Jesús.
La vida sin Lucía es rara, sin sus tonterías, rayaderas, su risa, su voz cuando canta en la ducha.
Me encanta escucharla cuando canta en la ducha, es el único momento en que puedes deleitarte con unos acordes ordenados de su voz.
Le da tanta vergüenza cantar delante de la gente y tiene tanto miedo al rechazo que, contra su corazón, ha dejado de cantar fuera de su santuario.
Amo cuando canta canciones que en la vida había escuchado, pero al escucharlas en su voz me enganchan.
Amo amarla y, aunque mi hermano no se dé cuenta, me duele mucho haberla perdido de la forma en que la he perdido.
Se lanzó a los brazos de mi hermano cuando más ilusionado estaba y cuando más la necesitaba.
Aunque parezca una estupidez, antes de que se fuese, ya la extrañaba, sabía que la iba perdiendo lentamente y no podía hacer nada.
Hoy tengo planeado un gran día, un día de Lucía.
Almuerzo en el Tommy's Mel, que me he enterado de que le encanta.
Después Netflix, concretamente, Crónicas Vampíricas, Los Originales, Teen Wolf y Riverdale.
Merienda en Starbucks, tarta de queso fresco y café con leche condensada desatada y, su típico acompañamiento para todo, un vaso de agua.
A continuación, leer "Sueño de una noche de verano" de William Shakespeare, uno de sus libros más leídos, sobre todo en tardes de café en Starbucks a solas.
Cuando llegue a casa pediré comida japonesa, especialmente, varios tipos de sushi, algas y tallarines.
Lo que yo os decía, todo muy del estilo de Lucía.
Amo a esa chica.
Estoy andando camino al Tommy's y escuchando su canciones favoritas, en este momento, concretamente, Dusk till dawn, bueno no, acaba de cambiar a Sign of the Times.
Entro en el Tommy's y la veo allí, sola con sus auriculares.
¿Qué hago?
No me voy ha acercar, me dolería todo mucho más.
Diviso una mesa tres más atrás de la suya, de espaldas a ella.
Me fijo en que no se haya percatado de mi presencia y me dirijo hacia mi mesa fingiendo normalidad y mirando al frente.
Bueno, miraba al frente hasta que mi frente ha chocado con el suelo.
Efectivamente, me he caído.
Pero, no ha sido porque sí, alguien me ha hecho la zancadilla y, puede que porque sea adivino, sé perfectamente quién ha sido.
-Hola, Lucía- saludo aún sin mirarla.
Me levanto y la miro serio, a lo que ella entrecierra los ojos y frunce el ceño como intentando adivinar lo que pasa por mi mente en este momento.
Se sorprendería si supiese que en realidad no pasa nada, estoy completamente hueco.
Relaja sus facciones y comienza ha reír como una posesa y ha balbucear palabras que no consigo entender, mientras se señala la frente.
Saco mi móvil de mi bolsillo y abro la cámara frontal y me doy cuenta de que mi frente está roja.
-Qué risa- ironizo- Muy graciosa tú, cada vez me dejas haciéndome más daño.
Para de reírse para poner una expresión triste a la par que enfadada.
-Eres un inmaduro de mierda, de verdad- suelta enfadada, coge sus cosas y sale del restaurante enfadada, ganándose la atención de todos los comensales.
Salgo tras ella y corro hasta llegar a ella.
-Lo siento, Dani ha llegado mal a casa, hemos discutido y, en resumen, he tenido un mal día- le explico excusándome.
-Pero, es que, joder, Jesús, siempre estás igual, ni comes ni dejas comer- grita- Mira, te tuve que convencer de que te quedases en Marbella contigo, tú no querías seguir con lo nuestro, ahora Dani si quiere y tú te enfadas- dice bajando el tono de voz progresivamente.
VOLVÍ!!💛
LO SIENTO POR LA INACTIVIDAD.
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Me llamo Lucía.
Fanfic¿Cómo alguien puede hacer que mandes todo a la mierda sin conocerla realmente? ¿Cómo puede ser que serías capaz de arriesgar tu vida, tus sueños y tu felicidad por complacerla? ¿Cómo puede una chica conseguir convertirse en todo para sus íd...