Capítulo 2

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CAMPAMENTO

—Lo siento —se disculpó Howard mientras carraspeaba.

—N-no se preocupe —respondió—, suelo chocarme con las personas a menudo, por lo general no me ven, pero esta vez ha sido mi culpa.

—Eso... eso creo —Volteó hacia un lado, rascando levemente su nuca.

—De verdad disculpe, Señor Stark.

Howard regresó su vista hacia Steve.

—¿Me conoce?

Stark quiso golpearse a sí mismo en ese momento, ¿Qué clase de pregunta era esa? ¡Era Howard maldito Stark! Todos lo conocían.

Está completamente seguro que nunca hubiese hecho una pregunta tan tonta como esa.

—Vi su presentación.

Howard solo asintió, tenía que irse de ahí en ese instante, aquel hombre lo ponía muy nervioso, y eso no podría significar nada bueno.

Por suerte para él, como si su deseo hubiese sido escuchado por Dios, pudo divisar a lo lejos a la chica que besó en el escenario, esa que sería su cita para esa noche.

—Tengo que irme.

—Y-yo igual, buena noche.

Steve se atrevió a sonreír suavemente como despedida, simplemente le nació hacerlo, y Howard no pudo evitar regresarla.

Solo duró unos pocos instantes, hasta que Stark cayó en cuenta de lo que estaba haciendo.

¿Estaba sonriendole sinceramente a un desconocido?

¿A un hombre?

Definitivamente tenía que irse.

—Buena noche —fueron sus palabras antes de salir huyendo de aquel hombre.

Se sentía muy extraño, no era él, por Dios él nunca huía, nunca se había sentido de aquella manera, ¿Cómo es que un desconocido pudo haberlo hecho sentirse así?

Solo espera que aquella situación no se repita.

Llegó rápidamente hacia donde estaba la chica esperándolo, ahora solo debía despejar su mente y concentrarse en la revolcada que se daría con aquella mujer.

Pero no pudo evitar seguir pensando en aquel hombre al cual ni siquiera le conocía el nombre.

Por su parte, Steve se regañó por si quiera pensar que aquel hombre era todo un galán encantador.

Eso estaba mal, a un hombre no puede parecerle encantador otro hombre.

Maldición, ahora sí que estaba jodido.

Se levantó muy temprano, había dejado todas las cosas preparadas la noche anterior luego de haber llegado a casa no sabe como.

Un camión pasaría a recogerlo y lo llevaría hasta el campamento en donde entrenaría.

Ya estaba completamente listo, no había empacado mucho en realidad, solo un poco de ropa, dos pares de zapatos, libros y poco más.

Se había sentado en las escaleras de su casa, esperando pacientemente a que fueran por el.

Estaba muy feliz, al fin podría servir a su país en el ejército, y eso le hacía mucha ilusión.

Luego de un par de minutos pudo ver como un camión se detenía al frente suyo.

—¿Es usted Steven Rogers? —le preguntó el conductor.

Un Stark | Stoward - StonyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora