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Narra Lourdes.

Ya habia anochecido, un día después de haber visto a aquel hombre del bar.
Sabia que Juan estaba en la ciudad. Me entere por Instagram, un posteo de Lua.

Llegue después del show. Era en un estadio y el "Camarín" era una especie de galpón, por decirlo así. Estaba algo molesta, ya que él siquiera me habló.

Se escuchaba música, voces de mujeres...

Intente abrir la puerta, pero tenia seguro. Golpee la puerta y abrieron dos chicas, con sólo la parte de abajo de sus lencerías.

- ¿Quien es?

Escuché su voz. Se veían mas mujeres detras de las dos que abrieron.

- Nadie.

Cerraron la puerta con fuerza.

Me senté en la escalera y me puse a llorar.

Temblaba y lloraba. Sólo eso. No me podia ni  mover.

- ¿Estas bien?

Nick se sentó a mi lado.

- Yo... Sólo... No importa. Tengo que ir a casa.

Salí casi corriendo.

Esa noche la pase fatal. Lloré, rompí cosas.

Yo sabía que esto podia pasar. Lo imaginaba.

A la mañana, recibí muchos mensajes y llamadas de su parte. No pienso responderle. No quiero seguir sufriendo y no le seguiré el juego.

Así, pasó un mes. Llamándome cada día, a cada rato. Lo ignore, no queria NADA con él.

Lanzo unas canciones. Las estaban escuchando mis compañeras en el bar.

- No hay razones pa' que te cohibas. Yo se que tu nene te motiva. Me dijeron que eres posesiva, y que te encanta mi Vitamina.

Fui con todo el odio del mundo y apague la tele.

- ¡Hey!

- Ya ya ya...

Volví a la barra para seguir limpiando.

- Ni siquiera es tan bueno.

Murmuré.

Ya, demasiado. Seguiré sola.

Narra Juan.

- Cami, amor... ¿Que pasa? Respondeme... Te extraño...

Dejé mi celular y me puse a pensar que le habrá pasado para que no respondiera.

Hablé con Raúl y me dice que habla a diario con ella. El problema es conmigo y no se que hice.

Escuchaba a los chicos hablar. Arcangel les mostraba su WhatsApp a Pipe y los demás. Mostrándole mujeres. Me importaba poco ahora, sólo quiero a Camila.

En eso, mi casa estaba llena de chicas en bikinis o distintas lencerías. Me encerré en mi habitación y volví a llamarla. Nada, ni señales de humo.

En eso, apareció Natalia acariciándose el vientre.

- ¿Que demonios pasa abajo?

- No lo se... Seguro fue Briyant Myers o no se. Arcangel quizás. No me importa.

- Es tu casa, debería importarte.

- Dejalos... Ya sabes que me pasa además.

- Si... Vine para que veas mi vientre.

Hizo una media sonrisa. Me acerqué y lo toqué despacio.

- ¿Ya son cinco meses no?

- Si... Falta poco.

Sonrió. Esto de la maternidad la ha hecho aflojar un poco. Ahora es un amor de persona, cuando habitualmente es una víbora. En fin, espero que asi siga después de tener al niño.

- ¿Quieres que vayamos a tomar algo?

- ¿En serio?

- Si... Salgamos de aquí.

- Bueno -Sonrió- Vamos.

Suspire y nos fuimos.

Necesito a Camila.

Ya se, iré a su casa.

Un corazón en JuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora