Capitulo 8

608 39 157
                                        

Jay.

  Luego de haber llevado a la parejita de piratas a la residencia y de haberles dejado bien en claro que ni Evie ni yo íbamos a permitir que arruinaran ni un solo pétalo del reino con algún plan raro –porque los conocíamos perfectamente y sabíamos que esos dos no eran de las personas que cambiaban, no importa cuanto tiempo hayan pasado en la cárcel– regresamos a nuestros hogares.

 Suspiré hondo cuando entré a la casa, fruncí mi ceño al ver a mi chica con Alex en sus brazos.

—Hola cariño, no sabía que serías su niñera...—Murmuré acercándome a ellas, la besé.

—Bueno, sabes que Mal está muy paranoica ahora que Audrey, Uma y Harry han sido liberados y me ha pedido que la cuide mientras ustedes se encargaban de darles su bienvenida, espero que no hayas golpeado a nadie...—Me miró seria.

— ¿Yo? ¿Por qué lo haría? —Mordí mi labio inferior.

—Porque no soportas que nadie te provoque, cariño. —Respondió Lonnie.

—Buen punto. —Admití. —Pero no me he metido en problemas, al menos no por ahora, les he dejado en claro que más les vale que no intenten hacer algo raro.

—Mh, está bien, confío en ti. —Me sonrió. —Ahora, ya que yo he estado con tu sobrina toda la noche, ¿puedes darle de comer? Acabo de prepararle la cena, la reina me ha pedido exclusivamente que le diera únicamente lo que ella le trajo, cree que Audrey, Uma o Harry pueden poner algo en otra comida... En serio, esa chica tiene que dejar de ser paranoica.

—Mh, ¿yo? ¿Alimentarla? —Murmuré nervioso. —Oye, no los conoces, ellos son capaces de hacer eso y muchas cosas peores, Mal tiene sus razones para no confiar en ellos y yo tengo las mías.

—Bueno, supongo que si lo dices así, por algo será, debes tener razón, los conoces mejor que yo. —Se encogió de hombros. —Pero en serio ¿puedes darle de comer? Porque se va a poner nerviosa si no la alimentamos y Mal nos va a asesinar. —Hizo una mueca.

  Suspiré y asentí, aunque la verdad era que nunca antes lo había hecho, pero no podía ser tan difícil ¿o sí?

— ¡Perfecto! Sabía que no te negarías, eres el mejor, yo iré a darme una ducha, cuando vuelva espero que se haya comido todo, ¿si? —Dicho esto me entregó a la pequeña, me besó antes de salir de la habitación.

—Bueno princesita, ahora vas a disfrutar de la mejor comida de toda tu corta vida... El tío Jay te tratará mejor de lo que lo hacen los miles de sirvientes de tu castillo. —Le sonreí mientras abría el postre que estaba en la mesa que suponía que era para ella ya que Lonnie lo había dejado ahí, tomé una cuchara y metí la misma en el postre, justo cuando acerqué la cuchara a su boca ella jaló mi cabello, logrando que manchara su ropa. —Pequeña ratita, al parecer sí heredaste los genes malvados de tu madre, eh.

   Alex se rió, de seguro le divertía despeinarme.

—Tienes que comer porque esto es muy delicioso...—Sonreí mientras volvía a acercar la cuchara a su boca, pero la pequeña volvió a tirar de mi cabello, esta vez se manchó el rostro. —Eres una salvaje, ¡te gusta torturar a tu tío favorito! —Me quejé, mirándola con seriedad.

 Suspiré hondo antes de volver a intentar alimentarla, pero no funcionó ya que al parecer tenía más ganas de jugar que de comer, lo cual provocó que luego de unos minutos la princesita estuviera completamente manchada de postre de chocolate.

—Bueno, al menos podría comerte. —Murmuré, encogiéndome de hombros.

— ¡Jay! ¿¡Pero qué pasó en mi cocina!? —Exclamó la chica una vez que entró a la habitación con el cabello mojado y otra ropa.

Revenge & Cribs [P&C #3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora