Capítulo 60

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ABNEGACIÓN

Entonces Bruce activó la máquina y Tony abrió los ojos.

Y ahí estaba, de pie a unos metros de él, su esposo.

—¡Steve! —gritó antes de correr con todas sus fuerzas hasta él y lanzarse a sus brazos.

El rubio se sorprendió al sentir al más bajo abalanzarse sobre él, pero rápido se recompuso y correspondió el abrazo con una sonrisa.

—Hola, corazón —dijo el Capitán.

Tony no se pudo contener y besó al otro con mucho sentimiento, cosa que no tardó en ser correspondida con la misma intensidad.

Bucky miraba la escena con una sonrisa. Nunca dudó de Steve.

—Serían cien dólares —decia Sam, mirando a T'challa.

—Te haré mi rey, ¿En serio necesitas que te pague cien dólares? —respondió la Pantera negra.

—Oye, tengo una cita y necesito efectivo —dijo entre risas—. Oh, aquí viene, actúa natural —susurró mientras veía como Bucky se acercaba.

—Yo que tú —le decía Barnes a T'challa—, no pondría en el trono a alguien que le llama "cita" a quitar un brazo de vibranium.

—Hey, sabes que eres sensible en esa zona. Siempre termina en algo mas —dijo Falcón, coqueto.

—¿Entonces por qué necesitas cien dólares para eso? ¿Planeas pagarme?

T'challa hizo un gesto exagerado de una "o" con su boca.

Barnes pasó de largo, dirigiéndose hacía el auto. Rápidamente sintió como los otros dos se ponían uno a cada lado y le tomaban cada uno, una mano.

—Si te quitas el brazo ya no podemos hacer esto —le decía el rey.

—Si, por eso me lo quiero quitar. Es muy gay.

Los otros dos rieron. No le dijeron nada más a James.

Por otro lado, cuando Tony se separó de Steve, acunó las mejillas de este con sus manos.

—¿Cómo te fue? —preguntó suavemente.

—Todas las gemas están en su lugar. No hubo problemas, a excepción de que Red Skull es el guardián en Vormir pero eso es otra historia.

Tony sonrió antes de mirar a Bruce y levantar el pulgar, en señal que todo había salido bien.

Entonces, Steve desactivó el traje cuántico.

—Hey, ¿Por qué estás vestido así? ¿Y el traje?

El rubio llevaba el suéter manga larga con capucha que había estado vistiendo, además de unos pantalones que tenían un estilo muy retro.

—Está aquí —dijo mientras levantaba el maletín—. En casa te explico todo, ¿Si?

Entonces el genio supo que había pasado algo. Y los nervios volvieron, pero esta vez eran leves. Porque Steve estás ahí, con él. Lo había elegido.

—Vamos entonces.

Ambos bajaron de la plataforma y se despidieron de Banner, quién al parecer se quedaría una temporada en la torre.

Luego se encaminaron hacia su casita, la cual estaba a unos trescientos metros. Ambos decidieron ir por el camino del lago, amaban ese lago.

—Oye, estaba pensando en los patos. ¿No crees que merecemos un delicioso pato a la naranja para celebrar nuestra victoria?

Un Stark | Stoward - StonyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora