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Narra Lourdes.

- Hola... Juan Luis carrera perdida.

Reí mientras me sentaba delante de él. También rió.

- Es un maldito. Te juro que por un lado me la creí.

Seguí riendome.

- Después veré la grabación. Te lo aseguro.

- Es probable que salga mi risa ahí. Raro que no la oíste.

- Estaba tan enbroncado que lo único que queria hacer era irme hasta Sony y agarrarlo del cuello.

Suspire.

- Es mas, lo odio el doble por hacerme esa broma asquerosa.

- Bueno -Rode los ojos- Primero los celos y después la broma... Comprendo tu enojo por ese llamado, pero los celos ya... Me está cansando.

- Tampoco tienes que hacerlo. Ya dije que no te molestaría... Sólo... Necesitaba verte.

Subí mi ceja.

-  La verdad, no te entiendo.

- Me estás cambiando y... No se. Contigo es todo diferente, me haces falta y... Y se que te estoy perdiendo por mi maldito carácter.

Sus ojos se llenaron de lágrimas.

- Te estoy lastimando y tambien me estoy lastimando yo...

Levantó su camisa y vi arañones en sus brazos.

- Dios... ¿Con que mierda...?

- Mis manos y una cuchilla de cocina.

Pude ver un corte en su muñeca.

- No quiero que hagas eso para llamar mi atención, porque así hasta me das miedo... Pero es que no se que hacer porque está Raúl en el medio y tampoco quiero herirlo.

- Lo se. Te juro que hago lo posible para dejarte ir y no puedo. Me es imposible. Cada vez te necesito mas.

- Tampoco estas solo, tienes a Natalia.

- Natalia jamas va a complementar lo que haces tú.

Me sonroje. Una chica trajo dos tazas y se fue con una tímida sonrisa en su rostro.

- ¿Esta bien eso o quieres otra cosa?

- ¿Que es?

- Chocolate caliente con crema de vainilla.

Subí mis cejas.

- Esto me hace acordar a 50 sombras de Grey.

Reí.

- No tomaban eso ¿O si?

- Y... Ya la palabra "Vainilla" lo dice todo.

Sonrió y tomó su café.

- ¿Que tienes que hacer esta noche?

- Básicamente, nada. Raúl se está quedando en casa estos días y bueno... Me quedo con él. ¿Por que?

- Quería que pasáramos la noche juntos. Pero si está él... Mejor no.

- Tiene 29 años, sabe cuidarse sólo. Una noche que no esté con él no pasa nada.

Abrió sus ojos como platos.

- ¡¿29?! Mierda que le gustan menores.

Reí y tome el contenido de la taza.

- Mira quien habla.

- Tengo casi 24, no es tanta diferencia, sólo 3 años. En cambio 7 años si es bastante.

- De todas formas no estoy con él y por el momento no pasará.

- Lo se...

- Además ¿La edad interesa si te gusta alguien? No. Si te pones a pensar, no es tanto. Hay mujeres, o chicos, que están con mucho mayores que ellos. Conozco una pareja que va siempre al bar, la chica tiene 17 y el tipo 59. O sea... Eso si es diferencia de edad.

- Podria ser su padre, o en su defecto abuelo.

Subí mis hombros.

- Igual... Me di cuenta que te gustan mayores.

Reí.

- Probablemente... A ti lo que venga, digo, Natalia tiene unos años más.

- ¡Y otra vez con Natalia! ¿Es que no paras de meterla en el medio?

- Es lo mismo con Raúl.

Se quedó pensativo y al rato volvió a hablar.

- Tienes razón...

- Es que si te das cuenta... Ambos estamos en situaciones difíciles. De tu lado esta Natalia y del mío Raúl. Y los dos, además de que sentimos algo por el otro, tenemos algún tipo de afecto por ellos.

- Si, es cierto...

- Creo que es mejor distanciarnos y aclarar las cosas.

Su rostro cambio por completo.

- No... Yo no puedo...

- Vas a tener que poder, Juan. Lo siento.

Pague lo que pidió y me fui.

Un corazón en JuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora