas a ver conmigo, excepto si has lastimado a Audrey, con ella haz lo que quieras, no me importa, si quieres mátala. —Gruñí.

— ¿Por qué eres tan cínica como para pensar que me atrevería a lastimar a la única persona que me quiere? —Cuestionó Dizzy.

  Solté una carcajada.

— ¿Quererte? ¿A ti? ¿Eso es lo que te dijo? Por favor, es obvio que solo está jugando contigo, cuando ya no te necesite se deshará de ti. —Afirmé entonces, pues conocía perfectamente a mi sobrina y sabía de lo que era capaz de hacer. —Y lo pienso por la misma razón por la que te metiste con Evie, Jay y Carlos.

— ¡Ella es diferente cuando está conmigo! Que a ti te odie y te quiera ver muerta no significa que quiera hacer lo mismo conmigo. —La defendió, qué patética e ingenua era. —Tranquila, no les he hecho nada, además yo no soy tu enemiga.

—Ja, encima tienes el descaro de mentirme en la cara. ¡Estas con ellos! ¡Claro que eres mi enemiga! —Exclamé molesta. Suspiré hondo para calmarme. —Como sea, tengo una agenda muy apretada así que hagamos esto rápido, ¿ves este papel? —Dicho esto, le enseñé el que Lumiere me había dado hace unos minutos.

— ¿Qué es eso? Por favor, dime que ahí dice que renunciarás a tu corona y te irás lejos para dejar de arruinarme la vida. —Musitó Dizzy.

—No, es una orden de restricción, así que más te vale mantenerte alejada de mí y de mis amigos porque si me entero de que los volviste a ver te destierro, aunque te estaría haciendo un favor porque te reuniría con tu familia otra vez...—Le advertí.

— ¿No se supone que una reina no amenaza? —Cuestionó ella, fingiendo inocencia.

 No pude evitar reír.

—Te diré lo mismo que me dijo mi madrastra hace unos años: Eso no es una amenaza, querida. Lo único que estoy haciendo es imponerte los límites necesarios para que tengas en cuenta tus actitudes a la hora de dirigirte hacia algún miembro de la realeza, y mientras yo tenga esta corona puedo hacer lo que quiera, si no te gusta, entonces vuelve a la isla. —Le sonreí con hipocresía. — ¿Quedó claro, pequeña?