Narra Juan.
- ¡Hey! ¿Donde vas?
Baje las escaleras y corrí hasta treparme de la baranda que me separaba de Camila. Enseguida tenía a dos o mas de seguridad tratando de bajarme. Yo solo trepaba. Ella me miraba, igual que antes. Sentía que tenía miedo.
Todo normal, hasta que me bajaron y se oyó un disparo. Me sacaron del bar.
¿Y adivinen qué?
Me molieron a golpes.
Como pude, llegue a la puerta. Los chicos estaban allí.
- Hostia... Te han hecho mierda.
Raúl me ayudó a sostenerme.
- Tengo que sacarla de ahi.
Tosi. Y me si cuenta que estaba tosiendo sangre
- Joder, vamos al hospital.
Me subió a su coche y me llevó al hospital mas cercano.
Estaba bien. Sólo golpes y una lesión interna en mi cuello, la cual ya han curado.
Raúl me acompañó hasta mi casa. Era tarde por lo que le dije que se quedara.
- Joder ¿Te haz dado cuenta?
- ¿De?
Tomé agua.
- Hace tiempo, vosotros os peleábamos por Camila. Hoy estamos juntos tratando de salvarla.
Asentí.
- Ahora que te conozco mejor, no puedo pelear contigo. Me caes bien
Rió.
- Vale, digo lo mismo.
- Además me haz ayudado... Creo que debería darte mas que un abrazo.
Volvió a reirse.
- Si me llega a petar un pulmón, me lo das eh.
Reí, pero terminé tosiendo.
- Ve a dormir. Mañana vemos como hacer.
Asentí y fui a mi habitación.
A los pocos días, ya tenía un plan ideado.
No soportaba mas, la necesito.
Estacione el Jeep en la puerta trasera del bar. Mire a Raúl y suspire.
- Cualquier cosa sabes que hacer.
Asintió.
- Suerte chaval.
Intente sonreir.
- Vuelvo en un rato.
Baje del Jeep y caminé hasta la puerta. Entré ahí.
- ¡Cami!
Estaba lleno de chicas, acomodándose su ropa interior, otras maquillándose.
Sería difícil encontrarla.
- Cami...
Agarré mi cabeza. Hasta que la vi, al final del pasillo.
Caminé hasta ahí.
- Te encontré...
Me abrazó con fuerza y me besó. Me apoye en un locker y seguí besándola. Me separé de ella y la miré.
- Ponte esto...
Le di mi campera y se tapó.
- Vamos...
Agarré su mano con fuerza y empezamos a caminar hacia la salida. Hasta que alguien se interpuso en mi camino.
- ¿Donde va el maricón?
Le di un fuerte golpe en la cara.
- ¡Huevon!
Empecé a correr, sin soltar a Camila.
Salimos y ella corrió al Jeep. Se subió y, cuando yo estaba por hacerlo, escuché pasos.
- ¿A donde vas?
Voltee, encontrandome al que golpee y otros dos mas.
Me apuntó con un arma. Saqué mis lentes, los tiré al suelo y me quede quieto.
Ya no me importaba que me maten. Sabía que ella estaría libre de esto y que ayude a salvarla. Ya habia vivido lo suficiente como para seguir.
Mi vida iba pasando delante de mis ojos. Y la frase de mi tío resonó en mi cabeza.
No lo olvides Juan Luis... Donde hay mucho amor, hay mucho odio...
Abrí mis brazos, cerré mis ojos y esperé el impacto. Cosa que recibí en cuestión de segundos.
Y no fue uno, sino tres.
Caí al suelo. Lo último que escuche fue a Raúl y a Camila gritar.
- Juan no te vayas...
Vi su rostro. Estaba llorando. Llegué a tocar su mejilla cuando todo se volvió blanco.