Epílogo

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Dos años después.

Evie.

  Abrí la puerta del gimnasio que mi mejor amiga se había instalado en su propio castillo y vi como ella le daba una patada a aquel saco de boxeo.

—Hey M, ¿estas lista?—Cuestioné, ella se volteó a verme frunciendo su ceño, estaba repleta de sudor y usaba ropa deportiva a diferencia de mí que estaba más elegante que la chica de cabello morado, mordí mi labio inferior. —Veo que no...—Murmuré, observándola de arriba hacia abajo para acto seguido hacer una mueca.

—Hey E, ¿para qué debo estar lista?—Dudó, pues al parecer no recordaba que este era un día muy importante.

—M, ¿¡cómo puede ser que te hayas olvidado!?—Bufé, cruzándome de brazos. —Hablo de tu despedida de soltera, tonta.

—Pues tengo una hija, un novio y un reino entero de los que debo encargarme, no puedo ni recordar un solo evento real. —Replicó entonces. —Pensé que debía tener una sola en toda mi vida...

—Se supone que sí, pero ustedes decidieron retrasar la boda por dos años así que es necesario que tengas otra, además ahora tenemos que incluir a nuevas personas...—Dije.

—No puedo creer que ahora Uma sea nuestra amiga y tampoco que hayas podido quitarle el olor a camarón del cabello, siempre creí que eso era imposible. —Golpeó el saco nuevamente.

—No me subestimes, M. —Sonreí orgullosa y acomodé mi cabello, ambas nos reímos y tomó una toalla para secarse la frente.

— ¿Y qué haremos esta vez?—Inquirió, alzando una ceja.

—Es una sorpresa. —Le guiñé el ojo.

—Sabes que amo tus sorpresas pero nada de strippers, en serio. —Me advirtió, señalándome con un dedo.

—Agh, Mal, que aburrida eres, solo ve a ducharte mientras que yo te buscaré algo decente para que uses...—La miré y la hija de Maléfica suspiró. — ¿Qué estás esperando? Muévete, no tenemos todo el día.

—Ya voy, pero ¿quién cuidará de nuestras hijas? Porque me imagino que la despedida no será apta para ellas. —Dudó entonces.

—Afortunadamente, Alex y Sofi tienen abuelos que se encargarán de ellas, y esta vez nada malo podrá pasar así que no te preocupes. —La tranquilicé inmediatamente.

—Lo sé, lo sé, los eventos que salen bien son mis favoritos. —Me guiñó el ojo. —Voy a ducharme, ya sabes que puedes esperarme en la habitación, mi casa es tu casa. —Me sonrió antes de dirigirse hacia el baño privado de la habitación que compartía con Ben, la seguí.

 No habría strippers, claro que no, afortunadamente conozco otras maneras de divertirme.

Ben.

— ¿Listo para nuestra gran noche?—El hijo de Tontín me miró de reojo para luego seguir observando por la gran ventana de la sala, esperando a que nuestros amigos se dignaran a aparecer.

—Claro que sí, necesito un descanso de ser rey, es agotador. Y sé que mi princesita estará en buenas manos mientras que Mal está con las chicas así que no debo preocuparme por nada. —Mencioné mientras acomodaba mi ropa y guardaba mi corona en el cajón, no la necesitaría esta noche.

—Perfecto porque ya llegaron nuestros amigos, vamos. —Doug me sonrió y salimos del castillo para ahora dirigirnos hacia el auto de Carlos. —Que empiece la noche de hombres.

Annie.

— ¡Que empiece la noche de chicas!—Gritamos todas mientras hacíamos la fila para entrar a la disco, sacamos nuestras identificaciones y se las mostramos al hombre que vigilaba la entrada así que vi como mis amigas ingresaban, excepto yo así que la chica de cabello morado salió a buscarme.

Revenge & Cribs [P&C #3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora