BAILE
Esa noche, había sido la primera en la que Howard no había tenido cuidado alguno con Steve.
Le había dado como si lo odiara.
Solo quería que le quedara claro que era suyo y de nadie más. Y ahora Steve tenía marcas por todo su cuerpo para recordarselo.
Se removió en la cama, buscando el calor del contrario, pero no lo encontró.
Abrió los ojos, extrañado. Verificando que, ciertamente, Steve no estaba en la cama. Sin embargo, no pasaron más de doce segundos cuando lo pudo ver entrando por la puerta.
—Buenos días —le saludó Steve con una sonrisa.
—Buenos días —respondió— ¿Dónde estabas?
—Limpiando el desastre que hiciste en el piso de abajo.
Howard hizo una mueca, acostándose nuevamente. Steve camino hacia la cama y se sentó en el borde.
—Por un momento creí que te iba a doler cuando te sentaras —dijo Stark—. Tal vez olvidé que eres un súpersoldado.
Steve soltó una risita.
—¿Quieres que no me pueda sentar?
—No. Bueno si. Me haría pensar que te hice sentir algo.
Steve se tiró sobre él, aplastándolo.
—Eres el único capaz de hacerme sentir magnífico, de verdad, en todos los sentidos.
—¿Todos?
—Claro, y cuando fondueyamos, me siento en el cielo.
Howard hizo un rostro de confusión.
—¿Fondueyamos?
—Si, ya sabes, cuando... anoche.
Stark en ese momento entendió a lo que se quería referir el rubio. Y la risa que soltó fue casi ensordecedora.
Steve frunció el ceño.
—¿Qué es tan gracioso?
—El fondue solo es queso y pan, cariño.
—¿En serio? —Steve se quitó de encima de Howard y se acostó a un lado—. Creí que esa era tu forma de llamarle, algo así como un nombre clave.
Stark deslizó su mano por la mejilla de Steve, acariciándola con su pulgar.
—Admito que, aunque sería divertido, no puedo gastar tiempo pensando en nombres clave para todo.
—Oh, el señor Stark es un hombre ocupado.
—Digamos que solo me concentro en mi trabajo, que actualmente es procurar que tú y tus hombres no acaben muertos. Y de paso yo también.
Steve asintió.
—Vi que te gustó el escudo de vibranium.
—Vi que te gustó dispararme.
—Tecnicamente le disparé al escudo.
—¿Puede resistir el disparo de una Red Onion?
—Si...
—Entonces, ese es el que quiero.
—Bien, vivo para complacerte así que trabajaré en él.
Steve sonrió, y recordó algo en ese momento.
Salió rápidamente de la habitación y fue hasta el piso de abajo donde se encontraba su uniforme tirado en el suelo.
Buscó en el bolsillo del pantalón, y cuando encontró lo que quería subió de nuevo a la habitación.

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Un Stark | Stoward - Stony
Fanfiction¿Y si te enamoras del hijo del amor de tu vida? Es imposible no ver a tu primer amor en los ojos de esta persona, pues son casi completamente iguales. ¿Podrá el capitán américa notar la "sutil" diferencia que los hace dos personas distintas? Steve p...