Revenge & Cribs [P&C #3]

Capitulo 16

—Siempre les dije que te necesitaríamos, hermosa. —Le susurró Audrey, la dueña de la habitación se le acercó más.

  Tomé mi celular y lo desbloqueé para luego empezar a grabar un audio.

—Hiciste bien en elegirme para hacer esto. —Respondió la pequeña.

¿Dizzy? ¿Secuaz de Audrey? ¿De qué están hablando?

—Esto funcionó muy bien porque los hicimos pagar por todo...—Prosiguió mi ex novia con una sonrisa llena de malicia.

 Algo en mi interior me decía que esto no era nada bueno.

  ¿De quiénes están hablando?

 Mi instinto me decía que me marchara, pero mi corazón me decía que me quedara a escuchar su conversación para averiguar más sobre esto.

—Debiste haber escuchado los gritos de Doug cuando recibió las fotos que Uma le mandó, fueron música para mis oídos, pero esto no es todo, hay que ir más lejos...—La chica de la isla mordió su labio inferior, mirando a la castaña que tenía cada vez más cerca.

  Doug, es por eso que debe estar mal con Evie, pensé.

—Te escucho, pequeña...—Musitó la sobrina de la reina de Auradon.

—Digamos que es mi turno de encargarme del bebé de Evie—Dizzy sonrió con malicia y no pude evitar estremecerme.

 Así que son ellas las que quieren lastimar a mis amigos.

—Cuenta conmigo entonces—Afirmó Audrey para luego acomodar su cabello.

—Por fin me voy a encargar de ese diablito que todavía no ha nacido pero que nunca debería haber existido...—Prosiguió la hija de la enemiga de mi madre. —Nadie me va a sacar el lugar que me pertenece.

—Suenas como toda una villana, tu familia estará muy orgullosa de ti y yo también lo estoy...—Dijo la castaña con un tono seductor.

  Tienes que detenerlas, Chad, así todo el reino te verá como un héroe, pensé.

 Pero ¿de qué sirve ser un héroe si no puedo evitar el sufrimiento de mis seres queridos?

—Bueno, ¿qué puedo decir? La maldad está en mi sangre. — Dicho esto, Dizzy rió sin dejar de mirar a la chica que tenía en frente. —Supongo que una maldad como esta merece tener una recompensa...—Murmuró para luego acercar sus labios a los de mi ex novia pero antes de que se besaran, entré a la habitación.

— ¡Yo no voy a dejar que sigan perjudicando a las personas que quiero, malditas arpías! —Grité rápidamente, mirándolas con odio. —Van a tener que pasar por sobre mi cadáver antes de volver a acercarse a ellos.

  Las dos intercambiaron miradas para luego observarme, cruzándose de brazos.

—Y yo que creía que los príncipes presumidos se dormían temprano...—Habló la dueña de la habitación. —Por si no es obvio, Charming, estas violando el toque de queda así que lárgate de mi habitación o mañana le diré al hada madrina que te castigue por esto.

—Atrévete a hablar y yo te acusaré. —Amenacé, mirándola con seriedad.

— ¿De qué estas hablando? ¿Acaso nosotras no podemos tener una pijamada? —Se excusó la castaña, pero sabía perfectamente que me estaba mintiendo.

—No soy estúpido. —Dije entonces, ambas alzaron las cejas. —Bueno, tal vez un poco, y también soy apuesto pero eso no importa ahora, sé muy bien lo que escuché, hasta lo tengo grabado. —Sonreí, mostrándoles mi celular en el que tenía las pruebas con las que las hundiría.