Revenge & Cribs [P&C #3]

Capitulo 27

Audrey.

  Hace horas que Uma se había ido y yo había regresado al castillo de mi familia, estaba esperando a mi chica ya que habíamos arreglado que vendría a ver una película pero ella aún no aparecía, supuse que era porque seguía molesta conmigo por querer seguir con el plan.

 Tomé mi celular y suspiré antes de escribirle « ¿Sigues enojada? Por favor ven, quiero arreglar las cosas, te amo», luego lo envié.

  No me contestó, me estaba desesperando.

 «Este es el décimo mensaje que te dejo, ¿dónde estás? Me estoy preocupando, amor...» le envié unos minutos más tarde.

  Miré de reojo la televisión solo para darme cuenta de que la película ya había empezado, no quería verla sola así que la pausé, entonces mi celular sonó.

 No pude evitar sonreír cuando me percaté de que Dizzy me había contestado así que rápidamente lo abrí: «Estoy en problemas».

  Mi sonrisa desapareció e inmediatamente mi preocupación aumentó, así que comencé a enviarle mensajes que ni siquiera le llegaban.

 Me levanté del sofá para ahora ir a la cocina a servirme helado, tenía que calmarme de alguna manera porque era capaz de salir a buscar a mi novia pero sabía que mi familia me mataría si me volvía a escapar en la noche para estar con ella.

—Querida, ¿me puedes explicar qué significa eso? —Escuché la voz de mi abuela que inmediatamente me sacó de mis pensamientos, me sobresalté y la miré solo para percatarme de que estaba señalando mi cuello.

— ¡Abuela! ¡No me asustes así! ¡Casi me matas del susto! —Me quejé rápidamente, sabía que me estaba interrogando porque mi cuello estaba lleno de chupones pero jamás le diría la verdad. —Es que me caí y me golpeé. —Mentí mientras comía un poco de helado.

—¿Ah si? ¿En el cuello? —La anciana alzó una ceja, bufé.

—Agh, abuela, no te metas en mi vida, ¿sí? —Exclamé antes de tomar mi celular y el plato de helado para luego salir de la cocina justo cuando la rubia entró a la misma.

—Cariño, ¿estas bien? Parece que alguien te acaba de decir algo horrible...—Murmuró ella, pero la ignoré. — ¿Cuándo estuviste con Dizzy? Porque supongo que la única persona que dejas que te haga esas cosas es ella...—Comentó al ver mi cuello.

 Me sonrojé y acomodé mi cabello.

— ¿¡Qué!? —Gritó Lea, supe que era el momento de irme antes de que ella armara un escándalo.

—Buenas noches. —Murmuré antes de subir las escaleras lo más rápido posible.

  Entré a mi habitación rápidamente pero la paz no me duró mucho ya que unos minutos después, papá entró sin siquiera golpear la puerta.

— ¿¡Qué mierda estuviste haciendo con la hija de Drizella cuando sabes perfectamente que te  he prohibido verla porque ella no es una buena influencia!? ¡Es una villana, tú eres una princesa! ¡No quiero que estén juntas! —Alzó la voz.

— ¡Eso no te incumbe! ¡Es mi novia, voy a hacer lo que quiera con ella, no te metas en mi relación! ¡Y no me vengas con ese discurso patético de que ella es una villana porque Mal también lo es pero sin embargo a esa buena para nada sí la aceptaron en esta maldita familia! ¡Dizzy no es una mala influencia, en cambio tú sí! —Le grité antes de empujarlo hacia el pasillo, cerré la puerta de mi habitación y seguí comiendo el helado mientras pensaba en qué demonios le habría pasado a mi pequeña malvadita.

[...]

 No pude dormir en toda la noche, estaba demasiado preocupada por aquella pelirroja que me había robado el corazón.